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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
10
18 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando a Capodarso acaba de llegar el nuevo juez, Guido Schiavi, encargado de aplicar la ley, el juez anterior que está de partida, le dice: “Aun estás a tiempo, todavía no llega el tren de Palermo (…). Te vienes conmigo y en 4 horas estarás en casa. Puedes pedir un traslado o sino la dimisión y cambias de oficio. Me lo agradecerás cuando sepas mi historia”.

Schiavi lo observa irse… se siente intrigado, pero se queda… y pronto sabrá que ha llegado a un pueblo intimidado donde impera la ley del silencio y donde la única norma que aplica es la que dicta el capo de la mafia, Turi Passalacqua.

El juez Schiavi, sostiene un principio bastante claro: “Solo hay una cosa que deseo y debo hacer a cualquier costo: Administrar justicia en beneficio de todos y si es necesario, en contra de todos, según la ley”.

Lo que veremos, desde entonces, estuvo vigente en muchos pueblos de Italia y del mundo… y casi un siglo después, todo sigue igual en muchos pueblos y países que nunca ven asomarse la justicia que tanto anhelan porque los que tienen los más altos cargos están a la vista, pero, los que realmente mandan lo hacen desde la sombra.

Con su tercera película, el director, Pietro Germi, logra una excelente recreación de esa difícil época de posguerra (la historia transcurre en 1948), cuando la crisis económica afectaba a un gran porcentaje de la población y la carencia de fuentes de empleo hacía expedita la deriva hacia actividades delictivas que permitiesen sobrevivir. Como suele ocurrir, los arribistas y violentos son quienes mejor sobrepasan un descalabro económico, y los demás sufren explotación, sometimiento y desencanto.

El guion, escrito por Giuseppe Mangione, Mario Monicelli, Federico Fellini, Pietro Germi y Tullio Pinelli, con base en la novela, "Piccola pretura", que, Giuseppe Guido Loschiavo, publicara en 1948, logra dejar palpable una realidad compleja a la que no pretende edulcorar ni idealizar como tanto ocurriera en los westerns de la época. Aquí, sólo se busca dejar sentado un momento histórico tal como fue en la realidad, pero tratando de exaltar a un hombre de ley que intentó forjar un cambio urgente y vital, porque donde no impera la ley, se abre paso la injusticia… y muy probablemente la tiranía.

Massimo Girotti, logra una carismática recreación de ese juez en fuerte desventaja ante un pueblo que se asume dominado y no parece dispuesto a dar un paso para que las cosas cambien. Saro Urzì (el comisario Grifò), representa a la suerte de oficial que pronto entiende donde debe estar. Jone Salinas, es la baronesa Teresa Lo Vasto, una mujer que parece entender más que aquellos de quienes más se esperaría… y Charles Vanel, es el massaro (agricultor o terrateniente) que, acostumbrado a dictar su ley, quizás esté a tiempo de aprender algo de lo que es Justicia.

Para asegurar un cierto aire neorrealista, Germi se sirvió de escenarios naturales con mínimos retoques en los interiores, y además, contó con un gran número de habitantes del lugar donde se rodó la película.

<<EN NOMBRE DE LA LEY>>, es de ese cine nacido para hacer historia.

Título para Latinoamérica: MAFIA
Luis Guillermo Cardona
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8
12 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dramaturgo y novelista alemán, Heinrich Wilhelm von Kleist (1777-1811), tuvo una vida que, de alguna forma, podría relacionarse con la del pintor Vincent van Gogh, en el sentido que ninguna de las obras que escribió consiguió verla representada exitosamente en vida y tampoco sus novelas lograron la trascendencia hasta las primeras décadas del siglo XX, cuando su legado comenzó a ser revisado por la crítica especializada… y ahora se le considera un importante representante del romanticismo y del repertorio clásico alemán.

