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España España · Las Palmas de Gran Canaria
Críticas de Luis Alberto Serrano
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Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
7
20 de febrero de 2022
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película de personajes en la que las emociones son parte esencial de las tramas. La directora parece moverse como pez en el agua, adentrándose en las profundidades de las miserias humanas. La realidad de los personajes está muy bien argumentada y diseccionada. Todos tenemos nuestras partes buenas y nuestras partes malas. Con ellas es con las que ha trabajado este guion basado en la novela homónima de Thomas Savage. No he visto tanta filmografía de Jane Campion, pero recuerdo «El piano» con la que ya estuvo nominada al Óscar (que le arrebató Steven Spielberg con su genial «La lista de Schindler») en 1993 y con la que ganó la Palma de Oro en el festival de Cannes.

No dejo de reconocer que tiene ciertas bajadas de ritmo que la hacen tediosa en algún momento. Aunque, las transformaciones emocionales de los personajes, jugando a hacerlos tópicos para después romper con giros inesperados en sus actitudes de unos con (o contra) los otros, la hacen brillante. Realmente es lo que atrapa, las conversiones emotivas de cada uno, que les llevan a cambiar el entorno familiar y generan el ritmo de la película.

Es la película con más nominaciones de esta edición, con 12. Destaca, sobremanera, las de los 4 actores principales. Realmente, los demás son figurantes alrededor de ellos. Firme candidato a Actor Principal es Benedict Cumberbatch que consigue, en menos de 5 minutos, generar un odio atroz del público a su personaje. Es sencillamente de nominación segura. Ya lo estuvo por «Descifrando enigma» (Morten Tyldum, 2014). El papel del hermano, por Jesse Plemons, es el que se me antoja menos justificado. Es el personaje que poco se transforma en la película y, desde el guion, el más plano. Es su primera nominación, pero es un secundario de lujo al que hemos podido ver en películas como «El irlandés» (Martin Scorsese, 2019), «El vicio del poder» (Adam McKay, 2018), «Judas y el mesías negro» (Shaka King, 2021) o «El puente de los espías» (Steven Spielberg, 2015). La que sí que logra cambios radicales, espectaculares y creíbles es Kirsten Dunst. Sus ilusiones, frustraciones, deseos, todos reflejados impecablemente. La valoro como lo mejor de la película y una de mis firmes candidatas a llevarse el Óscar. Para mí, era la gran desconocida en papeles dramáticos, dado que sólo la había visto en las películas de la saga de Spider-man. Le auguro que esto relanzará su carrera hacia papeles más contundentes, porque pocos recordarán que, con 13 añitos, era una de las niñas de la película «Jumanji» (Joe Johnston, 1995). Y la sorpresa mayúscula es la nominación a Actor Secundario del joven Kodi Smit-McPhee que, aunque no lo veo con posibilidades de ganar, ya estar ahí es un sueño que pocos alcanzan.

Como chismes, que esas cosas gustan, comentaremos que la pareja en la película Jesse Plemons y Kirsten Dunst, también los son en la vida real. Así que, junto a nuestros Javier y Penélope, serán las dos parejas de nominados este año. La última pareja nominada el mismo año fue Elizabeth Taylor y Richard Burton por «¿Quién teme a Virginia Wolf?» (Mike Nichols, 1966). Parece ser, también, que Cumberbatch y Dunst no se dirigieron la palabra durante el rodaje de esta película para descarnar, más si cabe, las relaciones y reacciones de sus personajes y su tortuosa relación.

@MiPropiaLuna
Luis Alberto Serrano
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7
14 de marzo de 2022
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que sigue muy en la línea de la anterior obra de este director: “Blade Runner 2049” (2017). Aquí nos ofrece otro “remake” de grandes clásicos de la ciencia ficción de los años 80. “Dune” (David Lynch, 1984) está basada en la novela homónima de Frank Herbert a la que hizo posteriores añadidos. Quizás demasiada densa para condensarla en una película. Esto, para mí, es el principal escollo de esta versión actualizada. Me aburrí mucho al principio, fruto del exceso de narración oral en el que llegas a un momento en el que no retienes los nombres ni la cronología de la historia. Por el camino del metraje vas atando cabos, pero me consta que no todos y el exceso de ensoñaciones del protagonista te saca de la trama y despista más que aporta. Cuando vas consiguiendo adentrarte en todo lo que está pasando ya ha transcurrido media película. Ahí, empieza a divertirte.

Otra cosa es la belleza visual. Impresionante. Los decorados, los diseños de las ciudades, el vestuario, las luces y los encuadres, los elementos decorativos implementados como parte de la trama y, hasta los efectos visuales, son impecablemente elaborados. Se nota que hicieron un gran esfuerzo en ellos y se agradece. Es mi gran favorita a arrasar en los Oscars técnicos. A esta película le sobra caos en la estructura narrativa. Se pasa de la acción a los momentos reflexivos de tal manera que consiguen un efecto de no saber muy bien que estás viendo. Porque lo que sí está claro es que Denis Villeneuve es un experto en esas tramas lentas que te meten dentro de los personajes. Me encantó muchísimo su película “La llegada” (2016), un film que te va introduciendo en las emociones de los personajes a base de planos largos y primeros planos. Aquí, creo que hay un abuso de ellos sobre todo en los de Zendaya (demasiados para el peso que tiene en la trama y me da pista que tendrá más protagonismo en la segunda parte, que ya se está cociendo). Es que, si además termina la película en un final abierto, te deja mucho más pegado un sinsabor de haber perdido algo el tiempo.

