Un digno entretenimiento que sigue el esquema de las películas de esta saga de los 80, que tampoco es que fuera una maravilla, unos personajes simpáticos encabezados por Paul Rudd y algunos monstruitos divertidos ya conocidos, como el fantasma zampa salchichas.

Un ritmo ligero, unos espectaculares efectos especiales remarcados por las panorámicas de New York hacen que sea una película aceptable de ver en un cine, sin embargo, éramos tres en todo el cine ayer día del estreno!, Un cine de 926 butacas..
Me pareció lo más sobrenatural de todo, de pesadilla.

Para mi es un “salvavidas” contar con esta película en mi videoteca, no solo por que es una de las películas de más éxito en mi casa, y siempre es una buena opción, sino porque cada vez que hablan del cambio climático, viéndola me da la impresión de que estoy al día viendo "las últimas noticias", y eso me gusta porque me da la impresión de que no me pierdo nada.

Las primeras imágenes que vi, fueron las que se puede ver varios tornados destruyendo “Los Ángeles”, “la riada”, (que hoy día ya me parece un pelín obsoleta,) y la imagen en que se puede ver a Dennis Quaid con el otro compañero entrando en la biblioteca, desde una ventana rota en que se ha colado una montaña de hielo, y pensé; ¡Gente inspeccionando los restos de una biblioteca en busca de comida después del desastre!, pensé que parte de desarrollaría después de la hecatombe.

Luego cuando la vi en el cine, me pareció bastante más formal de lo que esperaba, y no me entusiasmó, luego cambiaría de opinión, una vez hecho a la idea que voy a ver un film apocalíptico, no post-apocalíptico, la película no tiene desperdicio.

Lo que me gusta de esta película es la sobriedad con que abordan un tema que yo definiría de “goloso”, los thrillers sobrenaturales suelen ofrecer una satisfacción en forma de sustos, pero este no es el caso, aquí el uso de una “formal” banda sonora (buena porque es discreta, cumple y tiene calidad) junto con el modo de narrar lo que pasa disipa cualquier inquietud, por poner un par de ejemplos, cuando el Richard Gere se mira en el espejo y parece que va a ver algo extraño, y justo ahí la imagen se difumina en forma de interferencias, o la vista aérea de la ciudad que también se resuelve del mismo modo, parecen aclarar la intención del director de no pretender asustar si no interesar, la película no tiene desperdicio, pero yo destacaría el personaje de Alen Bates y las conclusiones a las que ha llegado.

Una rareza del año 90, cuando vi la carátula pensé que se trataba de un tostón, pero no, la “cinta está potable”, está realizada de un modo descuidado, en un principio parece que hasta experimental diría yo, porque a veces pueden verse los micros sobrevolando las cabezas de los actores, y algunas panorámicas chapuceras que parecen hechas así a posta, otros movimientos de cámara que me recordaron a los típicos de Scorsese, también trabajan Elizabeth McGovern y el de “Local Hero” y el que dobla a Michael Caine es el que dobla a Jack Nicolson con su característica voz rasgada, también aparecerá en off en algunos momenos del film, para mí es algo que ayuda a hacer amena una película.

Fue un amigo que ya mencioné en mi comentario de “Lunas de Hiel” quién me tendió una emboscada para ver esta película, yo había visto algo por tv, donde se ve a” Trinity” dando su patada Karate Kid a un policía, y no me llamó la atención, pero un domingo llegué a su casa y me la puso, pese a mis protestas.
Me pareció pretenciosa, enfermiza, retorcida, con una estética demasiado “cyberpunk”, una copia tramposa de “Terminator” de James Cameron, como le dije mientras la veía, hecha para las nuevas generaciones, y para la gente que iba de “gótica”, y aunque no me aburrí viéndola, saldría de “la sesión dominical” sin intención de volver a verla.
Pero algo me gustaría, porque meses después viéndola a la venta en DVD, y tras sopesar, porque no me había gustado y que recordaba que tenía de bueno, la compré.
Tiene de malo lo mencionado arriba.