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España España · SAN LORENZO DEL ESCORIAL
Críticas de félix alonso
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
9
21 de enero de 2014
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para que mis amigos del colectivo-rousseau degustaran mejor Gertrud les invité a que vieran algunas imágenes del pintor danés Hammershøi .Dentro del libro de José Andrés Dulce conservo propaganda de la exposición del 2007 que se hizo en Barcelona en el CCCB. En esa exposición se pretendía, dar a conocer a dos autores muy reconocidos por la historia de la pintura y la cinematografía, y mostrar las fuertes relaciones visuales y creativas entre ambos artistas, así como en sus métodos, su comprensión íntima del arte y sus similitudes estéticas.
• Ambos comparten la convicción de que es en los espacios interiores (de una casa, de una imagen, de un rostro) donde se produce la mayor intensidad dramática.
• La forma de tratar la figura humana y, en concreto, la femenina: las enigmáticas mujeres de espaldas situadas en interiores domésticos remiten a la contemplación y el éxtasis del personaje, a su drama a puerta cerrada, incluso contienen el aroma de la muerte.
• El dominio de la luz sobre la escena es impecable en ambos artistas. Hammershøi sabe pintarla, Dreyer le concede ritmo.
• Los exteriores. Por un lado, están los paisajes, cargados de una atmósfera muy especial. Por el otro, los exteriores percibidos a través de las figuras esculturales, las ventanas y las puertas ajustadas de los espacios interiores representados.
Mi afición por Dreyer, y una vez que tuve conocimiento de que la exposición no se realizaría en Madrid, me llevó a pedir a un amigo,con novia en Barcelona,que me llevara para ver la exposición.La muestra contaba con 36 obras de Hammershøi y 12 montajes audiovisuales que mostraban fragmentos de las películas de Dreyer. La exposición presentaba igualmente fotografías y documentos procedentes de los archivos privados de ambos artistas,que me permitieron apreciar el proceso de reflexión y elaboración de sus creaciones.
He visto Gertrud por tercera vez, es este caso coincidiendo con una proyección en la sala Medinaceli de “El mismo amor la misma lluvia” del conocido Campanela y la pregunta de uno de los asistentes que tuvo la fortuna de asistir a ambas proyecciones era la siguiente: ¿cómo es posible que al que le gusta el cine, ante el tema del amor como eje en ambas películas, no llegue a disfrutar hoy día de Dreyer y sí lo haga con la comercial “El mismo amor…”? Lo dejamos así. Cada cual que se responda.
Gertrud nos cuenta las tempestuosas relaciones con una terna de hombres a los que ama o ha amado, recordándonos a cada momento el teatro nórdico, siendo los espectadores, puestos en situación desde la aparición en escena del abogado Kanning,señalados con todos los motivos que han de desfilar en la obra. En la primera conversación entre Gertrud y Jansson se da paso a la interpretación de de un Lied de Schumann, preludio del encuentro sexual que Dreyer resuelve con un hechizo de música y sombras.
Cuando Lidman acude a despedirse de Gertrud para intentar recuperarla, el poeta enciende la vela situada a ambos lados del espejo, y serán las mismas velas que apaga Gertrud cuando decide no avivar la llama del amor.
La película termina con la inesperada visita de Nygran, emplazados frente a frente, la imagen nos lleva a una habitación ya sin decoración, antesala de la muerte, que se visualiza con una puerta que se cierra y el toque de las campanas .El amor lo es todo.
félix alonso
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7
16 de mayo de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hemos elegido “Francisca” en el homenaje que hemos realizado en nuestro cine-club a Manoel de Oliveira por algunas razones, para nosotros contundentes. En primer lugar por tratarse de una adaptación de la novela Fanny Owen de Agustina Bessa-Luis, una de las figuras centrales de las letras europeas, y que en” Contemplación cariñosa de la angustia” nos hace disfrutar mucho con una excelente velada con seis escritores de su agrado (y del nuestro). En segundo lugar poner en primer plano la vida rocambolesca de Camilo Castelo Branco, una de cuyas novelas dio origen a la película del chileno Raúl Ruiz: ”Misterios de Lisboa”. Y por último, y como razón también afectiva, llevarnos a las tierras de Miguel Torga. Oliveira, con éstos ingredientes, nos pone delante de nuestros ojos la obsesión del romanticismo: la búsqueda del absoluto que rescatara a los hombres de la fragmentación para restituirles la unidad perdida. El amor podría ser ese absoluto si imposiciones sociales no lo desvirtuaran, fracasada la ilusión del amor sólo queda la muerte.
La película la concibe Oliveira a modo de “tableaux vivants” con una puesta radical en iluminación bajo mínimos, reivindicando los lienzos burgueses de aquella época, y dando mucho protagonismo a Elso Roque director de fotografía. La película hubiera tomado otra dimensión si la fotografía hubiera sido encargada a Nestor Almendros, al modo en que lo hacía con Rohmer, pero entonces ya no sería Oliveira, estaríamos hablando de otra cosa, y ese es precisamente el mérito, conseguir de cada plano un riguroso pictorismo y al mismo tiempo ser cine en toda su dimensión.
Hector Pandiella, en un excelente trabajo, nos aclara que los espacios quedan fragmentados por zooms o travelling que acomodan los límites del cuadro a la disposición y a la pose nueva de los personajes, pero el movimiento de cámara no coincide con la acción. El espacio exterior, cuando es pertinente, no se inserta en el discurso mediante el plano / contraplano sino a través del sonido (otro elemento primordial de la película, siempre puntual, puntuando) o del espejo. El recurso de la repetición (sobre todo cuando corresponde el plano a quien habla y el contraplano a quien escuche) es famoso gracias a Persona, de Bergman y reivindicado por el otro gran cineasta portugués, Monteiro, En el caso de la película de Oliveira, lo observamos con claridad en la secuencia del corazón de la amada .Muchos otros aspectos merecen ser observados con delicadeza en una película tan compleja como esta: el papel que la música adquiere, el tratamiento de las elipsis temporales mediante rótulos.
