4:00 AM: CASA DE GEORGE LUCAS

Suena el teléfono-láser. George Lucas, disfrazado de Darth Vader, baja corriendo las escaleras.
(pantalla dividida en dos en plan sesentero)

GL: ¿Hola?
Steven Spielberg: ¡Georgie!
GL: ¡Hombre, steve! ¿Qué pasa, macho?
SS (Curiosa abreviatura, se habrá dado cuenta él?): Pues nada. Que estaba trabajando aquí en el despacho y...
GL: ¿Que estabas trabajando? Joer, ¿y qué se siente?
SS: No sé, la verdad es que es como raro...
GL: Entiendo. Oye, ¿sabes qué hora es?
SS: ¿las 4?
GL: Eso mismo. ¿Cómo sabías que estaría despierto?
SS: Creo que te voy conociendo ya... (sonrisa maliciosa)

(mientras dice esto, se ve una furgoneta del Mossad con una antena parabólica encima aparcada frente a la casa de George Lucas)

GL: Bueno, ¿y qué querías? Estoy muy ocupado ideando más muñecos para sacarles la pasta a los frikis...
SS: Nunca cambiarás, ¿eh? Verás... ¡He tenido una idea!
GL: ¿¡No me digas!? ¿Cuándo fue la última vez que te oí decir eso...?
SS: Creo que con la Lista de Schindler.
GL: Cierto, cierto. Tuviste mucha suerte de que aquel negro judío se ofreciese a dirigir Munich.
SS: Sí, lo se. Nunca pude agradecérselo, murió en extrañas circunstancias...
GL: Seguro que antes de los oscars.
SS: Un mes antes.
GL: Estás hecho un crack.
SS: Gracias, hombre.

Cosas que tenía Revolutionary Road para ser una película excelente:

-Una historia interesante, sincera, creíble.
-A KATE WINSLET (GUAU)
-A LEONARDO DICAPRIO (Ahora que ya no es la niña aquella tan mona que salía en Titanic)
-A KATHY BATES (Kathy, soy tu fan número uno... muajajaja)
-A SAM MENDES (¡Ponme una de American Beauty! Agitada, no removida...)
-Un final tremendísimo a la vez que genial.
-PRESUPUESTO (así que no valen excusas del tipo "verás, es que... el rodaje bien, pero en la postproducción ya no teníamos pasta y tuvimos que montar la película con pegamento de barra")
-A KATE WINSLET (MIAU)

Cosas que hacen que Revolutionary Road no sea una película excelente:

-Diálogos poco creíbles a la vez que pedantes: ¡Revolutionary Road está llena de (intentos de) frases célebres! Casi cada conversación es una excusa para soltar ahí con saña miles de reflexiones filósoficas sobre el vacío existencial y los sueños que quedan en la cuneta...
-Personajes construidos cutremente.
-Sale Tarta de Fresa (No me digáis que la compañera de Leo en la oficina no es clavadita...) JE

CONCLUSIÓN: Sam, Sam, Sam, Sam... Vale que te bases en un libro, hasta ahí estamos de acuerdo; pero, macho, tenías que rodar una película, no volver a reescribir la novela... Por si no lo tienes claro, te lo repito: NO ESCRIBIMOS IGUAL QUE HABLAMOS (a menos que seas Pérez Reverte, que entonces sí...JE). En fin, te he puesto un siete, porque, bueno, dentro de lo que cabe, la historia sigue siendo interesante y el final no deja de ser guay (Y por Kate, pio pio), sin embargo, tengo que decírtelo: NO PIENSO VOLVER A VER ESTA PELÍCULA TUYA porque, chaval, NO HAS CONSEGUIDO EMOCIONARME. ¿Que tus personajes se caen de un puente y los atropella un camión cargadito de cerdos? Pues muy bien, Y LA ABUELA FUMA PUROS.

Antes de masacrar esta película como se merece, es decir, lenta y dolorosamente, quiero dejar claros ciertos puntos a tener en cuenta a la hora de leer esta crítica:

1. No iba mentalizada negativamente a ver El Baile de la Victoria, sino más bien todo lo contrario. Con las críticas tan sumamente guays que había leído de lo que más ganas tenía precisamente era de que me encantara. Yo es que soy así, macarra por naturaleza, no puedo evitarlo.

2. En principio no tengo nada en contra de Trueba a parte del hecho de que es un director más bien mediocre, pero eso tampoco es estar en su contra, es aceptar una realidad que no hace más que demostrar.

