Crítica realizada al término del cuarto capítulo.
Tengo una gran decepción con la segunda temporada de True Detective. La primera temporada, si bien me encantó, para mi gusto tenía un bache en la historia detectivesca en la mitad de los episodios, y la misma no era lo suficientemente buena comparado con lo bueno de los personajes, donde estaba su fuerte. No quiero decir que hubiera sido mala, sino que los personajes se robaban todo el protagonismo. No hubiera importado si no hubiera habido crimen alguno y sólo hubiéramos escuchado una sobremesa de Woody Harrelson y Matthew McConaughey hablar durante 8 horas.
En esta segunda temporada me empiezo a sentir incómodo desde el principio. Toda esa oscuridad y decadencia que se veía en la primera temporada, en esta segunda parece impostada, exagerada, no fluye naturalmente como ocurre en infinidad de ejemplos de series y películas. Desde el razonamiento del protagonista contando que de niño quería ser astronauta, la relación con su hijo, todo es forzado, se le ven los hilos. La historia detectivesca es burda, aburrida, retorcida sin sentido y, lo peor, es que nunca me llegó a atrapar, incluso por momentos me irritaba. Si bien queda algo de misterio, es infinitamente menos interesante la investigación de la muerte de un corrupto por un presunto ajuste de cuentas que la de un psicópata que mata mujeres inocentes. Hasta los créditos iniciales en este año son de menor nivel que la anterior.
Los personajes cuentan con los mismos vicios que la ambientación, sus conflictos parecen forzados, exagerados y no se entienden sus motivaciones. Como en esas películas que aparecen en la época de los Oscar para impactar a la crítica, donde todos los conflictos por los que pasa terminan generando indignación por querernos manipular (recordemos a Precious). Hay un intento de emular a aquel plano secuencia que se puede decir que hizo historia, pero en una escena ridícula, emulando lo peor de Hollywood con explosiones y exageraciones sin sentido.
Incluso deja todo preparado para que los fanáticos de Breaking Bad, una vez más, la recordemos como referencia absoluta de la historia de la televisión, al utilizar muchos de sus actores secundarios.
Habrá que esperar al año que viene para ver si se puede llegar a emular el nivel del 2014.
Ni siquiera está la hermosísima Alexandra para salvar esto.

Sí, yo también me emocioné con la despedida a Paul Walker. Es imposible no emocionarse sabiendo que esas son las últimas imágenes que veremos de él en una película, como también es triste saber que esto es así porque ese carismático, y buen actor, ya no existe. Pero no puedo calificar una película sólo por la emotividad que excede a la historia.
No creo que se haga un golpe bajo y se aproveche la muerte de Paul Walker en beneficio de la historia. Al contrario, creo que acomodaron de forma bastante decente su salida de la saga, por lo que no me refiero a eso.
Yendo a la película, la misma es una serie de excesos incoherentes en post de la nada misma. Todo tirado de los pelos, rebuscado y con una cantidad de eventos de acción que abruman y terminan aburriendo por lo inverosímil de lo que se ve. Con unas elipsis terribles, porque de otra manera sería imposible de explicar. A estas alturas ya es sabido que cuando hay un hacker, es porque él se encargará, o tratará de hacerlo, de emparchar todos los baches argumentales.
Me gusta lo absurdo y exagerado. Pero me gusta creérmelo ¿Cuál es la diferencia entre esta película y otras que me gustaron? Yo también trato de explicármelo a mí mismo, y tal vez no tenga explicación, solamente hay que sentir la historia. Tal vez a veces el convencido sea el director y otras veces no, y por eso queda todo tan impostado. Me gusta el absurdo de Kill Bill, su exagerada e inverosímil violencia, sus ridículas situaciones. Lo mismo con las extravagancias de Matrix, por dar dos ejemplos que se me vienen a la cabeza de películas con escenas de acción extremas.
En Furious 7 parece que tenían en mente las escenas de acción y luego acomodaron el guión como pudieron para poder mostrarlas. Parece que sólo pensaron en eso y todo lo demás es secundario. Todo es burdo e inverosímil, tanto que da vergüenza ajena y aburre.
Sigo sin entender por qué Toretto destruye luego de 2 minutos de uso todos los autos que supuestamente ama (y encima de los cuales ya quedan pocos ejemplares). Todo es forzado, hasta el supuesto gusto que los protagonistas tienen por los autos.
Creo que lo mejor que tiene el guión es como plasmaron el final de la tercera parte de la saga con el final de la entrega anterior y principio de ésta.
Sí, debo ser un descorazonado y una mala persona, pero del trabajo de los actores no digo nada porque creo que cada uno cumple su objetivo. Tanto Vin Disel como The Rock están ahí para eso, y creo que criticarlos por sus virtudes histriónicas sería sí desubicado.
Que el árbol no tape el bosque, la triste muerte del actor, la cual no es aprovechada para dar golpes bajos, hay que decirlo, no puede ser un criterio para valorar este engendro.

