Horrible título español que ni funciona como comedia ni como una cinta de hipotéticos enredos argumentales. Sus personajes son tan artificiales que es imposible armonizar con sus actuaciones, tan falsas como previsibles. El guión es tan absurdo que jamás adquiere una condición seriamente aceptable.

Los pretendidos "gags" que supuestamente sustentan la trama son aburridos, sin atisbo de gracia.

Para que una comedia funcione, el guión debe adquirir un protagonismo principal. Aquí solo hay idas y venidas en una casona de unos personajes sin brillo, con diálogos insulsos y situaciones sin gancho.

Cintas intrascendentes protagonizadas por monstruos de nuestro cine (Landa, Lampreave, Isbert, Carmen Maura, Sacristán, Ozores, Sazatornil, Leblanc...) han quedado en el olvido, sin embargo muchas de ellas tienen mucho más sentido del humor que la que nos acontece.

Más nos valdría rescatar de nuestra filmoteca títulos en donde abundan comedias para todos los gustos, que ensalzar otras muy actuales pero que dejan mucho que desear.

Auténtico despropósito que no hay por donde cogerlo. Un producto tan dócil que ni siquiera lo excusa su condición de mera comparsa de otros muchos títulos -algunos auténticos manjares- de serie B del cine de ficción USA de mediados del siglo XX.

Por supuesto hablamos de una cinta cuyo presupuesto alcanzaba a pagar los sueldos de unos cuantos secundarios de tercera -si se me permite la expresión- y una única localización reproducida en forma de diferentes habitáculos de la nave.

Su director dirigió un año antes "La invasión de los hombres del espacio", otro producto similar pero que contiene ese condimento que hace que su contenido no se agríe, de manera que aunque siga siendo otro despropósito, el paso del tiempo no ha corroido del todo su coraza.

De todas formas, creo que debería ser de obligado visionado, sobre todo para aquellos amantes de una de las grandes obras maestras del cine de ciencia ficción de todos los tiempos y de cuyo argumento, sorprendentemente, pueden obtenerse ciertas similitudes, si no, invito a que lean la sinopsis, vean la película y luego juzguen.

Esto sí es cine para mayores de 18 años, y no hay sexo, ni violencia gratuita, ni gore, ni palabras malsonantes, ni tan siquiera sangre, solo alcohol y un clima asfixiante. Y siempre me quedaré con esa duda, la de la imagen de Pleasence y Rafferty, una vez desvirtuados por el alcohol, el uno recostado encima del otro y con el vaivén de una aparatosa luz haciendo las veces de ¿censor?.

"Los huéspedes" no pasa de ser una lineal cinta de fantasmas que ni aburrirá ni abrumará a sus incondicionales. Su único cometido cumple con moderación, el de entretener. Y como visto lo visto, nada destaca sobremanera pero tampoco desluce, creo que su valoración final podría considerarse como un "usar y tirar" de toda la vida. Y no hay que buscar más allá.

Que penita que un argumento tan manidamente atrayente -que no bueno- no llegue ni tan siquiera a inquietar. La carencia de humor en este tipo de producciones resta aún más enteros.

Ya desde el inicio se nos augura un pestiño de cojones, con la ridícula diserción de padre e hijo sobre las bondades de la madre natura y la caza.

Posteriormente aparecen los díscolos y agililpollados jovenes, dos parejitas en cuestión, dispuestos a "macachumbarse" en el lago o donde les venga en gana -y bien que hacen-. La cinta cae empicado.

La irrupción a mitad del metraje de Jack Palance y Martin Landau junto a un final tan cutre, pobre y falto de imaginación, terminan por arrumbar el proyecto al lado más oscuro y siniestro del cine de serie z.