3. No voy a negar que la historia tiene su miga, y los personajes también. Además, los actores son geniales, tanto Ricardo Darín (que lo borda, como el actorazo increíble que es) como Abel Ayala (vaya con El Polaquito, sí que creció), e incluso Miranda Bodenhofer (que al fin y al cabo es bailarina y no actriz).

Así pues, teniendo como ingredientes una mentalidad más que abierta y positiva por mi parte, una historia interesante, unos personajes con gancho interpretados por unos actores con gancho, un director se supone que con experiencia... ¿CÓMO ES POSIBLE QUE ME SIENTA TAN SUMAMENTE ESTAFADA? Muy sencillo.

(No hay ningún spoiler abajo, sólo más caídas del burro)

La historia es interesante, no digo que no, pero también es cierto que la idea es de Saramago y no de McKellar o de Meirelles. Así pues, el quid de la cuestión estaba en, con una idea tan buena, hacer una película que estuviese a su altura. ¿Lo ha conseguido? Depende del rato de peli que pilles. Hay escenas impresionantes, turbadoras, de éstas que te ponen la piel de gallina, te hace sufrir y piensas “pedazo de escena, este Meirelles es un bestia parda”. No obstante, también hay otras en las que sólo puedes meditar acerca de “la lentitud, la excesiva duración y el blanco puro ese que le mete con la mayor de las alegrías, que no provoca otra cosa más que sueño y, si me presionáis, sopor”. Con esto no quiero decir que lo de que media peli esté en blanco quede mal, no. En algunos casos queda bien, pero, a mi humilde parecer, abusa de ello.

¿Qué es lo que termina de fastidiar la película haciendo que en vez de un 8 le ponga un 7? LA VOZ EN OFF. Seré yo, que no me suelen gustar estas voces, salvando algunas, claro (como, por ejemplo, la de Kevin en American Beauty). En este caso, la vocecilla maldita se dedica a ir subrayando y haciendo reflexiones pseudofilosóficas acerca de lo que el espectador ya puede ver y entender por sí mismo, porque, y sé que me repito más que el chorizo, los espectadores no somos tontos (gracias...).

¿Conclusión? Pese a mis puntillosas críticas, la película no deja de ser curiosa: el ambiente, los actores (destaco a Gael García Bernal, que me parece que se luce), la historia y, vuelvo a repetir, esas escenas absolutamente bestiales hacen que sea un film digno de ver y admirar, al menos una vez en la vida (tampoco vamos a abusar, JE).

Bueno, pues acabo de volver del cine de ver Ángeles y Demonios y, después de enterarme de que hemos quedado penúltimos en Eurovisión (¿suicidio colectivo?), me he puesto a escribir esta crítica.

Tengo que admitir que las historias de Iluminati, Templarios y demás sociedades secretas no suelen llamar mi atención (y eso que me leí El péndulo de Foucault ENTERITO, que conste en acta), así que esta película, como no podía ser de otra manera, tampoco me atraía. El caso es que, visto lo visto en la cartelera últimamente, y arrastrada por un amigo, he acabado viéndola en la segunda fila de unos multicines. ¿Mi veredicto? CHISSSSSPEANTE.

Un momento, ¿dónde está el soseras ese llamado Tom Hanks? ¡Anda! ¡Pero si es el atractivo a la par que misterioso profesor Robert Langdon! ¿Qué me dices? ¿Que no dejaron al señor Howard rodar en el Vaticano y todo son reconstrucciones? ¡Oh la la! ¡Qué maravilla de efectos! ¿Que sale Armin Mueller-Stahl y Ewan McGregor hace un papel interesante desde... a saber cuándo? ¿Que Stellan Skarsgard también tiene un papel? ¿Y quién es esa chica? AYELET ZURER... Pues me he enamorado.

Y que dura dos horas y veinte: dos horas y veinte de pim pam, pim pam, pim pam, y que si vamos para acá, para allá, que si disparos, explosiones, obras de arte, ROMA ROMA ROMA... Uff, respira un poco, Langdon.

¿Conclusión? No me he leído el libro, así que como espectadora inocente diré que ya era hora de que hicieran una adaptación decente. Con esto quiero decir que, porque sé que existe un libro llamado Ángeles y Demonios, que si no me parecería estar viendo un guión original la mar de entretenido y emocionante. La trama está perfectamente construida y las escenas muy bien enlazadas. Te felicito, Ron, me has mantenido pegada a la butaca durante dos horas y veinte sin mirar el reloj NI UNA SOLA VEZ. Pero todo no pueden ser piropos, macho, también tengo que decir que te has pasado un poco alargando el final, pero bueno, te lo perdono porque la música mola, JE.