Como de costumbre, Francis Ford Coppola no defrauda con su película, una gran interpretación de los dos protagonistas (Dillon y Rourke), solo empañada por un doblaje al castellano realmente pésimo.

Robin Williams comienza interpretando a un personaje insulso y sin gancho, aunque la historia y su personaje comienzan a tomar más interés a medida que avanza la película.

Podría sacarse mucho más juego a la idea del film.

Suficiente para entretener, no tiene mucho más que ofrecer.

Apta para quien le hayan gustado las anteriores de la "secuela Chucky"

En mi opinión es un film que cumple con su cometido, asustar, con unos "juegos" de cámara muy interesantes, proporcionando unas perspectivas intrigantes.