Jason Friedberg y Aaron Seltzer completan con esta cinta su trilogía de parodias patéticas. Tras "Date Movie" y "Epic Movie" uno no tiene precisamente grandes expectativas, sin embargo, estos maestros de parir engendros desgraciados se superan día a día, película tras película.
Podría tirarme noches en vela enumerando fallos y cosas que no me han gustado, sin embargo
me conformaré con resaltar lo que a mi parecer, resulta más flagrante, por repetido y por exagerado:

- Violencia gratuita a niños: yo creo que a Friedberg le zurraba su padre de pequeño y esto alpobre le ha creado un trauma psicológico infantil. El caso de Seltzer es aún más grave. Su padre en una de sus borracheras nocturnas abusó de su hermana retrasada dejándola embarazada. El resultado todos lo conocemos.
- Sucesión de parodias: metidas con calzador, se dedican a sumar parodias de películas o series, tengan gracia o no. Lo peor es que el espectador medio con el hecho de verlas y reconocer el parecido (menudo mérito) no puede evitar mirar al de al lado con una media sonrisita y pensar o decir comentarios tipo: Mira John, es El motorista fantasma (Thanks for the info, capullo).
- Imitaciones de famosos: me aburren. Estoy harto de ver a pseudo famosetes tipo Britney Spears y Paris Hilton en la TV como para que tambien me las pongan en el cine. Hacer una parodia de sus vidas, que de por si ya es una parodia no tiene gracia. Lo peor es que tratan a los espectadores de tontos y con cada imitación tienen que decir el nombre del famoso y escribirlo por algún lado, por si hay algun border line en la sala y no se ha dado cuenta.
- Mal gusto: saliba, vómito, sudor, pus, vello púbico...cualquier cosa vale con tal de intentar hacer gracia. Debería aprender que con mostrar cosas desagradables no basta, y más cuando has repetido el chiste cientos de veces. Es como las gracietas sobre mariquitas, llega un momento que no tienen gracia, vale, es gay ¿y qué?.
- Actores: gente con ganas de prostituir su carrera a costa de unos cuantos billetes y fiestas selectas donde no faltan estupefacientes ni chicas descerebradas con las rodillas peladas tipo Carmen Electra, una asidua de estas pelis con la que me cebaré a continuación (como hilo temas...ni Angel Martin).
Esta broma de actriz parece ser la musa de estos personajillos, aunque usar un término tan especial y mágico con este icono de la vulgaridad haría que el mismísimo Juan Ramón Jiménez sodomizara a su burro. Si quiero ver carnaza por la cara me voy a un bar de estos con lucecitas que hay en la carretera, igual éstas hasta tienen menos ejemplares en su colección particular de ETS.
- Música y bailecitos: lo más que produce es verguenza ajena de ver hasta donde llega la difamación del ser humano. Para colmo, después de cada actuación nos castigan con la valoración del jurado de turno, tan de moda en la actualidad.

Acertada a la par que simple película que demuestra que no todas las comedias románticas tienen que ser obligatoriamente un truño. Sin ser yo precisamente un devoto de este tipo de películas "Made in America" he de reconocer que me entretuvo un lluvioso sábado noche sin nada mejor que hacer.

La historia raya por su simpleza, lo cual no debe de ser entendido en este caso como una crítica, sino todo lo contrario, ya que considero que en eso está la clave de los éxitos de la película. Sin ser pretenciosa cumple su cometido. En ella, un padre -mal- interpretado por Reynolds le cuenta a su hija la historia de cómo conoció a su madre, una historia contada en primera persona con varios personajes e intriga hasta el final.

Me gusta de la narración sus personajes secundarios: al margen del protagonista, el resto de papeles me parecen adecuados y, pese a no ser abundantes, fomentan la fluidez y agilidad de la trama. Además, esos personajes resultan muy reales y creíbles, alejados de clichés estereotipados típicos de otras películas del mismo género. Además, también me gusta el entorno en el que se desarrolla el relato: en un ambiente histórico bien recreado de primera mitad de la década de los 90 y en un contexto político.

A parte de eso, salvaría de la película un par de escenas...

Un joven americano conoce a una chica francesa en un viaje casual en tren. Tras conocerse y congeniar, deciden compartir su primer y último día juntos.

