A pesar de ser mil veces peor que el clásico francés, el cual a su vez es mil veces peor que el clásico pensado para teatro, la película añade situaciones originales y diálogos muy logrados. La actuación de los protagonistas es bastante buena y creíble, en especial Steve Carell y Zach Galifianakis que se perfilan como dos grandes de la comedia estadounidense. No apta para amantes de comedias pseudorománticas, pero sí para aquellos que gusten de disfrutar de situaciones absurdas, cómicas y surrealistas de todo tipo.

A parte de posibles mediocres actuaciones, la película tiene un guión y diálogo sólidos, ofrece imágenes perturbadoras, los típicos y clásicos sustos del género, y una historia creíble y sobrenatural.
Nunca los espejos dieron tanto juego y tanto miedo
La dirección es excelente y no deja espacio al aliento, a la meditación, tiene un ritmo acuciante, y la acertada producción está al servicio de ello con escenarios perfectamente seleccionados para tal efecto. Muy buena cinta de terror.

Final impactante que te deja con buen sabor de boca.

Es una sarta de gags no demasiado encadenados con música ochentera de fondo. Con Will Ferrel en los créditos era más o menos lo que esperaba de ella, pero los actores no están a la altura y las situaciones son demasiado ilógicas. Todo lo que consigue es arrancarte una "ligera" sonrisa y pare usted de contar. Con tantas películas buenas del género como "Virgen a los 40" o "Playboy, el rey del mando", ésta se queda a las puertas de la nada. Al menos tiene algún diálogo un tanto surrealista que hace pensar que algún guionista ha trabajado como es debido.