La riqueza del conjunto anima no sólo a pensar algunos elementos (pensamiento que ejerce tensión hacia nuevas formas de escribir/leer el cine) sino a disfrutar a cada instante, con mirada voraz y absoluta entrega, de esta obra maestra de Manoel de Oliveira.
félix alonso
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8
15 de febrero de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si la escena en la que toma la palabra Jean Jaurès, a los miembros del Buró Socialista Internacional, deliberando por la paz y la fraternidad de los pueblos, fue en París o en Bruselas, en cualquier caso vemos a Jaurès incansable abogar por una inaccesible complicidad entre París y Berlín. “Nunca he dudado en atraer sobre mi cabeza el odio de nuestros chovinistas por mi voluntad obstinada, y que no flaqueará jamás, de un acercamiento franco-alemán”, explica. Antes de hacer del proletariado instrumento de este acercamiento y último baluarte contra la guerra: “¿Queréis que os diga la diferencia entre la clase obrera y la clase burguesa? La clase obrera odia colectivamente la guerra, pero no la teme individualmente, mientras que los burgueses, colectivamente celebran la guerra, pero la temen individualmente. Por eso, cuando los burgueses chovinistas han conseguido que amenace tormenta, se amedrentan y preguntan si no van a actuar los socialistas para impedirla”. En un extremo del estrado, Rosa Luxemburg parece asentir con un discreto cabeceo. Viene de Alemania con el convencimiento de que muchos de sus compañeros están tomando la opción de apoyar el conflicto bélico, y esa es una de las claves de la película, el desgarramiento que va sufriendo, siempre acompañado de imágenes de su vida personal y amorosa, hasta su distanciamiento total creando el partido espartaquista.
La película no aporta ningún elemento que nos haga pensar que las tropas de asalto habían recibido órdenes de los socialdemócratas, como se sostiene en muchas ocasiones de forma interesada, el golpe de su cuerpo sobre el canal y las luces reflejadas en el mismo ponen fin a una historia realmente emotiva. Bertold Brecht nos dejó éstos versos, que hemos echado de menos, mientras buscaban su cadáver: la noche del 15 de enero de 1919:
La Rosa roja ahora también ha desaparecido.
Dónde se encuentra es desconocido.
Porque ella a los pobres la verdad ha dicho
Los ricos del mundo la han extinguido.
félix alonso
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9
13 de junio de 2010
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que tuvimos la suerte de viajar en trenes de vapor, conocer chicas con coletas y faldas de cuadros, no tenemos otra alternativa que saltar a la pantalla, como hizo , Woody Allen, y dar un beso a Shura. Imaginemos, nos subimos a un vagón lleno de gente y en un claro, como haciendo abstracción de lo que nos rodea, con el humo de la máquina de vapor dando un tono melancólico, un fundido de arboles con nubes, y así sin más, nos mira nuestra chica, con los pelos hacia la cara movidos por el viento, y se nos brinda el plano de una boca, del mismo color que conseguíamos con las fotos en blanco y negro tratadas con hidroquinona.” Cuando le dije que no tenía a nadie le declaré mi amor”, dice sola en el andén, mientras que Aliocha Skvortsov , está enmarcado, en la ventana del tren que le conduce a su objetivo, recordando sus imágenes más bellas.
Excepto Borau, que hizo una película sin música, normalmente, cuando se quiere resaltar la emoción de una escena, la música adquiere los sonidos más potentes. Pues bien, Grigori Tchoukhrai, nos emociona cuando la madre corriendo entre las espigas de heno va en busca de su hijo con la música de Mikhail Zive, y de pronto ésta se para, sólo se oyen los sollozos y unos pitidos de fondo del camión que tiene prisa en regresar. Uno salta de la silla, si además hay un encuadre en el que el horizonte se pierde por esos caminos que nos recuerdan a Tarkovski. Gran actor el que hace de soldado cojo en el primer recorrido de nuestro héroe, película antibelicista a nuestro juicio.” El timbre no funciona, hay que golpear”, dice el niño que está haciendo burbujas de jabón. Lástima de talentos perdidos por la falta de libertad.
félix alonso
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Bucarest. La memoria perdida
Documental
España2008
6,7
372
Documental
8
27 de enero de 2010
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Además de las sugerencias que hace Albert Solé en los extras, al terminar de ver el excelente documental yo he recordado el nombre de dos autores que con ideas complementarias llenarían la memoria de muchos de nuestros amigos que han dado lo mejor de sus vidas para vivir en un mundo mejor.Por un lado, Adam Schaff que en su libro sobre su biografía hace balance de su generación,dando un tratamiento justo y merecido a los comunistas nobles y honrados que entregaron sus vidas a la causa del socialismo.En una declaración, al modo de Rousseau en sus confesiones, nos convence de que su lucha no fué inutil.
José Martinez Cobos, en un reciente libro titulado "Recuerdos Fraternales", nos relata con verdadera precisión la España del exilio, vivida en primera persona desde los cinco años cuando en compañía de sus padres tuvo que marcharse a Toulouse.Conocer la vida de los republicanos socialistas, las vicisitudes de la UGT, los congresos del PSOE en la clandestinidad, hasta su esperada alegría en el Hotel Palace el año 82, es lo que nos cuenta José Martinez con una prosa brillante. Dos historias personales que nos deberían de poner en la pista para recuperar muchas memorias perdidas y que tenemos la obligación de recuperar.
félix alonso
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