He tardado unos días para llegar aquí y es que lo primero que puedo decir de la última de Assayas es que te deja perplejo. Perplejidad es el resultado de mezclar géneros y no tener el resultado esperado. Prefiero el acercamiento a los géneros, por ejemplo, de Jacques Audiard. Pero aquí Assayas parece más interesado en la la desconstrucción formal de una película de género que de expresar las ideas de fondo, que sí son muy interesantes: la soledad en una sociedad hiperconectada o la frustración del yo cuando uno quisiera ser otro. Assayas lo había bordado por ejemplo en "Carlos" (peli de género) pero no en esta donde la transcendencia acaba resultando ridícula en esa mezcla de peli de fantasmas, thriller con asesinato y cine de arte y ensayo. Me gusta la secuencia del chat entre París y Londres en el que sí consigue transmitir el tema de fondo de la peli desde lo irracional, lo sobrenatural y la triste realidad. Pero no pasa así en el resto del metraje en una peli que me ha parecido irregular y en algún momento pedantilla.

Maurice Pialat nous a coupé une tranche de vie avec "Le garçu". Me ha gustado como dirige a lo largo de todo el film cierta tensión en base a un posible accidente del hijo o al miedo que le pase algo. Con eso crea una sensación de fragilidad en la que todos los personajes se ven inmersos. Un petit bijoux de film.