Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sevilla
Críticas de Seldon
<< 1 40 44 45 46 49 >>
Críticas 245
Críticas ordenadas por utilidad
4
7 de octubre de 2012
Sé el primero en valorar esta crítica
Desde el principio, incluso cuando trabajaba para la Disney, Burton siempre ha sido un tipo poco corriente y original, con una estética particular en todas sus películas, que ya se notaba en sus primeros cortos, como Victor (1982) o Frankenweenie (1984). Así que cuando vas a ver una película suya, por lo menos ya sabes que una estética fantastico/tenebrosa y un cierto plus de calidad puedes esperar.

Luego, unas veces le ha salido mejor y otras peor, y ha hecho películas notables, películas buenas, y películas mediocres. Sombras tenebrosas está en este último grupo.

La idea de partida es buena: Barnabas Collins (Johnny Deep) un rico heredero es convertido por Angelique, una bruja despechada (ella lo ama pero él no) en un vampiro, no sin antes haber matado a sus padres y a su prometida. No contenta con ello, lo aprisiona en un ataúd y lo entierra en vida, bueno, en muerte,… bueno, en no-muerte, para seguir la terminología de Drácula.



Pero, casi dos siglos después, a principios de los años 70, unos obreros de la construcción desentierran por accidente el ataúd, y Barnabas escapa, para encontrase que la mansión familiar está decrépita, la fortuna familiar es casi inexistente, y el pueblo pesquero que fundara su familia y que vivía de su industria de envasado, ahora es una pequeña ciudad dominada por su enemiga Angelique, convertida en la rica empresaria local.

Baranabas decide incomporarse a los restos de su menguada y peculiar familia (un par de hermanos y los hijos de ambos, un niño y una adolescente hippie fumada), recuperar la fortuna familiar y enfrentarse a su archienemiga.

Toda la primera parte de la película tiene ese tinte oscuro y barroco tan propio de Burton, y podría pasar por una historia gótica de mansiones encantadas, fantasmas y demás.

Pero después el estilo de la película cambia hacia un tono de comedia, motivado sobre todo por las situaciones cómicas a las que Barnabas, un caballero del siglo XVIII, se tiene que enfrentar al verse transplantado al mundo “moderno” del siglo XIX y sus adelantos, que no acaba de entender muy bien: la televisión, los coches, los hippies,…






Y la película se queda un poco corta en ambos casos. Ni es la típica película fantástica de Burton, ni la parte de comedia es tan graciosa como a priori podría parecer, y no la salvan ni las actrices (Michelle Pfeiffer, Helena Bonham Carter, Eva Green…) que aunque no están mal, no me terminan de convencer.

Además la historia acaba convirtiéndose en algo más bien previsible, con el enfrentamiento entre Baranabas y Angelique, que aún está encaprichada con él, pero que como sigue sin ser correspondida, está dispuesta a destruirlo para siempre.

Aunque hay algunas veces que los chistes de vampiro rodeado de hippies funcionan, la verdad es que para mi gusto la película va perdiendo fuelle por momentos.
Incluso su familia un poco friki, que prometía, no llega a cubrir las expectativas, y se queda muy por debajo de los Munsters o de la Familia Adams.

Supongo que si la película se hubiese ambientado hoy en día, el vampiro hubiese aterrizado entre jóvenes de estética siniestra en vez de entre hippies y la jovencita que es su descendiente lejana sería una adolescente Emo o Gótica, etc. Pero como al parecer esto es un remake de una serie de TV de los años 60 (y de la que encima ya hicieron un remake hace 20 años) el director ha decidido mantener la ambientación en esa época. Quizás haya sido un fallo. O simplemente el fallo es que Burton no haya decidido arriesgar con una historia original y se haya metido a hacer (como últimamente) otro remake. No lo se.

