No sólo supone el crossover de dos personajes míticos de DC que pretende subir los números que hace Supergirl en CBS, además de atraer a los espectadores de The Flash, este capítulo era una oportunidad de ver algo que no veremos en el cine, que es el cruce entre las versiones más clásicas de los personajes (tomando a Kara como una heredera en espíritu del Superman de Christopher Reeve).

Y la sensación al terminarlo es que han dado lo que la mayoría de la temporada de Supergirl ha demostrado que es su tope: un par de villanas se alían para derrotar a Supergirl y resulta que Flash pasaba por allí y echa un cable. El principio es genial cuando Barry le explica cómo funciona el multiverso y Winn conecta directamente con el personaje. Se nota la presencia carismática entre Gustin y Benoist, más incluso que cuando el primero se cruza de vez en cuando con Stephen Amell. El problema es que la posibilidad del crossover se queda ahí y lo que viene más adelante es el uso de Barry como mero recurso para el arco de Supergirl de reconciliación con la gente, solucionado de lo más cursi, hay que decir. Para más inri, el capítulo termina de afearse con un cliffhanger de lo más soso.

Otra cosa que me chirría, y que me imagino que será una decisión tomada en un despacho, es que la historia se encuentre en el aire en lo que a la continuidad de The Flash se refiere. A saber si va antes o después del episodio 'Flash Back'...

En definitiva, un capítulo agradable con sus pinceladas de servilismo y deleite del fandom por ver a estos dos compartir pantalla, pero que a fin de cuentas la historia se nutre muy poco de ello y que lo que podría haber sido una "mini crisis" (los fans de DC sabrán de qué hablo) termina pareciendo un intento porque las audiencias suban antes del season finale.

Hay películas que odias o que directamente te enamoran. Digamos que este puede ser el caso de 'Eraserhead', a mí sinceramente no me ha gustado porque la he visto demasiado concreta . Aunque para ser justos, he de reconocer que la atmósfera resulta agobiante y repugnante en su mayoría, todo gracias a la intención remarcada de hacer un homenaje al expresionismo alemán.
Planos oscuros, lentos y lúgubres consiguen meternos a ratos en una historia con pies y cabeza (al césar lo que es del césar) con pinceladas, cuanto menos descabelladas.
Sin embargo, le faltan demasiadas cosas. Es posible hacer buenas películas puramente estéticas, pero es totalmente necesario un mínimo de dinamismo en las secuencias, ya sea por un continuado transcurso de acontecimientos o, algo que Kubrick sabía hacer muy bien, una banda sonora que llevara la película sola ('2001')
Además de poca profundidad en sus escuetos diálogos, a los que se le podría haber sacado mucho más, sobre todo, a la mujer de detrás del radiador.
En definitiva, no es una mala película que consigue lo que busca, enmudecer al espectador con locas pesadillas dignas de una mente perturbada (la de Henry), pero que peca de monótona, a pesar de un final espeluznante.

¿Creíais que lo habíais visto todo? Negativo.
Este superhombre no tiene límites: Después de aturdirnos con una pastelosa "Huracán Carter", aterrorizarnos con "El coleccionista de huesos" y apasionarnos con "Titanes", de nuevo el inmenso Denzerl Washington me sorprendió con este gran filme de argumento previsible y, sinceramente, muy mascado. Aún así, el lo pone todo encima de la mesa:
- Porque Denzel te acojona.
- Porque Denzel te transmite grandeza.
- Porque Denzel llora sí, pero si Denzel llora, inevitablemente tú lloras.

Como él bien diría al final de la película: "Yo soy el puto King Kong". Y lo es señores, es el puto King Kong.

Sí, es horrible y totalmente traicionero evaluar una serie de televisión por su piloto. Pero en vísperas de que se lance el segundo se hace obligado dejar constancia de las impresiones de una, como dirían los yankees, "most anticipated" serie de televisión. Retomar una saga querida por los fans es un berenjenal importante, un remake es una jugada, en la mayoría de los casos, perdedora. Aquí la reinvención va más allá. Ponte tú a hacer un slasher de 7 horas y media por temporada, es algo realmente jodido. Es un arma de doble filo, por un lado tienes la opción de hacer algo que se agradece particularmente en el género como es profundizar en los personajes antes de cargártelos, o bien darle demasiada cancha a unos actores muy amateurs. En cualquier caso, el piloto sorprende, y para bien. Saca un buen abanico de referencias pop (se ceban con Viernes13) y sabe cuándo ponerse meta, las dos bases de la saga. Eso sí, el cast oscila entre lo salvable y lo estrepitoso, nada fuera de lo esperado, por otro lado, pero que no ayudan en nada si, como se perfila, uno de los comodines va a ser el culebrón adolescente casposo.

Pero en fin, interesante uso de aplicaciones como snapchat o youtube para la causa, eso sí, en detrimento de unas posibles (y míticas) charlas ghostface-víctima por teléfono, lo que decepciona y afea la primera muerte (totalmente referencial a la de Barrymore). Parece casi una serie que sólo funcionaría donde se está haciendo, con todo el miedo que traía consigo. Aunque bueno, quizás en Showtime hubiera quedado algo más pulido.

Total, que un decente "Bien" para el piloto de Scream, que si bien cuenta con un cast más que regulero y una apuesta más dirigida hacia el misterio que la sangre, al menos ha sabido adaptar la saga a una nueva generación mucho mejor a como lo hizo la cuarta película de la saga, que tampoco fue un desastre. Gran expectación al confirmado capítulo(s?) dirigido por Ti West.

Pero bueno, ¿esto qué es?... Bueno, en realidad supongo que un intento de retomar braveheart a la americana.
Recuerdo que alquilé esta película porque creía que lo que había visto en mi infancia era una buena obra bélica con escenas duras en una iglesia. Inocente de mí.
Cuando vi ESTO, la decepción no tuvo cabida en la casa. ¿Americanada? no, lo siguiente. Y con americanada no me refiero a patriotismo estadounidense ( Me gustó bastante "Salvar al soldado Ryan"), sino a escenas de acción inverosímiles y, sobre todo, las más claves.(spolier)
Si se salva algo, sin duda sería la "pasión" pasión que derrocha el personaje de Gibson (spolier2)