Kleist, estudió Derecho y Filosofía y después de recorrer gran parte de Europa en busca de experiencia y formación, se dedicó a escribir novelas y dramas teatrales en los que plasmaba toda vivencia e idea que lo impactaba. Fundó también varias revistas y hasta un diario que desaparecieron tempranamente… pero logró publicar títulos como: “Michael Kohlhass” (1808), llevada al cine en 1937 y 1969, dirigida ésta segunda vez por Volker Schlöndorff y, “La Marquesa de O” (1808), adaptada para cine en 1920 y también en 1976 bajo la dirección de Éric Rohmer. Otros títulos que hoy suenan reconocibles son: “El Duelo” (1811) y “El Canto Rodado” (1811), todas éstas novelas cortas; y entre sus obras de teatro, “El Cántaro Roto” (1806), “El Anfitrión” (1807) y “Pentesilea” (1808), han sido varias veces adaptadas para la televisión y el cine.

En 1811, Heinrich von Kleist, publicó una última obra que le tomó dos años escribirla, “El Príncipe de Homburg” (Der Prinz von Homburg), la cual se estrenaría póstumamente (3 de 0ctubre de 1821) en el Burgtheater de Viena y con el título, “La Batalla de Fehrbellin”. En ella contaba una historia de honor militar que, quizás, le surgió recordando lo vivido cuando participó en las guerras napoleónicas sirviendo al ejército de Prusia.

Sintiendo el golpeteo incesante de las carencias económicas… Acabando de cerrar el periódico, Berliner Abendblätter, que fundara tan solo un año atrás… y viendo a su compañera y musa, Adolfine Vogel (a quien llamaba, Henriette, porque le parecía más sonoro), padeciendo el más terrible cáncer… el 21 de noviembre de 1811, Kleist acordó con su novia irse a la isla de Pfaueninsel, y allí, ella le recordó la promesa de acabar con su sufrimiento. El escritor apuntó entonces la pistola que llevaba contra su pecho… y disparó. Seguidamente, dirigió el arma hasta su propia sien derecha… y así terminó la estancia en la tierra de esta inolvidable pareja.

La adaptación que el director y guionista, Marco Bellocchio, realizara de, <<EL PRÍNCIPE DE HOMBURG>>, es muy digna de encomio porque, no obstante su carácter bastante teatral y la gran austeridad de medios con que fue realizada, logra unas magníficas interpretaciones de, Toni Bertorelli (el príncipe Elector), Andrea Di Stefano (Príncipe, Friedrich Arthur de Homburg) y Barbora Bobulova (Natalia)... y es de resaltar la brillante banda sonora compuesta por Carlo Crivelli.

La trama nos habla de un oficial que tras perder dos batallas contra el ejército sueco, la tercera la gana, pero desobedeciendo órdenes… y ésto lo pone ante la corte marcial. Los diálogos son de gran altura y definen la esencia de los militares con principios; y entre este conflicto, una historia de amor comienza a tomar altura, teniendo luego que ver el impactante rumbo que pronto toman los hechos.

No se nos haría raro si, en algún momento, un productor hollywoodense visionara, con esta historia, una superproducción cinematográfica.
Luis Guillermo Cardona
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9
9 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca podré entender qué es lo que les da tanto derecho a los señores estadounidenses para ser tan prepotentes: Llaman a su país América y se hacen llamar americanos, ignorando que su territorio es apenas poco más de la tercera parte de América del Norte (del área total que son 24,7 millones de kms2 , Estados Unidos cuenta con 9.834 millones de kms2; y de ahí para abajo, están Centro América y América del Sur que abarcan un territorio bastante mayor: América Central tiene 522. 760 km² y América del Sur posee 17,84 millones de kms2 .

Los EE.UU. se volvieron potencia mundial no por mérito de su inteligencia, ingenio y creatividad, sino por su poder armamentista y su falta de escrúpulos para invadir, expropiar y aniquilar… y para no seguir rememorando lo que ellos tanto ocultan, terminemos diciendo que cuando construyeron un ferrocarril que iba desde Sacramento, California, hasta Omaha, Nebraska, hablaron de que construían el primer ferrocarril transcontinental, desconociendo que éste término se refiere a ‘algo que atraviesa todo un continente’… y, primero, Estados Unidos está muy, pero muy lejos, de ser un continente (gran extensión de tierra separada por los océanos) y, fuera de eso, Omaha está ubicado en el centro del país, con lo que seguía faltando mucho para haber cruzado siquiera el territorio del tío Sam.

Pero bueno, presunciones y fantasías aparte, tengo que admitir que con, <<EL CABALLO DE HIERRO>>, el director John Ford, ha recreado magníficamente un hecho histórico importante, y el aire semi-documental que la película contiene, le da un cariz de material imprescindible tanto para historiadores como para el público en general.

