Impresionante estilo visual, por momentos parece un documental y no una película. Un estilo muy realista, casi naturalista, un rodaje frenético, precipitado. El guión es muy bueno y los actores obviamente, como la vida misma.
Una pequeña obra maestra.

Esos son algunos de los roles por los que el estafador de tan sólo 17 años Frank Abagnale Jr se hace pasar...

Dicaprio y Hanks, en mi opinión, se salen por todas partes con esta interpretación. El primero interpreta a la perfección el papel de estafador, altivo y prepotente sin dejar de lado el sentimentalismo de ser un crío desvalido que lo único que querría es que sus padres siguiesen juntos.
Hanks, perdedor y fracasado, el papel de engañado por un crío, al que le coje cariño a pesar de si mismo... Ambos son sagaces y los mejores en lo suyo, están sólos y se establecen una extraña y enternecedora relación de dependencia...
Y Walken, el padre del chaval, a pesar de que sale poco rato en pantalla está excepcional, con una interpretación muy versátil y de gran profundidad.

El guión es muy entretenido, el ritmo no podría ser mejor, la fotografía roza la maestría, es original...

Y se me quedó grabada la frase del padre del chaval. Los yankees ganan porque hipnotizan con su uniforme de rayas a los otros equipos. De eso Frankie aprende muy bien la lección, te puedes hacer pasar por lo que quieras mientras lo parezcas.

Entretenida, cómica, algo dramática y sobre todo, inteligente.

Dotada de una inteligencia y una fuerza fuera de serie. Despacha tantos temas, produce tantas sensaciones, que te deja sin habla. Woody es un genio. Una maravilla.

Tras sus dos últimos films en los que marcaba un distanciamiento de sus comienzos, esta película supone una vuelta atrás.
El guión no se sostiene por ninguna parte, los actores están pésimos, el desarrollo del film roza el patetismo por momentos.
Total, un film sin sentido que supone una pérdida de tiempo. No entiendo como después de un trabajo así encima se puede exigir un reconocimiento...

Zhang Yimou llena esta historia de amor de sutileza, lirismo y ternura. Es un maestro en la utilización de cada lugar, cada objeto y los convierte en preciosas postales. Todo es preciso y tremendamente descriptivo en ella...la cocina, el prado, la escuela, la chaqueta roja...
Lo original de esta película es la estética con la que plasma lo cotidiano de tareas tan sencillas como la de cocinar, el sacar agua del pozo, recoger los pedazos de una taza rota...
El argumento no es precisamente novedoso, pero las interpretaciones son muy versátiles y los sentimientos implícitos en cada mirada, y en cada desasosiego son amor adolescente. Sin más. Y nadie echa de menos nada más.