Una de los detalles que más me gustó de la película es incluir la aparición nada menos que de de Vincet Furnier, más conocido por su nombre artísitico: Alice Cooper (buen chiste, pues él dice que tomó ese nombre de una bruja del siglo XVII). Alice (todo un pionero del heavy metal en los primeros setenta) aparece en la película interpretándose a si mismo dando un concierto con su banda en la mansión de los Collins (para amenizar un happening, como lo llaman) rodeado de toda su parafernalia oscura habitual. Como dice Johnny Deep en la película: “Nunca he visto mujer menos agraciada”.


En cualquier caso, la película, después de la primera parte o prólogo se mantiene a flote a duras penas. No es la película de Tim Burton que menos me ha gustado, pero se le aproxima bastante. Espero impaciente a ver que hacer con la siguiente: Frankenweenie.

Más en http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2012/10/sombras-tenebrosas-tim-burton-en-horas.html
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
19 de agosto de 2012
Sé el primero en valorar esta crítica
Esta es un ejemplo perfecto de esas películas de ciencia ficción que podrían haber sido grandes, pero no lo fueron... (otro buen ejemplo que me viene ahora a la mente es Días Extraños). Son películas con una planteamiento inicial, una idea de partida sencillamente geniales, originales, lo suficientemente novedosas, frescas,... además esta idea suele estar bien aprovechada para tramar un argumento que explore sus consecuencias, y unas veces te sale una gran película, (como por ejemplo Inception) y otras no, no acabas de concretar bien, y no tiene por que ser por temas de presupuesto.... A ver tampoco quiero decir que ni esta ni días extraños sean películas malas, no es eso, lo que pasa es que probablemente contadas de otra forma, o en otras manos podrían haber sido mucho más...

Esta idea de partida, que no el argumento de la película nos la cuenta el protagonista en el minuto 1, y además el director no se molesta en explicarnos ni el cómo ni el porqué está mas interesado en las consecuencias...

El tiempo puede acumularse, bien en los relojes personales, bien en cápsulas especiales, y puede transferirse, regalarse, prestarse, robarse,... y esta idea de que, literalmente, “el tiempo es dinero”, sirve para ilustra una analogía sobre la sociedad capitalista, de ricos y pobres, donde los primeros acumulan cientos, miles o millones de años para vivir, o para gastar alegremente o apostarlo en el casino, y viven atemorizados, atesorando su dinero/tiempo y protegiéndose para que no les roben/maten.

Y mientras tanto los segundos, viven al día, en el sentido estricto de la palabra, pues muchas veces les queda poco más de un día de vida en su reloj, mendigan tiempo o se lo prestan entre si, o se lo roban unos a otros (los ladrones de tiempo se conocen por minutarios, o lo tiene que pedir prestado a los bancos de tiempo (propiedad claro, de los ricos).
Cuando ganas dinero/tiempo, tu vida potencial se alarga, cuando lo pierdes/gastas, se acorta, todo ello reflejado en un reloj personal que cada uno lleva en su antebrazo y cuando el reloj llega a 0, simplemente mueres. Esto convierte a algunos en virtualmente inmortales, que sólo tiene que preocuparse de nos ser asesinados o morir fortuitamente en un accidente, y a otros en personas que viven con una permanente espada de Damocles sobre su cabeza. (una de las cosas que más me ha gustado de la película es cómo se muestra una distinción entre unos y otros que no permite confundirlos: los primeros van despacio y tranquilos, mientras que los segundos, por motivos obvios, lo hacen todo deprisa y corriendo: les va la vida en ello.

La población está segregada en barrios para ricos y barrios para pobres, aquí llamadas zonas horarias, teóricamente no es ilegal pasar de una a otra, pero pocos pueden permitírselo, a no ser que estés dispuesto a pagar semanas, meses, o años de tu vida al pagar el peaje que hay al cruzar las fronteras entre ellas.

