Vamos con las obviedades.
La dama velada es un culebrón, sí. A la italiana, pero culebrón al fin y al cabo. Es fácilmente reconocible por todas aquellas características que abundan en los seriales sudamericanos. pasiones, amores, traiciones, secretos, muertes, lucha de clases, etc. Todo está ahí y todo es como el espectador piensa que va a ser. Pero con dos diferencias.La dama velada se desarrolla en solo doce capítulos y tiene más calidad en un solo episodio que el 90% de novelas latinas en sus tropecientas entregas. El guión es muy superior, y a pesar de su tópico planteamiento, se desarrolla combinando intriga e interés por saber qué pasará. El trabajo técnico también es muy superior al habitual en producciones de este tipo, y el diseño de personajes es sobresaliente dentro de, de nuevo, los tópicos, sobre todo en el caso de Guido, del que nunca se sabe si es bueno o malo, qué va a hacer a continuación o qué ha hecho en el pasado.
Y qué decir del reparto. Miriam Leone, que ni siquiera empezó como actriz (saltó a la fama al ganar Miss Italia hace unos años) se defiende más que bien en la atormentada piel de Clara, sobre todo en los últimos capítulos, en los que se le acumulan las desgracias y las pruebas para su decidido carácter. Jaime Olías también hace su mejor trabajo hasta la fecha (igual no era decir mucho) como Matteo, mientras Mar Regueras se muestra más dulce que de costumbre y Juana Acosta exhibe de nuevo su capacidad para dar vida a misteriosas seductoras. Félix Gómez y Teresa Hurtado, por su parte, forman una pareja encantadora y están estupendos en sus secundarios roles, sobre todo él. Entre los italianos, brilla sin duda Lino Guanciale, que tiene a su cargo el mejor personaje de la ficción, que es sin duda el misterioso y lleno de sombras Guido Fossà.
En definitiva, una miniserie inolvidable, muy bien hecha, de esas que apuntan directamente al corazón con una historia sin duda llena de tópicos, pero que funciona a la perfección y consigue lo que se propone: emocionar y entretener. Bravo, italia.

Lo mejor: Casi todo: actores, trama, vestuario, decorados, etc.
Lo peor: Igual podría haber tenido uno o incluso dos capítulos mejor y no hubiera pasado nada.

La costa de los mosquitos es una película con un trasfondo inquietante, sin duda, y si no echen un ojo a su argumento: familia cansada de la deshumanización de la vida moderna americana se muda a la selva y encuentra... mejor que lo vean ustedes por sí mismos. De cualquier modo, la reflexión sobre la naturaleza humana, sobre lo que nos hace humanos y lo que no, sobre el comportamiento en parajes remotos y nuestra relación con el mundo que nos rodea es demoledora por su crudo realismo. Peter Weir, uno de los directores más elegantes e interesantes de las últimas décadas, pone todo esto en imágenes con gran pericia y un notable manejo de la cámara. Lástima que el ritmo sea tan dispar y que la duración se extienda tanto, porque la sensación final es de pesadez a pesar de su muy interesante planteamiento.
Aunque si por algo es sin duda recordada la película es por la extraordinaria interpretación de un soberbio Harrison Ford en una de sus mejores creaciones ante la cámara. Su química con Helen Mirren y el siempre hipnótico River Phoenix (qué ojos tenía...) es excelente y él maneja todos los tiempos del personaje de una forma admirable y carismática.

Lo mejor: Harrison Ford y su potentísimo trasfondo.
Lo peor: Es demasiado larga e irregular en el ritmo.

Carretera asfaltada en dos direcciones es una película sobre nada con mínimo argumento (dos chicos que conocen a una chica en un viaje por carretera). Ya está. De hecho, por no tener no tiene ni un ritmo que suponga un gran entretenimiento. Tampoco tiene actores profesionales, aunque James Taylor y Dennis Wilson se defienden muy bien y sin duda son parte de la leyenda de la película, adorada por cineastas como Richard Linklater.
Lo que es CAEDD es una película legendaria precisamente por eso, por su nihilismo argumental y técnico, y porque es la esencia de la road movie: personajes en movimiento con coche y kilómetros de carretera como sinónimo de libertad.

Lo mejor: Su espíritu y su mito, pura Ruta 66.
Lo peor: Es lenta... no hay argumento...

Supersalidos es heredera directa de las comedias juveniles americanas de los 80. Es soez, está llena de tacos y charlas de sexo y hay chistes verdaderamente groseros o incluso de palpable mal gusto (el de la sangre en el pantalón de Seth, por ejemplo), pero no se puede negar que también es divertida. Muy divertida a ratos. Las ocurrencias de Fogell (gran Christopher Mintz-Plasse) son descacharrantes y es agradable comprobar cómo, detrás de su apariencia de nerds salidos, Seth y Evan son buenos tipos en el fondo, sobre todo el segundo.
Por supuesto, Supersalidos es mucho más que ese envoltorio de chistes guarros y tacos abundantísimos. El fondo de todo es el de siempre en el cine de Judd Apatow, aquí productor, y los trabajos como guionistas de Seth Rogen y Evan Goldberg. Al final, tal y como revela ese final tan poco cómico, el verdadero amor de la vida de seth es Evan, y el de Evan es Seth. Y con esto no quiero decir que sean gays (¿o sí? cada cual que responda como quiera), sino que, por mucho que hablen de tetas y vaginas, lo que siempre les llena y lo que les hace más felices es su amistad. Y eso es algo que queda claro en las miradas de unos excelentes Jonah Hill y Michael Cera cuando llega el final.

Lo mejor Los tres protagonistas, la reflexión sobre la amistad masculina.
Lo peor: Es sin duda demasiado larga y los personajes de los policías no aportan nada.

De vuelta a casa es una de esas películas que las abuelas definirían como "bonitas". Lo es, sin duda. tres animalitos viajando para reunirse con sus dueños y enfrentándose a mil peligros, con casi tragedia final y final feliz para toda la familia.
entretenida propuesta para amantes de gatos y perros, sobre todo, de tarde de domingo.

Lo mejor: Es bonita
Lo peor: Es lo que es