Tarantino es un magnífico director y desde luego no se va a descubrir ahora. Sus películas poseen su sello personal como muy pocos cineastas han logrado establecer en la historia. Sus historias son desgarradoras, trágicas, crueles y repletas de sangre, y sin embargo, la comedia inunda cada fotograma, una comedia camuflada de ironías y paradojas. Dicho esto, Malditos Bastardos vuelve a ser la enésima joya del director y vuelve a dejar con la miel en los labios. Esto es así básicamente porque Tarantino repite los mismos esquemas una y otra vez, algunas veces con historias mejores o peores pero siempre estando en una nota media de notable, exceptuando Pulp Fiction o Abierto Hasta el Amanecer que son excelentes.

Dejando de lado las apreciaciones sobre la dirección, este film es digno de análisis, no sólo cinematográficamente hablando, sino también para entender la "psicología de las guerras". Los personajes (tanto históricos como ficticios) son muy parecidos en cuanto a su fachada externa e interna. Los protagonistas parecen estar envueltos de un halo de clarividencia absoluta, parecen saber con extremada exactitud qué va a pasar y cómo van a hacer que pase, esto es, las típicas personas que en un momento o en otro se darán el gran batacazo. Realmente nada más lejos de los grandes dictadores, de los hombres y mujeres que creen controlar cualquier situación, de mentalidades perturbadas que son como castillos de naipes esperando a ser desplomados por la más leve brisa.

La II Guerra Mundial dejó las huellas y la herencia de una violencia brutal y sin escrúpulos, y aunque la película de Tarantino pueda parecer cruenta lo cierto es que la realidad supera en mucho a la ficción. El nazismo, un superviviente actual, es el reflejo más claro de lo que la humanidad es capaz de hacer. Lejos de desaparecer se ha diversificado, miles de personas son asesinadas, violadas y denigradas a diario por su religión, raza o sexualidad entre otras muchas causas sin razón en todos los rincones del planeta.

Tras estas divagaciones tan humanistas y recuperando la crítica, decir que la grata sorpresa en esta cinta es la actuación de Christoph Waltz: simplemente de Oscar. Su personaje está claro que ya de por sí es atractivo introspectivamente hablando pero Christoph es autosuficiente, su presencia basta para estimular el cerebro del espectador y darse cuenta de que se esta frente a un monstruo de la interpretación. En cuanto a Brad Pitt no ofrece nada nuevo, un actor entre regular y bueno y sobre todo muy constante y agradecido físicamente.

Aunque lo mejor de Malditos Bastardos es su desenlace hay que decir que esto es así gracias a un sólido guión que permite, aún presentando una larga duración, ir avanzando con varios clímax y subclímax de gran factura técnica y menor contenido dramático del habitual. Como se ha dicho ya, todo ello aderezado de ese humor tan peculiar y difícil de captar en ocasiones pero que gusta a la gran mayoría.

Un saludo.

Entretenidísima película de animación musical. Esperpento en cuanto al mensaje que intenta lanzar sobre los animales en cautividad, personificándolos y permitiéndose el lujo de culpabilizar al público. Si eres capaz de dejar de lado tal absurdo, encontrarás una sugerente película musical de animación de exclente calidad técnica. Sin duda es la música la que eleva la película de un cinco rascado al ocho, con una banda sonora muy bien tejida al hilo coreográfico. El guión va perdiendo peso a medida que nos acercamos al final.

Que ustedes la disfruten tanto como un servidor. Un saludo a todos.

Sea cual sea la película de John Ford que se vea nunca defrauda, principalmente porque siempre transmite un mensaje profundo, un mensaje que nos hace meditar y, un mensaje imperecedero. Con este film ocurre tal cosa. Un pueblo minero fotografiado a la perfección, unos personajes llenos de vida -véase el joven Hugh-, una bella historia de amor y sobre todo una trama en torno a los sindicatos que emergían en el sector minero que cautiva de principio a fin. La cinta no contiene ni un minuto aburrido o de relleno, todo está medido a la perfección: diálogos, secuencias, planos, etc. En definitiva una película que les dejará huella.

Un saludo a todos.

En esta época, en la que los vampiros han salido definitivamente del armario (o del ataud según se mire) y los potenciales consumidores de este género han aumentado exponencialmente, se debe volver la vista atrás y recordar cómo en los inicios del cine o producto televisivo vampírico la calidad estética y literaria era tanto o más buena que la actual. De hecho, yo diría que con el aumento de la oferta la calidad ha disminuido, y si antes tales productos pasaban por un filtro más exigente, en la actualidad existen series y películas de pésima factura en lo referente a lo más esencial, esto es, intentan innovar y acaban produciendo cintas que se parecen a cualquier cosa menos a lo que deberían (véase la famosa saga Crepúsculo).

Los cazadores de vampiros fueron un prototipo clásico hasta que irrumpió nuestra querida Buffy, una chica de aspecto angelical y completamente ignorante sobre el destino que le espera. Todo lo contrario de lo que hasta ese momento habíamos visto: cazadores tirando a cincuentones con sobrada experiencia en la materia y en ocasiones dispuestos a acabar con el demonio encarnado vampiro tan sólo por venganza.

Recuerdo el día que vi por primera vez un capítulo, fue muy parecido a lo que me ocurrió con Abierto Hasta el Amanecer donde todo parece normal incluso a veces aburrido, y de repente, aparecen esas bestias demoníacas para sobresaltarnos y abrir nuestros ojos como platos. Buffy fue y sigue siendo un referente en lo que a series de entretenimiento se refiere, pues aún siendo específicamente sobre vampiros y demonios no renuncia al humor y al sarcasmo, pero sobre todo, ni mucho menos se vuelve redundante ni se pierde el interés.

En este sentido hay que destacar el séptimo episodio de la sexta temporada, un episodio completamente musical en el que sorprende la calidad coreográfica y lírica además de la interpretación de algunos de sus protagonistas como el caso de Giles (Anthony Stewart Head) o el de Tara (Amber Benson).

Como pasa en muchas series, el peso de los personajes es fundamental para entender su éxito. Un éxito, que se constata con el spin off del personaje Angel (fundamental en los primeros y últimos compases de la serie) y en que tras su sorprendente cancelación televisiva ahora sigue cosechando una gran popularidad en versión cómic con una continuación a la altura.

Buffy siempre estará en los corazones de los vampirófilos por haber ofrecido y seguir ofreciendo esa dosis de vampiros semanal o mensual que tanto anhelaban los mismos. Una serie con calidad en todos sus apartados y que podremos revivir una y otra vez como si de un ser inmortal se refiere.

Un Saludo.

Que pena no haber visto esta película cuando era niño, realmente es cautivadora sin dejar de ser cotidiana y liviana, apta para el entendimiento de los niños y para el deleite de adultos. La estética es abrumadora, los paisajes son espejismos costumbristas de un Japón rural aderezados con la magia de las historias sobre el mundo animal. Cada gesto y cada diálogo se funden con los dibujos y animaciones. Sin ser una historia poderosa engancha hasta el final por tratar la trivialidad diaria como un tesoro. Que nadie se la pierda.

Un saludo a todos.