No voy a extenderme mucho: "San Andrés" (2015) es una película palomitera de catástrofes de esas que te permiten desconectar el cerebro un rato en caso de necesidad, te ríes del guión manido, simplón y predecible pero alucinas con unos efectos especiales sensacionales. En nuestro caso, esta película fue una divertida alternativa a la soporifera programación televisiva de la Nochevieja de 2015. Sólo por evitarnos ese tedio, merece la nota que le doy.
A destacar las secuencias del derrumbe de los rascacielos de Los Ángeles y San Francisco, con mención especial al sensacional tsunami con "sorpresa" (el carguero portacontainers) que los protas esquivan de forma tan improbable como espectacular.

Ya lo he dicho en alguna otra ocasión al hacer críticas sobre cine de animación para niños: hay películas que sólo vas a ver porque eres padre y tienes que acompañar a tu vástago al cine. Esta película entra directamente en esa categoría con todos los honores. Los niños se lo pasarán pipa con las aventuras de Los Cachorros y la bruja Corneja (protagonistas de la serie italiana del mismo título que se emite en el canal Clan de TVE) y los padres podrán descabezar una agradable siestecita, que fue lo que hice yo, tras ver los primeros diez minutos de la proyección. Cuando me desperté, ya estaban los títulos de crédito finales y se escuchaban profundos y sonoros bostezos entre el "público" adulto.

Por lo menos, técnicamente está bien resuelta, aunque no sea nada del otro mundo.

No ví en su momento LOPE (2010) en los cines y he de decir que me alegro de no haberlo hecho. Habría sido un desperdicio de tiempo y de dinero. Como lo habría sido gastar 18 eurazos en el combo Bluray+DVD que está puesto a la venta desde febrero de este año. Pero como uno tiene amigos para todo, anoche me puse el disco BD con la película en cuestión y ya sé a qué colega le voy a retirar el saludo durante una temporada...

El título de mi crítica resume perfectamente su contenido. LOPE es una película mortalmente aburrida (terminé ojeando una revista durante la última media hora), muy lenta, tórpemente realizada y protagonizada por un Alberto Amman que en ningún momento está metido en el papel. El sonido directo es pésimo y la dicción de casi todos los actores deja mucho que desear. ¿Cuándo los actores españoles serán capaces de hablar alto y claro y de dar "alma" a sus voces? En este país se da la extraña circunstancia de tener unos actores de doblaje excepcionales y unos "actores" a secas que no saben declamar. Es lo que tiene formarte en televisión y no en teatro.

Que haya tenido que ser un casi desconocido director brasileño el que se haya hecho cargo del primer intento serio de hacer una película basada en la agitada vida de nuestro más insigne dramaturgo, Don Félix Lope de Vega y Carpio, dice mucho del estado en el que se encuentra nuestra patética "industria" cinematográfica. Pero si el resultado hubiera sido al menos aceptable no habría nada que objetar. Pero no lo es. Porque fuera del vestuario y de algunos interiores, se nota la falta total de un presupuesto adecuado (esos planos cortos y medios de las calles del supuesto Madrid de finales del XVI lo dicen todo) y -sobre todo- de un guión sólido.

La vida de Lope de Vega da para no una, sino muchas películas. Lope era un genio de la pluma y el papel, pero era también un aventurero y un vividor de marca mayor, un tipo dispuesto a desenvainar la espada con la misma o mayor velocidad con la que saltaba de cama en cama para solaz de las muchas damas que conoció (en el sentido bíblico). Cualquier guionista norteamericano o británico medianamente competente tendría material (real o inventado) para una exitosa trilogía. Pero no. Aquí nos encontramos con un ladrillo de algo más de 100 minutos, que huele a la legua a "biopic" televisivo al que se ha hecho pasar por producción cinematográfica y del que sólo se salvan algunas escenas y alguna que otra actuación secundaria. Extraño "biopic" es este que se centra en algunos sucesos del principio de la carrera de Lope y se deja lo mejor en el tintero (ver spoiler).

Sinceramente, no entiendo las altísimas notas que le han dado a este truño algunos filmaffiniteros. Tal vez estén a sueldo de las productoras, porque sino, no se entiende.

Es sin duda la mejor película de Arnold Schwarzenegger y una de las más redondas de su director, John McTiernan. Por supuesto, a los críticos más exquisitos e intelectualoides de la prensa, a los "fans" del cine político-social y a los cinéfilos deslumbrados por los nuevos valores del cine iraní este film les parecerá poco menos que un anatema, pero para el gran público que quiere pasárselo bien durante algo más de hora y media no cabe duda de que es una película redonda.

"Depredador" es una de mis películas de ciencia-ficción favoritas y, al contrario que otras de la época, ha resistido muy bien el paso del tiempo, manteniendo la tensión y la emoción hoy igual que hace casi un cuarto de siglo. La "demolición" de la selva a tiro limpio con la ametralladora pesada "Impaciente" es una de mis escenas favoritas.

En fin, que me están entrando ganas de volver a verla.

Lo que se presentaba y debería haber sido una serie que homenajeaba la poco conocida aportación de las mujeres al esfuerzo de guerra durante la I Guerra Mundial, deviene enseguida en un folletín romántico-dramático que parece más propio de Antena 3 y Bambú que de una producción histórica.

Poco más que decir: sirve para entretener en un fin de semana lluviosoz pero poco más. Le falta profundidad y realismo y también presupuesto, porque vaya batallas más pobretonas. Típica producción Netflix para rellenar catálogo.