Para mantener este “orden mundial” y la civilización, existe como de costumbre, la policía, del tiempo en este caso: los timekeepers, los guardianes del tiempo, porque ya se sabe: “Mucho tiempo en manos equivocadas puede quebrar el mercado.”

Y aquí es donde aparece un moderno Robin Hood del tiempo, dispuesto a robar el tiempo, pero no de los pobre y para atesorarlo él mismo, como hacen los minutarios, sino de los ricos y para regalarlo a los pobres, lo que lo convierte en un elemento peligroso, porque como dice el guardián del tiempo: “No sólo les daba tiempo, les daba esperanza.”

Y así, tras este punto de partida espectacular, al película se va convirtiendo en una película de acción y persecuciones normal, mezclada con moralina...,

Si consigues mucho tiempo ¿en serio lo regalarás?
Siempre he tenido un día... ¿Cuánto necesitas? ¿Como se puede vivir en paz viendo morir a la gente a tu lado?
No los miras. Cierras los ojos.

...en una híbrido raro que toma elementos prestados La fuga de Logan y de cualquier adaptación de Robin Hood. Quizás lo peor sea justamente eso: que se dedica a recalcar una y otra vez lo evidente, para que la moralina y el mensaje queden bien claros:

Andrew Niccol, el director es sobre todo un guionista que también dirige: es un gran escritor, tanto para plantear una idea inicial novedosa como para desarrollarla hasta sus últimas consecuencias bien dirigiendola él mismo (pues ha sido guionista de todas sus películas) como para dejar que otros la dirijan: fue guionista de El Show de Truman (ganando el Oscar), y escribió la historia de La Terminal.
En esta ocasión, aunque la idea genial está presente y se exploran sus posibles consecuencias, el argumento tiene sospechosas similitudes con un relato corto de Harlan Ellison llamado ¡Arrepiéntete, Arlequín!, dijo el señor Tic-tac, publicado en 1965 que incluso ganó los premios Hugo y Nebula: una sociedad futura distópica donde todo el mundo vive esclavizado por el reloj y sujeto a unos horarios tan rígidos y estrictos que retrasarse es, de hecho cometer un delito, y se castiga restado de la vida del delincuente tanto tiempo como retraso haya provocado. Esto lo hace el guardián del tiempo supremo (el Timekeeper) llamado el señor Tic-Tac, pudiendo llegar a “apagar” a una persona si su tiempo se agota. En el relato, el protagonista es un rebelde e insumiso, que se hace llamar el Arlequín, que se embarca en una rebelión contra el sistema, retrasando a la gente, haciéndolas perder algo de tiempo, y provocando que los horarios se resientan. ¿os suena de algo?... La verdad es que las similitudes acaban aquí, y que el propio autor del relato decidió retirar el pleito por plagio que le había puesto a Niccol una vez vio la película terminada.

(SIGO SIN DESVELAR NADA)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
15 de agosto de 2012
Sé el primero en valorar esta crítica
La verdad es que los franceses saben cuidar su industria del cine, sí señor. No sólo las películas francesas logran ser un taquillazo en su país, desbancado muchas veces a las americanas, sino que periódicamente saltan fuera de sus fronteras con igual éxito... ¡últimamente hasta ganan Oscars! Y si plantan cara al cine de Hollywood es porque utilizan sus mismas armas: el cine francés es muy variado y no teme hacer películas de género, de todos los géneros... Dejando aparte la oleada de películas “cultas” que suelen llegarnos cada año, para alborozo de críticos profesionales y amateurs (ya sabéis, esas un poco crípticas y herméticas, esas de voces en off y de actuaciones insípidas, esas de diálogos cortos y cargantes que si las ves en V.O. con ese tonillo del francés hablado lenta y monótonamente, a mitad de película te provocan ganas de trepanarte ambos tímpanos con un destornillador) y que generalmente son un coñazo pluscuamperfecto, lo cierto es que también nos llegan películas de todos los géneros y de todas las calidades.

