Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
9
12 de julio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abogado de la Universidad de Chile, pero, de poco ejercicio porque prefirió luego dedicarse a la literatura, Federico Gana (1867-1926). Se inició con la publicación de algunos cuentos en revistas (“¡Pobre vieja!”, “Un carácter”, “La Casa”…), después participó en un concurso de cuento con: “La Señora”, “En las montañas” y “La Maiga”, y con éste último dio lugar a la corriente del criollismo rural que luego proseguirían, Baldomero Lillo y otros.

Habiendo vivido, durante su niñez, muy cerca de Linares y con sus muchas visitas vacacionales a las zonas campestres, el conocimiento adquirido le daría al escritor para inspirarse en diversas ocasiones. En 1897, Gana publica, “La Maiga”, y tal fecha se señala como el comienzo del criollismo literario chileno. Aunque leía a Émile Zola, Gustav Flaubert y otros, Federico Gana fue, sobre todo, un ferviente lector de los escritores rusos, Lev Tolstói, Fiódor Dostoyevski e Iván Turguénev, quien influencia profundamente su estilo y, al publicar después, “La Señora” y “Paulita”, la calidez narrativa y el sencillo estilo que impregna su estructura, llevaron a muchos críticos a considerarlos como los mejores aportes a la literatura que alguna vez hiciera el escritor chileno.

Por iniciativa de su gran amigo, Pedro Prado, en 1916, se optó por recopilar los cuentos de Federico Gana bajo el título, “Días de campo”, y dos de ellos, “La Señora” y “Paulita”, fueron los que tomó el director, Raúl Ruiz, para su personal adaptación cinematográfica que incluirá toques de imaginería (surrealismo, visiones, metáforas, situaciones atemporales…) hasta lograr una original narración muy del especial talento de este director chileno.

Se parte de dos viejos amigos conversando en un bar: Federico Encina y don Luis. El primero de 90 años, sin poder terminar su novela; y el segundo, su confidente de unos 60 años. Ambos están muertos… eso creen… o eso creen los demás, ¡vaya a saberse!... En algún momento surge hablar de Paulita y, entonces, regresaremos en el tiempo cuando Federico, escritor de oficio, tiene 60 años y pasa parte de su tiempo en el feudo (finca) donde tiene como empleada del servicio a la leal, Paulita. Así se irán concatenando las historias, mientras una gotera fantasma -que veremos desde los títulos de crédito- y que viene de ninguna parte, se convertirá en metáfora del paso del tiempo, ya que la historia se volverá atemporal al llevarnos del presente al pasado, y luego a un pasado- presente donde todo parece una sola cosa…

Las situaciones que se van entrelazando en, <<DÍAS DE CAMPO>>, son preciosas y conmovedoras, y Ruiz añade sus toques personales: valiosos diálogos y sus propias resoluciones, tomando así la historia un rumbo muy auténtico que, al final, resulta memorable, dejándonos para el recuerdo a un puñado de personajes: Don Federico, Paulita, la señora Carmen, Daniel Rubio, Cecilia Chazal, Guacho Payo… que reflejan las singulares e inolvidables historias que se viven en los campos y en los pueblos.

Marcial Edwards, tiene a su cargo el estupendo rol del ‘frustrado’ escritor, Federico Encina, quien, a sus 60 años, será quien viva las experiencias que constituyen el grueso de la historia. Bélgica Castro, resulta adorable como Paulita, la empleada ‘a punto de morir’ según dictamen médico y quien se debate entre, viajar o no, para ir a despedirse de su ‘adorado’ hijo. El resto del reparto -salvo ciertas limitaciones que nos ofrece su lenguaje campechano y su vocalización-, también logra sensibilizarnos, pues, estamos ante una historia colmada de sentimientos y de poesía tan silvestre como humana.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
3 de julio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Utilizado en términos de organización delictiva, el concepto Cosa Nostra (se solía decir: “Eso es Cosa Nuestra” o “Eso es Asunto Nuestro” para acallar críticas o intromisiones), puede haber surgido a comienzos del siglo XIX –o quizás antes- cuando había dos capas sociales por debajo de los “Nobles”: Los Massari (granjeros) y los Gabelloti (administradores de las tierras de la nobleza siciliana), aunque puede afirmarse que, el sistema feudal, existe en Sicilia desde la era Normanda. La Cosa Nostra, fue un sistema de poder aliado con la clase gobernante, en la que el dominio pleno lo tenía un terrateniente que llegaba, incluso, a aplicar la ley en el territorio que dominaba. Los Gabelloti llegaban a tener mucho dinero, siendo propietarios de maquinaria, ganado y grandes cultivos agrícolas, y de entre sus familias surgían los futuros médicos, sacerdotes y abogados, con lo cual se “dignificaban” y llegaban a hacer parte de los llamados cavaglieri (caballeros).

