Cuando en ellas hay vertido un talento y un trabajo infinitamente superiores a las taquilleras SCARY MOVIE, EPIC MOVIE, DATE MOVIE (Dios, qué asco esta última). No son sólo los actores que lo hacen genial (gana Renfield, personaje cachondo donde los haya), o la banda sonora, que da miedo como si la peli fuera realmente de terror, o la puesta en escena, también muy conseguida para ser una parodia. Se trata sobre todo de un guión de comedia mucho más currado que la simple risa extra-fácil de las nuevas, con toques propios y originales, no necesariamente recurriendo siempre a los clásicos en los que se inspira.
Si con las locas de Robin Hood había que ver ROBIN DE LOS BOSQUES y ROBIN HOOD: PRíNCIPE DE LOS LADRONES antes, con D.U.M.M.C.Y.F. antes hay que ver DRáCULA la de Bela Lugosi y DRáCULA de BRAM STOKER la de Coppola, para que la risa despierte a los vecinos.

Porque se lo merece. Es lo que yo llamo una película mala sin complejos. Porque hay persecuciones en medio de la casa con música de banjo, hay un orangután (¡¡Dios mío, ¿por qué hay un orangután?!) haciendo carantoñas, cámaras rápidas para hacer reír (al más puro estilo de montar películas de Homer Simpson; sólo falta la cortinilla de estrella, cachis), un cura que en plena boda lee el manual de socorro del avión en vez de la Biblia, un sobrino tonto de risa tonta... Son demasiadas cosas, hay que verla para creer en ella y en sus valores.

Toda iniciativa que se realice en pos de la resolución de este proceso, y favorablemente a Britney por supuesto, me parecerá poca. Aunque los fans y la comunidad “britnera” mundial ya se han ocupado de convertir esta historia en un asunto mediático (menos mal), los medios de masas no le están dando la verdadera importancia que tiene esto.

¿Que qué es esto? Nada menos que un caso de secuestro legalizado y socialmente aceptado. Y no de asesinato, porque la Britney –en contra de lo que dicen esos exámenes psiquiátrico/forense/científicos súper fiables– está bastante más centrada de lo que está la mayor parte de la gente. Pues con esa vida, esa presión demencial, y ese nivel de trabajo y sacrificio que la nena gasta, la mayoría de la gente se habría pegado un tiro, o habría caído en las drogas, o estaría ya internada en un manicomio.

No, todo ese circo legalista tan del gusto de los yankis no se hizo para proteger a la colega, sino para exprimirla a manos llenas y sin filtros de ninguna clase. Así 13 putos años. Una mujer adulta con hijos que gana millones de dólares (bastante más merecidos que los de otros muchos) sin derecho a circular libremente por el país, ni a gastar su propio dinero, ni a tener más hijos…

No es ni más ni menos que un caso de lesa humanidad. De vulneración de derechos básicos. De un delito grave perpetrado por el Estado de California contra una persona inocente y prolongado en el tiempo. Y parece que aquí no pase na, oye. Es gravísimo. Es absolutamente escandaloso, pero la generación del déficit de atención dudo que se preocupe de este asunto con la gravedad que exige, lo dudo mucho. Tampoco veré a las feministas ocuparse de que tengan retenida a una mujer contra su voluntad 13 años.

Yo creo que este filme podría catalogarse perfectamente como de terror, pues consigue mucho más que películas de miedo "oficiales" meternos el canguelo en el cuerpo. Sólo que, y he aquí el meollo de la cuestión, lo que nos aterroriza esta vez no son espíritus, ni muertos resucitados, ni monstruos peludos ni ningún tipo de ente sobrenatural. Esta vez es el hombre, EL SER HUMANO quien logra asustarnos cuando alcanza su máxima esencia, cuando es despojado de cualquier atisbo de civilización, cuando se le saca del aparato de la sociedad, de la justicia, de la ley y de las consecuencias.
Recuerdo que cuando la vi de pequeño por poco me traumatizó, y es que me llenaba de pánico la sola idea de verme a mí mismo como a esos pobres chicos, desamparado, a las mías y responsable de mi propia supervivencia. Por eso creí que al verla ya de mayor, no me causaría el mismo impacto. Pues bien, me equivoqué, y la razón no es otra que esta es una buena película, y logra hacer que el más anciano se sienta tan niño como los personajes que pueblan esa isla del mal, tan abandonado, tan vulnerable.
Digamos que me ha gustado lo suficiente como para animarme a leer la novela, que ya llevaba tiempo en mi lista, pues se trata de un inquietante viaje al corazón de las tinieblas de la naturaleza humana. Aquí no valen estacas, ni balas de plata, ni es posible huir. Aquí el terror está dentro de nosotros.

Uno de mis compañeros de crítica ha dado en el clavo: ¡no sale ni una tía en toda la peli! Acabo de caer en la cuenta y me parece cojonudo. Quiero decir, vamos a ver, que lo habitual en una película comercial de acción y aventuras como esta es meterle, pegue o no, un romance, o un desnudo, O ALGO de presencia femenina, algo. Pero no, es bastante rigurosa en este y otros aspectos.
La verdad es que ya se han hecho muchas películas sobre prisiones futuristas y tal, sobre todo en los 80. Pero aún así ESCAPE DE ABSOLOM tiene suficientes recursos como para resultar muy interesante, entre ellos, el clásico duelo entre el malo-cruel-sarcástico y el bueno-duro-voy a mi rollo, estupendamente interpretados por Wilson y Liotta respectivamente.