Walt Disney siempre creyó fielmente en el poder visual. artístico y cinematográfico de la animación.
Fantasía fue el punto máximo de la explotación total de este nuevo género que creó sin estar empeñado en ello, pensando quizá más en un desborde creativo de sus artistas que en la mera explotación comercial (por muy contradictorio que suene, Disney sin mirar lo comercial, jaja). La película de 1940 logra de manera fenomenal y extraordinaria esta hazaña; cientos de artistas que lograron crear nuevos métodos de exploración cinematográfica con mira en una visionaria muestra del talento colectivo.
Fantasía 2000 no es la gran película, muy cierto es, además de que queda por detrás de la primer Fantasía haciendo un producto más ameno con los espectadores que no acostumbran de mirar desarrollos experimentales en cintas comerciales. La duración y la madurez son entonces los dos grandes desequilibrios de la segunda parte.
Por lo demás, tan buena como un género en si mismo puede ser.
Espero algún día Disney se arriesgue de nuevo y nos traiga una Fantasía 3.
Qué bonito es el Cine.

David Lynch toma las riendas de una película con mucha carga sentimental y la expectación es natural. Imaginamos frialdad y realismo provenientes de un ser surrealista pero, ¡Sorpresa! Que te hará llorar.

Y es que Lynch sabía que, tratándose de una historia que podría ser demasiado floja para su cine e intelectualidad, decide utilizar blanco y negro. Ya está. Con eso da el primer acierto.

Después, el punto donde recae la maravilla de la narrativa en la cinta. Sabe que dando toda la carga emocional solo al protagonista (y por ende el hilo emotivo), no se llega a ningún lado, y es así que aquí a cada personaje se le permite transmitir y expresarse. Miedo, tristeza, asombro, disgusto, admiración y hasta asco. No solo el deforme tiene derecho a sentir, todos desbordan emoción.
Y siguiendo con esto, le da la seriedad debida a cada una de estas, no reprime o castiga alguna, el asco y el abuso son permitidos y les da la misma importancia que a la pasión y felicidad.
Y es esto, sí, esta gran clave que hace muy diferente a El Hombre Elefante de cualquier película simplona “emotiva” con historia similar.

Lynch ha hecho la verdadera película sentimental.

Para un fan de Stanley Kubrick como yo es casi un ritual programar de vez en cuando un ciclo para ver las 13 películas del director en orden, y los que acostumbran lo mismo sabrán que llegar a Spartacus significa, en primera, llegar a ese cambio radical en la obra de SK; en segunda, llegar a esa piedra en el zapato dentro de la filmografía del realizador; y tercera, llegar a la película donde por mucho que deseemos es imposible enfocarnos únicamente en el trabajo del director, como bien podemos hacerlo antes o después.

Y es que, honor a quien honor merece. Se dice que esta es la obra menos personal que tiene, y es cierto, pero hay que aceptar que el hecho de que aquí Stanley esté muy limitado da como resultado una de las mejores películas en la historia del Hollywood de superproducciones, aquí tenemos a los mejores actores, y en general los mejores trabajos en montaje, fotografía, guión, vestuarios, escenarios, sonido y efectos visuales; siendo quizá el apartado de vestuarios lo que se queda un poco más corto, pero sin llegar a ser malos; y el guión de Dalton Trumbo lo mejor, algo que, debo decir, es raro en películas de este tipo, no es común encontrar superproducciones donde los diálogos estén a la altura de las escenas de acción o del clímax, porque casi siempre pasa que los productores, estando conscientes de que no cuentan con diálogos entretenidos y dignos, comienzan a derrochar dinero con tal de mediar la situación, tratando de llegar al público por medio de efectos y secuencias alucinantes pero que al final resultan ser parte de una película vacía. Aquí no sucede nada de eso, aquí cada aspecto forma parte del engranaje general. Todo muy bien logrado.
Magnificencia en la forma y sencillez (que no simpleza) en el fondo. Qué buena combinación.

En conclusión, la película menos "kubrickiana" en el fondo, pero que gracias a esto el resultado es mejor que si se hubiese permitido al aún joven director hacer y deshacer a su antojo; eso un verdadero fan sabe aceptarlo. Al final sabemos que el poco cariño de su parte se debe más a su egocentrismo por no reconocer el buen trabajo del equipo detrás, que en si por las limitaciones que tuvo.

Como sea, eso no importa, el resultado es una película excelente que no podría merecer menos de 10, porque con la mezcla perfecta de acción, sentimentalismo, romance, diálogos memorables y momentos épicos, ¿qué podría salir mal?
Nada, por supuesto

"Spartacus" es una de las mejores superproducciones de Hollywood, una joya cinematográfica total.

Hablar de "Killer's Kiss" es hablar de un caso especial dentro de la filmografía de Kubrick, porque al día de hoy no logro entender cómo permitió que esta película viera la luz, y no me lo cuestiono porque crea que es mala, sino porque es muy conocido que Stanley era increíblemente meticuloso y detallado con sus cintas, cosa que se ve en prácticamente todos sus largometrajes, excepto aquí.
Esta presenta peculiaridades que se resumen en una palabra: Sencillez. La más sencilla de sus 13 películas.

Guión entretenido, pero sencillo+ Actuaciones adecuadas, pero sencillas+ Dirección acertada, pero sencilla+ Locaciones llamativas y bien ambientadas, pero sencillas+ Una sola melodía que resuena siempre, bonita pero sencilla+ Montaje muy convencional y muy sencillo+ Fotografía espectacular= Película sencilla.
Película tan sencilla que llegó a darme la sensación de estar viendo un episodio de una buena serie (si tomamos en cuenta la poca duración, aún más), pero aún así, es buena; de hecho está tan justamente bien elaborada que se disfruta ver una película de Cine Negro que no sea pretenciosa, porque si por algo reconozco este género es porque la gran mayoría de estas películas tienen una brecha tan grande entre la narrativa del guión y el aspecto técnico/visual que resultan agobiantes. Killer's Kiss no es así y eso se aprecia.

Entonces, buena a secas, no es ni de cerca parte de las mejores siendo incluso superada por su antecesora "Fear and Desire" (opinión muy personal que sé que SK me tiraría de loco si me escuchara).

En fin, tal vez dirán que en la sencillez reside la perfección de Kubrick en esta película, pero no, él no era de esos.
Y perdonan tanta repetición de sencillez y derivadas pero es que no comprendo la sencillez cuando viene de alguien que es todo menos sencillo. O tal vez el sencillo soy yo.

A diferencia de las primeras cintas mexicanas, las del cine silente, de las que no se conserva casi nada o se conserva mutilado, esta es una de las primeras que se tienen completas, data de los inicios de señor Fernando de Fuentes, un gran director mexicano tan importante que incluso dará inicio a la época de oro.
Gracias a lo anterior mencionado (cinta completa) se puede calificar la película tranquilamente porque se ha visto íntegra; merecedora de un 10 total, en 1 hora 15 minutos se darán una serie de vueltas inesperadas, la pena y la necesidad son los temas principales, dos historias que se entrelazan perfectamente, una película que nos recuerda el amor infinito que las familias se tienen y las tantas acciones que uno puede hacer por ayudar a sus seres queridos.