Un ejemplo de cómo hacer cine catástrofe. En esta ocasión, James, va en busca de los que cree que deben estar con él en ese momento clave del que ya se ha hablado y escrito al respecto, el fin del mundo. En el camino se encuentra con una situación de las que es de esperarse, pero creo yo que con la relación justa de lo explícito/sugerido. Verá cosas que son de esperar, como violaciones, asesinatos, la desinhibición de aquellos que por alguna razón están contenidos cuando el Estado está activo o presente.
No hay búsqueda y acumulación de provisiones ya que sería en vano. Siempre se sugiere que nada se puede hacer, pero en cada locación intentaremos ver un posible refugio para soportar el apocalipsis. La historia se concentra en James y en sus horas finales, no sabemos con certeza qué pasa ni qué se hace al respecto.
No coincido con una de las críticas que dice que los personajes no están bien desarrollados. Es una película de una hora veinte minutos, y lo que sabemos de ellos es lo justo y necesario para disfrutar de la historia. Sigo sosteniendo que para una película de esta índole, o una distopía, lo mejor es centrarse en el protagonista luchando por él mismo y no contra todo, porque si no queda en la nada misma, o en un matete inentendible lleno de baches por todos lados, no es como en una novela escrita donde sí vale la pena desarrollar más.
Un ejemplo de minimalismo bien llevado, con la duración justa y una gran sorpresa. A pesar de su anonimato o nota media, una de las mejores películas que ví en el último tiempo.

Terrible bodrio acabo de comerme. Esperé meses el estreno de esta película ya que me encantan las distopías “serias”. La misma está impecablemente realizada, pero desde los primeros minutos se nota algo que la marcó para mal, y en cada acción de Steve se remarcaba. Es un consentido, un nené de mamá infumable. La madre me recordaba todo el tiempo a Gemma Teller (Son of Anarchy) por lo incestuosa de la relación, da arcadas. Estuve toda la película esperando una lluvia de hostias para Steve, esperaba esto tanto como un gol agónico que hace ganar el campeonato. No es un incapacitado, o alguien con problemas. Es un soberbio, un consentido egoísta y un hijo de puta. Es agresivo, violento y con sus caprichos pone en peligro a terceros inocentes.
No hay drama, el drama es que Steve tenga que pagar por las atrocidades que hace conscientemente. Me resultó imposible seguir la película porque no es un documental de algún dictador, donde en general es interesante seguir la historia, por más que sea una sucesión de crímenes, el personaje es un consentido del director que intenta mostrármelo como una víctima, y no me lo creo. Nunca me lo creí, me resultó insoportable desde el primer momento. Desde el principio me acordaba de los pseudoliberales que distorsionan el progresismo cuando dicen en un caso de un individuo ebrio que atropella, mata y huye, que encarcelarlo es estigmatizarlo. Así de zonzo es el argumento. Este tipo de distorsión de la realidad y el sentido común es el que plantea el director con su historia. Y la distopía no es tal, no existe, tiene tanto de distopía como una película sobre una madre que esconde a su hijo porque cometió un delito y al final decide entregarlo, o sea, nada.
La decepción del año hasta ahora, no puedo creer que tenga una nota tan alta. Reconozco que la idea me pareció muy buena, pero sin dudas está mal encarada.

Luego de ver por segunda vez a The Wire de forma completa por fin encontré todo lo que la crítica y los aficionados decían de ella. Hasta había escrito una crítica donde fui bastante despectivo y fue defenestrada.
Esto llevó a preguntarme por qué antes no. Y me avergüenza decirlo, porque la primera vez lamentablemente fue un producto de consumo más. Miraba un capítulo y si me sobraba una hora, o me costaba dormir, miraba otro capítulo desde la cama. Y si estaba cansado miraba 20 minutos y al otro día terminaba de verlo. Y así no debe hacerse nada, pero menos ver una serie de esta índole. Así que avergonzadamente debo decir que por mirar una serie de esta forma no le pude encontrar ninguna de sus virtudes, y encima perdí 60 horas.
Está todo dicho en la infinidad de críticas que hay, las analogías, los problemas, las descripciones de los conflictos, etc. Mi punto de vista o consejo es que esta serie no puede verse en la forma que lo hice en la primera vez. Tal vez haya otras que sí, pero no ésta. Merece (y debe) dedicarse atención completa para entenderla, disfrutarla y digerirla, porque es la única forma de hacerlo y porque lo merece. Quien busque una serie de transición porque su favorita terminó o porque no sabe que ver no debería ver The Wire. Para verla hay que estar decidido, dispuesto a dedicarle 60 horas, ser paciente y dedicado, porque tiene sus recompensas.
Datos anecdóticos:
Dificil encontrar subtítulos de calidad, la mayoría tienen errores de interpretación que hasta con un inglés básico como el mio, salen a la luz. Lo que hará necesario volver a ver algunas escenas para entender los diálogos.
Hoy podría pensarse que la serie envejeció mal porque las escuchas quedaron obsoletas, ya que vipers y teléfonos públicos no se usan más. Para nada, porque no son el centro, el protagonista no es el teléfono público, sino el esfuerzo policial.
Me dieron ganas de volver a verla al terminar de ver The Shiled. Me abrumó toda la acción, vorágine y la sucesión de eventos que tiene y quise probar con la versión contraria de las series policiales.
No creo en lo sobrenatural pero sí en la mística. Y vaya si después de años de mirar series, películas y leer libros, hay algo con mística, esa es The Wire. Es desconocida para el público en general, no tiene premios, entra claramente en la categoría “de culto” y la mayoría de los que la vieron la sitúan entre sus tres favoritas sino la mejor. Por esto creí que el mejor ejemplo para describirla es la comparación con The Clash.
De volver a verla, probablemente le ponga un 10 y no un 9. Estoy feliz y obnubilado, nunca me imaginé que algo que ya había visto y no me había causado nada me despertaría tanta admiración.