El argumento es tan simple y sencillo que logra conectar y llegar a la gente. Narra el principio y el final de una relación quizá imposible, destinada al fracaso pero que no por ello deja de ser mágica y tal vez única. La primera cita de Jesse y Celine nos lleva a un paseo por una mezcla de culturas e ideas que fluyen pero que se compenetran a la perfección.

La cinta se muestra totalmente acaparada por los dos protagonistas, que comparten experiencias, charlas trascendentales, arte, cultura y mucha filosofía moderna de esa que tanto le gusta a Linklater, siempre dejando su pincelada sobre los problemas de la juventud actual y de la sociedad moderna capitalista en general. En mi modesta opinión es todo un homenaje al buen gusto.

A pesar de tratarse de algo más de hora y media sobre dos personas y con dos actores solamente no se hace aburrida, al contrario, pasa volando. Ayuda la buena actuación de los actores, en especial la de Julie Delpy, que llena la pantalla con su presencia y su enamoradora sonrisa. El romanticismo no empalaga ni cae en tópicos ni clichés, tiene escenas con encanto y una fotografía espectacular, que muestra una Viena cautivadora, escenario ideal para esta película.

Bajo un trasfondo que toca una temática delicada, en cierto modo tabú e incluso polémica, la película aborda el paso de la adolescencia a la vida adulta a través de su protagonista en un viaje en el que no sólo explora su cuerpo o sexualidad, sino también la libertad y su capacidad de tomar decisiones.

Lo que mejor hace la historia precisamente es reflejar ese viaje hacia la adultez representado en un primer año de carrera, de salir de tu ciudad o pueblo natal y tu zona de confort para enfrentarte a tu propia toma de decisiones y una libertad para autodefinirte en un entorno nuevo e incluso hostil. Es un homenaje a ese momento vital y al derecho a dudar, cambiar de opinión mil veces, experimentar y equivocarse.

Del mismo modo, creo que la película se queda corta pudiendo contar o desarrollar algunas historias. Ya sea a propósito o por falta de recursos en el guion, la historia deja múltiples preguntas sin resolver (no solo al final) y posturas que quedan para la interpretación del espectador.

Personalmente me hubiera gustado que se profundizara más en el desarrollo de otros personales o incluso en contar otras historias. El personaje de David creo que ofrecía muchísimas variantes y oportunidades que no se han aprovechado así como su relación con Laura, que aglutina demasiadas conversaciones irrelevantes y escenas superfluas y parece conformarse con la potencia de unas buenas actuaciones y las sensaciones que puedan transmitir una situación sugestiva o chocante.

Producto prefabricado con una historia simplona, mal contada, con un guión que parece hecho deprisa y sin demasiado esmero y un casting que homenajea lo peor de la ficción española con actores y actrices que nada pegan con sus papeles, alejados al máximo del ambiente "setenta-ochentero" yonki macarra y que sólo parecen estar ahí por su cara bonita y para enseñar carnaza, como reclamo para el público adolescente ya que su target parece ser el espectador medio que devora series como Élite.

Todo esto forma un cocktail que parece edulcorar como si se tratase de una versión Disney, el panorama ochentero decadente de los barrios humildes provinciales, la drogadicción, la delincuencia y la corrupción. Aquí los yonkis no van mellados ni llevan un chándal raído, son todos modelos de revista, van impolutos, peinados de peluquería y parecen el yerno o la nuera que toda madre querría para sus hijos. Eso sí, la Tere va "con las largas" el 120% de sus escenas y no escatiman en tórridas y gratuitas escenas subidas de tono que solo aportan un subidón de grados al calentamiento global.

Funciona la fotografía, el escenario daba para mucho más y la idea podía estar bien. La música es de lo mejorcito y de lo poco que realmente genera ambientación con una genial mezcla entre temas rumberos, punk cañí setentero y la frescura que aporta a la BSO los Derby Motoreta. Exceptuando lo mencionado sobre el elenco interpretativo, la ambientación es correcta (dan ganas de visitar Girona) pero se queda en eso, en un escenario vacío de ideas y de alma con la cuota justa de catalán para que ciertos políticos puedan sacar pecho. Si mezclas El Pico con una story de tiktok de Aitana te podría salir un producto similar.