Intocable es el último megataquillazo internacional del cine francés, y está hecha y pensada al milímetro para el gran público, para tener el éxito que en efecto ha tenido. Y no es fácil, porque juega a estar entre la comedia y el drama, aunque es verdad que se decanta más hacia lo primero, pues en general es una película amable, y les suele quitar hierro a la parte dura de la vida de los dos hombres, lo cual por otro lado es de agradecer: hubiese sido muy fácil caer en la sensiblería o en la lagrimita fácil en alguna de las escenas dramáticas.

La verdad es que la película funciona muy bien, porque básicamente es la historia de la amistad entre estos dos hombres, y este tipo de películas las “Buddy Movies” funcionan tanto mejor como más dispares y complementarios sean sus dos protagonistas. Y a priori aquí no lo podrían ser más: Philippe es rico, (asquerosamente rico, de los que tienen jet privado), culto, refinado, amante de la poesía, la ópera y la música clásica,... y tetrapléjico, y Driss es pobre, inmigrante, exdelincuente, espontáneo, amante de Earth Wind & Fire y de Kool and the Gang. Nadie más improbable para ser cuidador del aristócrata minusválido, pero precisamente por confesar que realmente no quiere el trabajo y por esa frescura y espontaneidad, es contratado, en lugar de alguien con experiencia en el cuidado de minusválidos, y acaban finalmente siendo amigos más que empleado y empleador.

Además Driss no se corta un pelo, no es complaciente con su compañero (que precisamente no quiere inspirar pena) y no se corta un pelo a la hora de contarle chistes como:

¿Dónde encuentras a un tetrapléjico?
No lo sé
Donde lo dejaste.

O de preguntarle abiertamente por su vida sexual: (Vamos a concretar, ¿puede o no puede?) y cuando Philippe se lo explica:


Hay otras formas de encontrar placer.
¿Ah si?
No puede imaginarlo,
No, me lo imagino. ¿Por ejemplo?
Por ejemplo, las orejas... como sabe son zonas muy peculiares, erógenas, muy sensibles.
Así que lo suyo es que le laman las orejas.
[...]
Oiga, lo de las orejas me tiene intrigado, pero ¿de verdad disfruta? Por ejemplo ¿si tiene las orejas rojas es que está excitado?
Si, si... ja ja, y a veces por las mañanas me levanto con las orejas duras.
Ja ja ja¿Las dos?
Las dos.

Driss le aporta optimismo, ganas de vivir, le da el empujoncito a Philippe (que es viudo) para que conozca a otra mujer,... pero a la vez también recibe experiencias de este, como volar en un jet o practicar parapente y acaba descubriendo todo un mundo desconocido para él: arte, música, poesía... (son graciosos sus escarceos con la pintura cuando se da cuenta lo que los ricachones son capaces de pagar por cuatro garabatos, o cómo impresiona a una chica que selecciona personal, inicialmente reacia a la vista de su expediente, cuando le habla de poesía o de pintura: -¿Le gusta la pintura? –Sí, me encanta Rafael –No está mal. Y además como tortuga ninja era un fenómeno.)

La verdad es que no tengo ni idea de que han otras películas han hecho los directores Olivier Nakache, Eric Toledano antes, ni los actores François Cluzet, Omar Sy: no me interesa el cine francés tanto como para eso ;-) Pero sí sé que el gran éxito que ha tenido la película se debe sobre todo a estos últimos, en especial a Omar Sy, que está espléndido.

He visto que en las críticas y en la publicidad se la califica como un cruce entre “El discurso del Rey” y “Paseando a Miss Daisy”... , a mí me recuerda mucho más a “Esencia de mujer”, que por cierto fue un remake americano muy exitoso de otra película europea (italiana en esta caso) llamada Perfume de mujer.

