Una película sin target, a la que le cuesta pillarle un poco la intención. Demasiado infantil para una película adulta, demasiado cafre para una película infantil. Probablemente los adolescentes encontrarán en ella más virtudes de lo que nuestras apagadas hormonas sean capaces.

Algo así como si Roger Rabbit tuviera un hijo con La Fiesta de la Salchicha, aunque sólo sea muy de refilón. Melissa McCarthy está un pelín sobreactuada pero acaba casando con el tono de la película. Desgraciadamente, uno imagina la película con todo actores de carne y hueso y no se sostiene, por lo que el reclamo de los muñecos está bien pero sólo desde la superficialidad.

Entretenida, pero estoy convencido de que se lo pasaron mejor haciéndola que nosotros viéndola.

Carmina y amén es una película con la que me topé más que buscarla yo a ella. Ni siquiera sabía que existía una película anterior, pero ello no me privó de disfrutarla dentro de lo que es la propia película.

Y es que, aunque sea un reflejo de un tipo de vida más común de lo que la ficción arroja, es sobre todo un reflejo de una persona a todos los niveles posibles bajo la capitanía de un Paco León con el homenaje tatuado en la frente. Medio parodia medio verdad, Carmina y amén se deja ver fácilmente, siempre desde el desparpajo de la actriz principal, Carmina Barrios, que rememora más que actúa. Me interesaría ver piezas del guión escrito, y compararlo con las escenas en pantalla. Ver hasta qué punto la película estaba pensada de esa manera o se ha dejado llevar por la naturalidad de su protagonista.

Sin ser un amante del cine español, es una película que disfruté, aunque siempre tuve la sensación de que casi cualquiera que la vea se está perdiendo cosas.

Si hay algo que destacó de la LEGO Película, aparte de la gran sorpresa y buena película que es, eso fue, en un ámbito más terrenal, la versión de un Batman que bien se merecía su spin off.

Pero LEGO me lo ha vuelto a hacer, y vi Batman: La LEGO Película sin esperar nada excesivamente profundo. Una película que ver y disfrutar, pero imposible de conseguir una moraleja llamativa como hiciera la antecesora. Primeramente porque uno va un poco más preparado, más sobre aviso. Segundo, porque tampoco esperas demasiado de un spin off. Todo hace que sorprender al público sea difícil, y no, Batman no tiene la gran agilidad de la LEGO Película ni esa chispa, pero sin duda hereda muchas de sus impresiones.

Divertida y con más chicha de lo que puedes esperar.

He visto muchas películas de este estilo y la verdad es que quedé gratamente sorprendido con El Cambiazo. Una típica película que no aspira al notable y que se juega la vida, pero por una vez es entretenida durante toda su proyección.

Y es que siempre me pasa lo mismo. La primera media hora de estas películas son divertidas, pero enseguida aparecen debates internos, cuestiones morales y, en definitiva, un intento de profundidad que se vuelve aburrido y predecible. El Cambiazo mantiene unas sensaciones positivas lineales, con una buena pareja principal, y sólo por mantener el ritmo durante toda la película se convierte en una de las mejores que he visto del género. El saltarse las típicas moralejas, o sí, proporcionarlas pero siempre sin caer en tópicos hacen que merezca la pena.

Esta fusión rapero-folclórica asiática no acaba de encajar con total firmeza. El Hombre de los Puños de Hierro es como una gran pelea de clanes o de bandas callejeras, según queráis verlo, a ritmo de Wu-Tang Clan y con Tarantino poniendo lo que probablemente fue únicamente el nombre mientras RZA intenta complacerle con determinados planos e inspiraciones. No, no encontrarás aquí nada de la magia en el guión de Tarantino, pero sí que te lo puedes imaginar gozando a su manera de la película.

Fuera de esto, un reparto un poco excéntrico de más y unos personajes completamente planos, pero que sirven para un entretenimiento puntual que aspira a entretener en su hora y media de duración pero no a permanecer en tu mente por mucho más.