El desarrollo del crimen organizado se fortalecería desde la unificación de Italia. Los funcionarios estatales de la isla, al no poder controlar la seguridad ni la estabilidad social, comenzaron a apoyarse en las bandas mafiosas, acrecentando así su poder, pues, actuaban como paramilitares… y pronto hasta comenzaron a cobrar a los campesinos las llamadas vacunas que para ellos eran, “cuotas de arrendamiento”.

Tras la I Guerra Mundial, los terratenientes acudieron cada vez más a las mafias… y muchos de los jóvenes, que antes fueran soldados, entraron a engrosar las filas de las bandas, pues, ya sabían manejar un arma y habían perdido el escrúpulo de matar. Otros jóvenes, sin embargo, anhelando justicia social ingresaron en los concejos socialistas sicilianos.

Avanzando en la historia de la Cosa Nostra, el hijo menor de una familia de 17 hermanos, Tommaso Buscetta -llamado Don Masino-, ascendió rápidamente en la mafia y, en 1946, ya era miembro de la familia de Porta Nuova, donde tuvo como capo a Giuseppe “Pipo” Calò. Después de haber pasado un tiempo en Brasil y luego en EE.UU., Buscetta volvió a Palermo y construyó un imperio de tráfico de heroína y cocaína que transportaba a muchas partes del mundo.

La guerra de bandas, las tragedias familiares… y su conversión en arrepentido (delator) tras lograr una estrecha relación con el célebre juez, Giovanni Falcone, es lo que vamos a ver en ésta lograda y potente película del director, Marco Bellocchio, quien, con una amplísima documentación escribiera también el guion, en colaboración con Valia Santella y Ludovica Rampoldi.

La historia se crece a medida que avanza y el sonado juicio, con riesgosos careos, a que se verá sometido Tommaso Buscetta, es antológico al convertirse en el que ha sido, seguramente, el más duro golpe dado a la Cosa Nostra en toda su historia.

El filme cuenta con muy buenas interpretaciones de, Pierfrancesco Favino (Masino), un recio carácter con el que es posible llegar a simpatizar. Fausto Russo Alesi, el carismático y comprometido juez, Giovanni Falcone. Maria Fernanda Cândido, como Cristina, la esposa aguantadora; y entre otros, Fabrizio Ferracane como Pippo Calò.

A sus 80 años, el calificado director, Marco Bellocchio, sigue demostrando con, <<EL TRAIDOR>>, que todavía tiene pulso para hacer grandes cosas.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
20 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los biógrafos del laureado dramaturgo y guionista, Viktor Rozov (1913-2004), han definido su estilo de manera suficientemente clara: “La atención del dramaturgo siempre estuvo atraída por los problemas morales y la elección que la gente del común tiene que hacer en su vida cotidiana. La acción de sus obras se desarrolla principalmente en el entorno familiar. Las características distintivas de la dramaturgia de Rozov, son personajes fieles a la verdad de la vida”.

A ésto sólo voy a añadir que, al haber hecho parte -durante la Gran Guerra Patria (II G. M.)- de la 8° División de Fusileros de la Milicia Popular de Moscú, Rozov, adquirió el suficiente conocimiento de la psicología y los ideales de cada soldado, como para poder argumentar con suma propiedad sobre sus valores y la importancia que tienen para la sociedad. Esta veracidad, es la que veremos plasmada en su primera y brillante obra, "Вечно живые" (Eternamente vivos, 1943), en la cual entremezcla algo de ficción con sucesos de la realidad.

Al adaptar la novela, con un guion escrito por el propio Viktor Rozov, el director, Mikhail Kalatozov, optó por el título, “Letyat zhuravli”, cuya traducción literal sería: ‘Las Grullas Vuelan’, pero la confusión que ha habido siempre entre, grullas y cigüeñas (animales con cierto parecido, pero, que se distinguen claramente porque el pico de las segundas es mucho más largo y su cola más corta e invariablemente negra), ha llevado a que, en algunos países, las grullas pasaran a ser cigüeñas… aunque hasta el mito de que éstas aves traen a los niños, comenzó en Grecia hablando de grullas, pero, ya casi todo el mundo acepta que ‘son las cigüeñas quienes los traen’.