Quizás se pueda aducir que es una película tramposilla, que aunque no cae en el dramatismo sensiblero, suaviza ambas historias para quitarles hierro: tanto el drama de una persona (por muy rica que sea) que va a depender toda su vida de los demás al no poderse mover de cuello para abajo, como el de un inmigrante negro y pobre que vive hacinado con sus hermanos en el ambiente de delincuencia y drogas de los suburbios parisinos. Pero bueno, es que realmente la película está planteada más como una comedia amable que como un drama.

También se podría argüir que es inverosímil o al menos improbable, que un aristócrata rico jamás vencería sus prejuicios y se mezclaría con un exdelincuente inmigrante y pobre, y que en todo caso este le robaría y lo dejaría tirado a la primera ocasión, en vez de empezar a asimilar conocimientos y cultura y a convertirse en su amigo... Pero resulta que pasó de verdad, que la película está basada en la historia real de Abdel Sellou, inmigrante expresidiario, aunque argelino, no senegalés, que entró al servicio de noble tetrapléjico Phillipe Pozzo di Borgo.

En definitiva, una buena película, bien hecha, amable y entrañable de ver, y que no me sorprendería que tuviese (como otras tantas) un remake americano pronto.
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
9 de febrero de 2015
15 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
A priori, y probablemente si hubiese conocido más sobre esta historia, o sobre las novelas en las que se basa, seguramente no me habría acercado a esta serie, y probablemente no habría dedicado 8 horas a verla. Quizás por prejuicios, quizás porque simplemente no es el tipo de historias que me llama la atención.

Pero el caso es que por casualidad topé con ella, vi el episodio piloto, y acabé viendo los 8 de los que consta la primera temporada de Outlander.

¿Qué me enganchó? Pues sencillamente la excusa argumental: una mujer del siglo XX que durante un viaje por las tierras altas escocesas, accidentalmente viaja en el tiempo hasta el siglo XVIII, y acaba convirtiéndose en una forastera, en una outlander.

Estamos en el año 1945, recién acabada la Segunda Guerra Mundial. La protagonista de la serie es Claire Randall, una mujer casada que ha servido como enfermera en Europa durante la guerra, y por lo tanto está lejos de ser una tímida y apocada damisela que se marea con la sangre. Su marido Frank también ha servido durante la guerra, pero en casa, en el Servicio de Inteligencia, por lo que al acabar la contienda, deciden pasar juntos una especie de segunda luna de miel.

El marido de Claire tiene ascendencia escoesa: un antepasado suyo, Jack Randall, al que apodaban Jack el Negro fue un casaca roja, capitán de los Dragones de Su Majestad, que sirvió en Escocia bajo el reinado de Jorge II. Así que el matrimonio decide pasar su segunda luna de miel visitando las tierras altas escocesas.

Una noche, Claire presencia a escondidas un ritual druídico que tiene lugar en un apartado círculo megalítico a las afueras de Aberdeen, y por la mañana decide volver al círculo de piedras, en parte por curiosidad y en parte para recoger plantas medicinales… y acaba siendo transportada en el tiempo casi doscientos años atrás: al mismo círculo de piedras, pero al año 1743.

Cosa que no tarda en averiguar, pues se ve en medio de una persecución de hombres del clan escocés de los MacKenzie a manos de los casacas rojas. Uno de los soldados la toma por una escocesa más de las tierras altas, y trata de violarla, y los norteños la rescatan, pero a la vista de que evidentemente es inglesa (cosa que ella no niega), acaban tomándola por una espía inglesa y la toman prisionera.

Y así Claire acaba entre los dos bandos: de una parte las tropas leales a su majestad, (tropas de ocupación en el fondo, brutales y poco dadas a tratar amablemente a una población escocesa a la que consideran rebeldes en potencia), lideradas por… ¿adivináis quien? Jack Randall el Negro.