Entre los actores, ningún nominado. Justificado. Esos grandes primeros planos, sin carga dramática, es una de las grandes causas del tedio de parte de la obra. Inexpresivos Timothée Chalamet y Oscar Isaac, y demasiado dramática, a ratos, Rebecca Ferguson. Eso sí, destacaría el papel de los secundarios y del irreconocible Stellan Skarsgård en el papel del Barón Harkonnen (al que ya vimos haciendo de Bill “el Botas” en la saga de “Piratas del Caribe” o de solo Bill en la de “Mamma Mía”), a Javier Bardem en el del líder de una tribu Fremen y el camaleónico Josh Brolin que ya había trabajado con Villeneuve en “Sicario” (2015).

Diez nominaciones. En el apartado del guion, que no intuyo que lo gane por lo caótico que me parece. Diremos que Eric Roth, de sus ocho nominaciones al guion sólo lo ganó por “Forrest Gump” (Robert Zemeckis, 1994). Entre los técnicos nominados hay multitud de nominaciones al Óscar. Sobre todos, quiero destacar la fotografía de Greig Fraser que ya estuvo a punto de la estatuilla por una película que me gustó “Lion” (Garth Davis, 2016) y que esta vez puede ser que sí. Ah, y como chisme diré que yo también me uno a las protestas de Josh Brolin por no haber sido nominado el director Davis Villeneuve al Óscar.

@luisalserrano @MiPropiaLuna
Luis Alberto Serrano
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8
17 de marzo de 2022
1 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con seguridad, la película más autobiográfica de Kenneth Branagh. Nacido en Belfast en 1960. Qué casualidad, que cuando ocurrieron los hechos de los disturbios de Irlanda del Norte en el que murieron ocho personas por diferencias religiosas, el propio Branagh tendría la edad del protagonista de esta historia. Aquí quiso captar todas esas sensaciones retenidas en su memoria y plasmarlas en una película que respira olor a familia.

Creo que este es el encanto principal de este film, la vuelta a la niñez que vamos experimentando a medida que cumplimos años. La inocencia de Buddy (Jude Hill) se traslada al espectador. El niño se auto cuestiona cosas que hacen que, todos los que hemos visto la película, nos tengamos que posicionar. ¿Es lícito emprender una lucha y derramamientos de sangre por cuestiones de religión o de diferencia de ideas? Yo tengo mi claro que mi disposición coincide con el del autor. Elijan, ustedes, la suya.

La película es un canto a tres motivaciones personales del director: la familia, el cine y… el amor. Rodada, como si fuera una obra de teatro, en tan pocos escenarios que nos damos cuenta que ese microespacio donde transcurren los hechos puede ser cualquier calle de Irlanda del Norte. De la particularidad representamos la generalidad. De eso trata esta historia. Y todo, contado a través de la visión inocente de un niño que siempre se mantendrá neutral, porque, su ignorancia de los temas, le darán una perspectiva lejos de los sectarismos propios de los adultos.

Las imágenes impactan. A mi gusto más de lo necesario. Rodada en blanco y negro para acomodar la visión a las de la época. Aunque a finales de los ’60 ya había televisores en color, todavía no era el standard. Las imágenes que se nos muestran en color (las películas y obras de teatro a las que asiste fascinado el joven Buddy) son un claro homenaje a la pasión de Branagh por estas facetas. De hecho, las composiciones de los planos de cámara durante toda la película nos hacen recordar al cine de Kubrik o Kurosawa, pero, sobre todo, a la obra cumbre del cine “Ciudadano Kane” de Orson Welles. Y, aunque me encanta este tipo de esfuerzos en las películas, aquí creo que hay una sobre saturación en la elección de planos picados y contrapicados que no se justifican ni en la percepción psicológica de los personajes ni en la trama en sí. Vamos, que son gratuitos y sin fundamento.

La película entretiene y mucho. En su contra, que gira en torno a los mismos temas redundantemente (la deuda de la familia, la enfermedad del abuelo, las presiones para posicionarse religiosamente, etc.). Al final, lo que nos queda es que es un alegato anti religioso. Los planos del cura diciendo la homilía se me antojan pretendidamente ridículos para reforzar el sinsentido de los dogmas de algunas religiones.

Las interpretaciones de los personajes están acordes al esfuerzo que se ha hecho con la imagen. Es obvio que Branagh es un gran director de actores y creo que con este elenco ha sabido transmitir, con veracidad, las ideas que expone y la psicología de cada uno de ellos. Judy Dench, octava nominación al Óscar (sólo lo gano por “Shakespeare enamorado” (John Madden, 1998). Esto también hace agradable la película, porque empatizas con todos ellos, especialmente con el pequeño Buddy.

@luisalserrano @MiPropiaLuna
Luis Alberto Serrano
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