Noooop, Noooop
Otra basura de Jordan Peele (y ya van dos consecutivas).
Fallida, con unos diálogos pésimos y un trío protagonista que resulta insufrible y repelente. Quitando la secuencia del ataque del mono (que ni se explica o aclara) y la fotografía del film, todo lo demás es demencial, penoso y pueril.
Animales salvajes domesticados y alienígena carnívoro aspirador gigante, junto a las cámaras de vídeo, conforman esta estrafalaria e insignificante película del sobrevalorado y ridículo Peele.

Siguiendo la estela del "Silencio de los Corderos", David Fincher dirige una película paradigmática dentro de la naciente corriente de asesinos en serie: thriller sórdido y expresionista, cercano al terror; la estética es esencial y se cuida al máximo el diseño de producción, artístico, escenografía y música; el asesino en serie es una persona culta que somete a la policía a unos crímenes en formato "puzzle" y/o acertijos; es importante el trasfondo psicológico de los personajes, sus motivaciones, traumas, anhelos, etc.
Espectacular y tremebunda obra maestra.
De este nuevo formato de thriller beberán las posteriores películas sobre asesinos en serie.

Una crónica amarga, pesimista y triste sobre el mundo de la musica folk americana, encarnada en el personaje interpretado por Oscar Isaac (magnífica interpretación).
Quizás sea la película más melancólica, sería y reposada de los hermanos Coen.
La vida de un músico ambulante luchando, de garito en garito, contra la adversidad. Un perdedor que vive de la caridad de los pocos amigos y familiares que le quedan y, que desfallece, a causa de sus valores y principios incorruptibles, en una espiral de mala suerte y pérdida de rumbo, que se verá apocada a la desesperanza y quiebra de sus sueños artísticos.

Magistral e inolvidable. Una lección de vida inspirada en el único libro que escribió Harper Lee (supongo que incluyendo reminiscencias autobiográficas).
Ambientada en los años 30 (después de la Gran Depresión americana), es un drama sureño adelantado a su época, desde todas las ópticas posibles, planteando una nueva concepción de la educación y los principios éticos (encarnado por el emblemático abogado tranquilo, Aticus): comprensión, empatía, tolerancia, indulgencia, solidaridad, anti beligerancia, ecuanimidad, reflexión, racionalidad, etc.
Dividida en dos actos:
- En el primero, nos encontramos un marco vitalista y nostálgico de la infancia, a través de las vivencias, miedos y juegos de los dos hijos de Aticus, de 6 y 10 años, y la familia (en ausencia de la madre, aunque se introduce en su lugar la respetable y eficiente criada negra).
- En el segundo acto, tenemos un drama judicial en el que se pone de manifiesto el racismo social y bajeza moral en los pueblos rurales sureños norteamericanos de la época, los abusos de la raza blanca sobre la negra y la tremenda situación de abandono de las personas con discapacidad cognitiva (metáfora del ruiseñor).
En suma, un film muy adelantado que sigue hoy más vigente que nunca en los tiempos de crisis moral y bélica que vivimos.
Recomendable y de obligado visionado, es una obra maestra de incuestionable valor.

La gente habla de la versión rusa como la mejor adaptación del Quijote y no, rotundamente no. La patética versión de Kozintsev no solo no es fiel (altera el orden natural de los capítulos a su antojo), sino que, además prostituye las bondades y la poética castiza y picaresca de la obra maestra de Cervantes.
Tenemos ante nuestras narices la mejor versión del clásico de Cervantes: la mejor síntesis de la colosal novela (de la que beberá la serie animada de Cruz Delgado) y la más fiel.
Si fuera tan fácil hacer este tipo de películas, ¿por qué nadie, en los tantos intentos fallidos que se han producido a la postre, se puede acercar al resultado de la maravillosa adaptación de Rafael Gil?