Y por otro lado el clan MacKenzie, liderado por Collum, señor de esas tierras, un hombre envejecido y prudente, pero casi inválido, con unas piernas cortas y deformes, y que de facto deja el mando militar del clan a su hermano Dougal. Mientras los ingleses la consideran una traidora (no pueden concebir que hace sola una dama inglesa entre una caterva de highlanders), los escoceses la consideran una "Sassenach" (un apodo despectivo para sajón, o sea inglés), y por una espía que los ingleses quieren infiltrar entre sus filas.

Pronto Claire se va dando cuenta de donde está y lo fino del hielo que pisa. De facto es una prisionera de los MacKenzie, aunque formalmente sea su invitada, pero lo que hay al otro lado no es mucho mejor: los métodos brutales de Jack el Negro y sus tropas inglesas. Además ella sabe en qué época histórica ha acabado: en 1745 los clanes escoceses están conspirando contra el gobierno de Su Majestad para apoyar las pretensiones de Jacobo, hijo del depuesto rey Católico Jacobo II, y pretendiente al trono. Esto acabaría dando lugar en 1745 a una sangrienta revuelta jacobita, que fracasó,… y ella lo sabe.

En el día a día, Clarie –que por supuesto ha ocultado sus orígenes y su apellido de casada- se va ganando la confianza de los MacKenzie y de sus hombres gracias a sus conocimientos de enfermería y de las hierbas medicinales, por lo que acaba convirtiéndose poco más o menos que una sanadora. Pero también va simpatizando poco a poco con los escoceses, su cultura y sus problemas.

Hasta aquí la serie podría ser una mezcla de géneros: drama de época histórico y género fantástico. Pero realmente, (o además de eso) se trata de una serie romántica, porque Claire no sólo simpatiza y confraterniza –y mucho- con los escoceses en general, sino también con algún escocés en particular.

No es que sea una especie de Saga Crepúsculo ambientada en el siglo XVIII, pero a medida que van pasando los episodios parece que se aproxima peligrosamente. Decía que he visto los 8 episodios de la primera temporada, pero realmente no es así exactamente: la primera temporada consta de 16 episodios de una hora de duración, pero ha sido dividida en dos partes: una primera, de 8 episodios que se ha emitido en 2014, y una segunda con los 8 últimos episodios que se emitirá en el verano de 2015. Así que si la serie acaba convirtiéndose completamente en un drama romántico de época, o no, es algo que habrá que esperar para averiguar.

<sigo en el spoiler por flata de espacio>
<Si quieres leer más pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2015/02/outlander.html>
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
13 de abril de 2015
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy arriesgado meterse a hacer una serie de policías y asesinos en serie. Lo es porque es un tema muy manido; lo es porque lo hemos visto cientos de veces en el cine y prácticamente decenas en TV (y además en televisión mantener el interés mientras se alargan las temporadas y no aburrir al personal es más complicado); lo es porque no basta con hacerlo bien: tienes que aportar algo nuevo, algo original, algo no visto....

Pero aún así, y con todo esto en contra, la BBC se lanzo en 2013 ha hacer una serie sobre policías investigando a un asesino en serie, y la llamó The Fall (aunque en España le han añadido la obvia coletilla de La Caza).

La serie está ambientada en Belfast, una elección curiosa, porque es una ciudad que sin ser pequeña, tampoco es una gran metrópolis como Londres o Nueva York a las que nos tienen más acostumbrados. Allí llega Stella Gibson, una superintendente de la policía metropolitana, para revisar, echar una mano, y en último caso fiscalizar el trabajo de la policía de Irlanda del Norte en un caso de asesinato que lleva estancado y sin resolverse casi un mes (sobre todo porque la víctima era hija de un político local).

Stella (Gillian Anderson) es una de las dos protagonistas de la serie. Aquí es una mujer fría, profesional, calculadora, independiente... y que no tiene ningún inconveniente en actuar como un hombre en un mundo de hombres, tanto profesionalmente como en su vida personal: si le apetece llevarse a un maromo a la cama para una noche, se lo lleva sin remordimientos y sin preocuparse del que dirán, como haría un policía masculino con una mujer.