Podría uno imaginar que se trata de un filme aburrido con obreros pegando y empatando rieles, y trenes y caballos trayendo carga para adelantar los trabajos, pero, inteligentemente pensada, la película contiene una brillante historia escrita por Charles Kenyon y John Russell, con la cual tendremos lo que tanto nos atrae: romance, acción, comedia, drama, aventura… y para reflexionar, se deja sentado que fueron inmigrantes irlandeses, chinos, italianos… y un gran puñado de exsoldados que, luego de la guerra civil, se vincularon al proyecto, quienes ejecutaron la mano de obra del extensísimo ferrocarril. También se nos habla de cómo los nativos cheyennes defendían su territorio ancestral, pero, en parte engañados por un terrateniente que los azuzaba egoístamente… y entre otras cosas, también presenciaremos la competencia y los tejemanejes de algunos empresarios que solo defendían sus propios intereses.

La presencia de la mujer luce muy equilibrada, mostrando por un lado a la tontilla (Ruby) que se presta para seducir y torcer a un alto empleado; y por el otro, a la chica con carácter (Miriam) que se la juega para impulsar a los obreros en sus momentos de debilidad.

La fotografía nos ofrece composiciones panorámicas de excelente efecto y una serie de primeros planos bastante expresivos. La banda sonora -incorporada en la nueva edición de 2007 a cargo de Christopher Caliendo- resulta imponente… pero, en lo personal, quedé deseando más rigor en la edición final de la película, pues, 15 o 20 minutos del metraje son bastante insustanciales o reiterativos.

Una nueva versión, también semificticia y no menos interesante, sobre la construcción de este “first transcontinental railroad” -luego conocido como Overland Route-, fue realizada por Cecil B. DeMille en 1939, con el título: “Union Pacific”.
Luis Guillermo Cardona
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8
7 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llenos de esperanza, Clay Phillips y su joven hermano Steve, emprenden, desde Aspen, un largo viaje hasta Sonora, aunque temiendo que, en algún punto será inevitable encontrarse con un individuo llamado Lednov, quien ha escapado de la cárcel junto con dos compinches y pretende cobrar venganza por un hecho del pasado en el que Clay intervino.

En el camino, Clay se encuentra con cuatro cantantes y bailarinas (términos preferidos en el viejo oeste cuando se desea ser discretos con la profesión de prostituta que, en realidad, solía ser mezcla de las tres cosas). Como tantas veces ocurre, estas chicas son seres encantadores que, en el fondo de su alma anhelan una vida digna, pero las circunstancias las tienen en el camino equivocado, y al verlas en un apuro, Clay se solidariza con ellas y decide llevarlas en su carreta hasta cierto punto del camino. En algún momento, reconociendo el buen trato recibido hasta entonces, Mary Wells, la líder de las chicas, dice a su acompañante las palabras citadas arriba: “Te has ganado todo lo que quieras de la vida. Te has ganado tu sueño”.

Creo que ésta frase es clave en la película porque, a mi modo de ver, el propósito esencial del guion escrito por Hugo Butler y Geoffrey Homes (seudónimo que, Daniel Mainwaring, usara hasta 1955), es recrear la Ley de Compensación y dar cuenta de que siempre es posible enderezar el camino si se tiene disposición para ello.

El director, Mark Robson, pudo haber ambientado su historia en un camino a campo abierto de cualquier época, pero, se eligió el oeste norteamericano del siglo XIX, quizás por el gran éxito que este género tenía por aquellos años 40’ del siglo XX. En este sentido, la subtrama de la venganza no es más que un aditivo para mantener el aspecto de western, pero, es evidente que a Robson poco le interesa porque prefiere centrarse en el aspecto humano de sus principales protagonistas. Se resalta, muy acertadamente, la paternidad responsable, el valor del conocimiento, el significado de la empatía, la relevancia de darse cuenta… y, así, el filme logra un gusto psicológico y un sentido humano que lo hace mucho más relevante que si abundaran las balaceras y los puñetazos.

Rodado en 1947, <<SIN CONTEMPLACIONES>> (¿?) tuvo el infortunio de haber salido a la luz justo cuando, Howard Hughes, acababa de adquirir la productora RKO, y en el reordenamiento de turno, la película quedó embodegada durante dos largos años, hasta que alguien la encontró y se decidió estrenarla sin relieve alguno… y como era de esperarse, el resultado en taquilla le fue bastante adverso.

A nivel interpretativo, Robert Sterling, Gloria Grahame y Claude Jarman Jr., resultan muy efectivos. Entre los actores de conjunto, encuentro muy precisos a, Jeff Donnell (Elaine), Myrna Dell (Helen) y sobre todo a, James Bell y Sara Haden (Ed Wyatt y esposa). A lamentar que, con Martha Hyer, solo pudieron rodarse dos breves escenas, pues, durante el rodaje en la sierra se le diagnosticó apendicitis y tuvo que ser hospitalizada.

Con todo, creo que este grato western necesitará un poco más de tiempo para que sea valorado como se merece.

Título para Latinoamérica: SENDERO DE MUERTE
Luis Guillermo Cardona
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8
5 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su carrera como escritor comenzó sosteniendo una columna en el periódico, Chicago Defender, donde promovía la libertad y los derechos de los afrodescendientes que, como él, padecían el racismo, la discriminación y el abandono por parte del Estado. Años más tarde, queriendo abrirse camino, Willard Motley (1909-1965), se dedicó a viajar por New York, California y el oeste estadounidense… y de regreso a Chicago, fundó la revista Hull House, donde publicó varias historias de ficción. En 1940, hizo parte del FWP (Federal Writers’ Project), con el que se buscó darles trabajo a los escritores desempleados durante La Gran Depresión.

Llegado el año 1947, Motley consiguió publicar su primera novela, “Knock on Any Door”, la cual fue aclamada por la crítica progresista, pues, además de ser una historia sobre blancos escrita por un afrodescendiente –estrategia que aplaudo, pues, de esta manera, interesó a las grandes masas que, de otra forma, la hubiesen ignorado-, también fue una necesaria y muy avanzada demostración del papel que juega la sociedad en la trayectoria de los delincuentes.

Cómo era de esperarse, ésto le valdría muchas críticas de la "gente bien" que siempre se ha negado a admitir que tenga algo que ver con que muchos chicos se vuelvan delincuentes, olvidando que la falta de oportunidades, la ausencia de una educación de calidad, hogares disfuncionales… y el hecho de vivir en zonas donde se concentra el vicio, la pobreza y el maltrato, hacen fuerte presión en la vida de los jóvenes, hasta llevarlos, casi forzosamente, por el camino de la delincuencia.

Luego de una acción delictiva en la que es asaltado un bar y asesinado un policía, el joven italo-americano, Nick Romano, es detenido como responsable de este último hecho, y durante el juicio –en plan de sensibilizar al jurado- el abogado defensor, Andrew Norton (Humphrey Bogart), hará un pormenorizado recuento de la vida de su defendido y entonces veremos las muchas cosas que impidieron que pudiera llevar una vida digna.

La novela fue adaptada por, Daniel Taradash y John Monks Jr., y el director Nicholas Ray, se propuso convertirla en un exitoso filme que levantaría la carrera de, John Derek, quien interpreta al joven sindicado de asesinato. Era ésta, una de las primeras ocasiones en que se rompía el trillado estereotipo acuñado por, Arthur Schopenhauer, según el cual, “el aspecto de un criminal es feo”, razonamiento que, bien demostrado está, es sólo parcialmente cierto. También pone sobre el tapete, esa realidad que las desgastadas teorías del médico y criminólogo, Cesare Ambrosio, desconocían, pues, éste señor afirmaba que, en gran parte, las tendencias criminales son innatas, de origen genético y observables en ciertos rasgos físicos.

En general, <<LLAMAD A CUALQUIER PUERTA>>, convence como avanzado tratamiento de la criminalidad… y queda bien sentado que, en definitiva: Todos somos responsables de todos, pues, hasta yerra la sociedad cuando no es capaz de defender a un hombre de sí mismo.

La famosa frase de Nick: “Vivir de prisa, morir joven y dejar un bonito cadáver”, yo la reemplazaría por: Abandónenlos, ciérrenles todas las puertas… y serán jóvenes-problema para cualquier sociedad.
Luis Guillermo Cardona
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