En, <<CUANDO PASAN LAS CIGÜEÑAS>>, las aves son símbolo de armonía y libertad, lo cual tendrá algo que ver con la historia de amor que transcurrirá en plena explosión de, La Gran Guerra Patria, como llaman los rusos a la II Guerra Mundial.

Veronika y Boris se aman, pero cuando los alemanes comienzan a atacar a La Unión Soviética, los Rusos entran a defenderse y miles de jóvenes son reclutados para luchar por su nación. Al no recibir, en ningún momento, carta alguna de su querido Boris, Veronika comienza a ser cortejada por su primo, Mark Alexandrovich, y lo que sucederá en adelante, será un bello y doloroso drama que, el director recrea bien alejado del marco teatral y con una composición de planos en los que la fotografía de Sergei Urusevsky, consigue secuencias del más alto virtuosismo.

Los ángulos desde donde se captan ciertas situaciones; la vorágine de escenas muy bien decantadas; y los claro-oscuros de particulares momentos, incrementan significativamente la fuerza de cada acontecer… y el filme se crece a medida que se incrementa el drama, hasta dejarnos absorbidos por completo.

Las actuaciones de Tatiana Samoilova (Veronika), Vasily Merkurev (Dr. Fyodor Borozdin) y Aleksey Batalov (Boris), nos aseguran memorables personajes de esos que se guardan para siempre en el recuerdo.

Pienso, al terminar de ver esta hermosa película, que el Amor es un vuelo entre dos hasta sobrepasar las nubes que pretenden envolvernos; será esa fuerza mancomunada la que permita perseverar, resistir y encontrar un camino de salida cuando las barreras se tornen más recias… y aunque las parejas con un amor profundo y palpitante puedan ser separadas, su sentir perdurará para siempre.

Título para Latinoamérica: <<PASAN LAS GRULLAS>>
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
11 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rememorando una vieja película de Charles Chaplin, el arranque de ésta película es bien significativo, pues, muestra a Stephen Judd, un avejentado hombre que regresa al pueblo donde alguna vez hizo las veces de sheriff, y al oír las ovaciones de la gente, cree que son para él… pero seguidamente se da cuenta de que el recibimiento es para los corredores de una apuesta donde varios caballos corren contra un “camello” (en realidad un dromedario). Faltaron quizás una o dos escenas previas que dieran pistas sobre ésto, pero, con un poco de perspicacia es posible entenderlo.

Queda, así, sentado que estamos viendo a alguien que ya no goza de su lustroso pasado, y en la entrevista que tendrá enseguida con los banqueros y con su viejo amigo y ayudante, Gil Westrum, queda corroborado el ocaso que se cierne sobre las vidas de este par de hombres. En este sentido, considero mucho más acertado el título que, originalmente le había puesto, N.B. Stone Jr. a su guion, “Guns in the Afternoon”, que el que, al final, decidiera el director Sam Peckinpah.

Stone, quien ya había escrito, “Man with a Gun” (Richard Wilson, 1955) y otros tantos títulos para series de televisión, estaba dedicado al alcohol, y considerando que su viejo guion no estaba muy bien acabado, William Roberts -quien era su amigo-, decidió reescribirlo y no quiso recibir ningún crédito por ésta labor para animarlo en su difícil situación. Al caer el guion en manos de Peckinpah, éste vio en el personaje de Judd una imagen de su propio padre y, entonces se propuso retocarlo hasta hacer del viejo sheriff una amorosa semblanza de su amado progenitor… pero el crédito final se le respetó a Stone, quien no logró reactivar su labor como guionista cinematográfico puesto que, al filme le fue muy mal en taquilla dejando en pérdida 160.000 dólares.

Sin embargo, <<DUELO EN LA ALTA SIERRA>>, es uno de los mejores filmes que nos diera el polémico director, pues, se revela en él un estudio psicológico de gran valía donde se contrasta la suerte de sino que los hombres escogen al volverse mayorcitos, y entonces, salen a relucir: la coherencia o la incoherencia; la fortaleza o la debilidad, la lealtad o la traición… y cómo cada disposición puede influir para que alguien se hunda o cierre su ciclo por el buen camino.

De cierta manera, se contrasta la vida de generaciones anteriores con las que hoy enfrentamos. A las primeras las representan, Judd, Westrum e incluso el padre de Elsa, no obstante que, éste, raya en el fanatismo; y lo que, en gran parte, es lo que se vive hoy, lo vemos en el joven Heck, y sobre todo, en los cinco hermanos Hammond, que muy poco conocen de reglas y respetabilidad. Incluso, Elsa con su ligereza, cabría dentro de éste patrón que tiende a dificultar la convivencia. La secuencia del burdel con la boda de turno, es una perfecta recreación de la descomposición social que sigue empañando la realidad.

Peckinpah, se arriesga con un filme, también marcadamente sociológico, pero, consigue dejar una huella que, para nuestro gusto, reluce por encima de la violencia que impondría en sus filmes posteriores.

Randolph Scott y Joel McCrea, irremplazables como el par de pistoleros viendo el crepúsculo de sus vidas, pues, se sintieron tan compenetrados que hasta decidieron que, con éste filme cerraban sus carreras. Scott cumplió, pero, McCrea fue tentado algunos años después y estuvo en tres títulos más que no dejaron honda huella.

El reparto lo complementan: La debutante, Mariette Harley (Elsa); Edgar Buchanan (el juez Talliver), James Drury (Billy), Warren Oates (Henry) y, Ron Starr, como el impulsivo, y a ratos reflexivo, Heck.

Título para Latinoamérica: <<PISTOLEROS DEL ATARDECER>>
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
23 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“En cierta ocasión -contaba Chuang Tse- soñé que era una mariposa que volaba disfrutando del cielo. No tenía idea de que fuera Chuang Tse. De golpe desperté y era Chuang Tse de nuevo… pero no puedo decir ahora si he sido Chuang Tse soñando que era una mariposa o si soy una mariposa que ahora sueña que es Chuang Tse”.

Cuando uno termina de ver una película como, <<CIUDAD CERO>>, siente algo así como lo que vivió el maestro, Chuang Tse, con la experiencia que tuvo. Se me vino a la mente, “El Ángel Exterminador” de Luis Buñuel, con aquel grupo de personas que no consigue salir de una vivienda; y también recordé a, “El Proceso” de Orson Welles o la novela de Kafka si se quiere, con aquel inicio que dice: "Alguien debió de haber calumniado a Josef K., porque sin haber hecho nada malo, una mañana fue detenido…” y también con aquella suerte de pesadilla que deviene luego.

La película que dirigiera, Karen Shakhnazarov, tomando como punto de partida un guion escrito por él mismo en compañía de su asiduo colaborador, Aleksandr Borodyansky, comienza con Aleksei Varakin, un ingeniero moscovita que se ocupa de aires acondicionados, quien llega en tren a un pueblo con la tarea de hablar con la empresa proveedora, en vista de que ve necesario cambiar los paneles traseros. Que la secretaria labore y atienda completamente desnuda… Que el ingeniero que debía asesorarlo haya muerto… y lo que se avendrá después cuando, antes de disponerse a regresar a Moscú, decida ir a comer a un restaurante donde él es el único cliente a atender, dará apertura a una comedia negra colmada de originales y muy creativos apuntes que involucran algo de surrealismo, y nosotros tendremos que debatirnos entre si lo que estamos viendo es una broma pesada a un hombre inofensivo; un largo sueño con aliento a pesadilla… o una metáfora de la situación política del momento cuando, Mijaíl Gorbachov (8° y último líder de la U.R.S.S.), con sus políticas de glasnost (apertura), que dio mayores libertades de prensa y expresión; y perestroika (reestructuración), con la que descentralizó la toma de decisiones económicas, terminó resquebrajando el Estado de partido único y dejó que varios territorios del bloque del este se independizaran de la URSS sin intervenirlos militarmente, lo que daría lugar a su disolvencia como gran imperio al tiempo que motivaría su caída como jefe de estado en 1991, dejando a la nación en un verdadero colapso económico.

Shakhnazarov, parodia entonces la suerte de mentiras que pululaban en aquellos tiempos (la escena del museo es muy efectiva); nos da idea de cómo funcionaba la administración de justicia (la manera como se involucra a Varakin con la muerte del chef, es patética)… y muestra la “suerte” de libertades que se dieron con el glasnost: el nudismo y la pornografía, oír y bailar el rock‘n'roll, admirar a Elvis…

La puesta en escena es muy complaciente; la fotografía y la edición son muy efectivas; y la trama nos mantiene agarrados con una serie de situaciones que nos llevan de sorpresa en sorpresa, en forma absolutamente impredecible.

Con, <<CIUDAD CERO>>, estamos ante una película inolvidable. Leonid Filatov (Varakin), Evgeny Evstigneev (director del museo), Yelena Arzhanik (Ninotchka) y Yuri Sherstnyov (el camarero), logran que todo suceda de manera encantadora.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Más sobre Luis Guillermo Cardona
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here

    Últimas películas visitadas
    William and the Windmill
    2013
    Ben Nabors
    arrow