Es la primera vez que veo a Gillian Anderson intentando dejar atrás el personaje de Scully de Expediente X y consiguiéndolo.

Stella es el cazador. El otro puntal de la serie, la presa en la cacería, es Peter.
Peter Paul Spector es un tipo normal, un psicólogo que trabaja de orientador en casos de pareja, o de violencia doméstica. En su vida familiar es un esposo amante y un padre atento con sus dos hijos. Pero Spector también es un “cazador”: en sus noches libres, ocultándoselo a todos tiene un "pequeño pasatiempo": busca mujeres de un mismo tipo: jóvenes pero no mucho, morenas, atractivas, profesionales competentes e independientes en su campo,... Las sigue, se familiariza con sus hábitos, y finalmente las estrangula.
Stella aún no lo sabe, pero el caso que ha venido a investigar a ayudar a desatascar es realmente una obra de Spector, y el primero de una serie de asesinatos en serie entre los que ella establecerá la relación (que nadie más ha sabido ver) e iniciará la cacería.
Esta es una serie más de thriller psicológico y de personajes que de acción. Se basa en enseñarnos cómo piensan los personajes, especialmente el asesino, y en como Stella va deduciendo y estudiando esa manera de pensar.
Porque Spector es un tipo complicado: su mujer, una enfermera que trabaja en la unidad de neonatal del hospital vive completamente ajena a cómo es su marido realmente. No se limita sólo agredir y estrangular a sus víctimas. Tiene un complicado ritual posterior con ellas: las desnuda, lava, las arregla, dispone el escenario como si de un decorado se tratara y las fotografía, como si creara su propia pornografía. Y lo documenta todo en una libreta en la que dibuja, pega fotos, o escribe sus crípticos pensamientos.
Además de esa trama principal hay algunas secundarias como por ejemplo la de un marido celoso (en una de las parejas a las que Spector asesora y orienta profesionalmente) y que además –al estar ambientada la serie en Belfast- está metido en las rivalidades entre barrios protestantes (unionistas) y cristianos (republicanos).
Pero lo cierto es que hay que reconocerle a la serie que el de Peter no es el único personaje peculiar. Tenemos algún secundario que merece la pena, como el de la vecina de 16 años del matrimonio Spector, que les hace de niñera ocasional con sus hijos, y que tiene una cierta fijación con Peter, aunque esté pasa completamente de ella. Me interesa particularmente esta serie porque comienza siendo algo así como la historia de la lolita inocente que no sabe donde se está metiendo, porque no conoce realmente al objeto de su obsesión, y termina… bueno, eso sería un spoiler.
En este sentido la serie es impecable. Los personajes están bien interpretados, la ambientación es oscura y opresiva,… vamos, calidad BBC. Pero como decía al principio, no basta sólo con hacerlo bien.
El principal problema que le veo a la serie es su duración: la primera temporada tenía sólo 5 episodios de una hora de duración, y eso debería haber bastado para contar el caso, cerrarlo y hacer una serie redonda. Pero no, había que alargarla, estirar el chicle y exprimir un poco más la gallina a ver si ponía otro huevo de oro.
Así que no resolvieron nada y se sacaron de la manga una segunda temporada, esta vez de 6 episodios (con el último de hora y media de duración). ¿Por qué alargar? ¿no se dan cuenta que alargar endentece el ritmo en una serie que ya de por si tiene un ritmo pausado? Sinceramente, sin convertirla en una mala serie, para mi esto hace que no sea una serie “redonda”. Y eso teniendo en cuenta que aunque podría considerarse cerrada al final de esta segunda temporada, realmente dejan “cabos sueltos” para poder seguir con una tercera que ya está anunciada. Yo, particularmente creo que pasaré de ella.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2015/04/the-fall-mas-de-lo-mimso-pero-no-tan.html
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 40 44 45 46 49 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow