Para mi esta película fue una pequeña maravilla del cine español que pasó injustamente desapercibida y que ni se ha editado en DVD ni se ha emitido por televisión. Me encantó todo: los personajes, la ambientación, la historia, la música... Si alguna vez tenéis ocasión de verla, no lo dudéis.

Tiene dos escenas de acción de las más espectaculares que he visto nunca. El resto, salvo alguna persecución y otra pequeña pelea, es todo un melodrama que no le importa a nadie que se haya puesto a ver la película por el cartel o esperando un thriller de acción y venganza. Casi se puede calificar de desgracia. Podría haber sido la John Wick coreana por lo menos.

Hay gente que se debe de creer culta y guay por decir que David Lynch es un gran cineasta y que esta película es una obra maestra. Según algunas de mis opiniones sobre otras películas, yo debería de ser una de esas personas... pero no puedo. No quiero engañarme a mi mismo. No quiero engañar a nadie. Si decir que esta película es una maravilla y sentir que eres uno de esos pocos que dicen que la entienden es ser culto y guay, prefiero ser tonto toda mi vida y morir en la ignorancia.

Cabeza Borradora... Sí, ojalá se me borrara de la mente. Luego la culpa de que algunos se vuelvan locos y maten a sus padres y compañeros del instituto se la echamos a los videojuegos.

"Chappie" tiene un argumento que mezcla originalidad, rareza y diversión como pocas veces se ha visto.
"Chappie" tiene unos protagonistas grandiosos. Canis que por lo visto son canis en la vida real, que vuelven cani a un robot y que al final consiguen caerte bien.
"Chappie" tiene a Hugh Jackman haciendo de malo. Y eso significa que te diviertes tanto con sus maldades como con su final.
"Chappie" tiene una banda sonora brutal. Hans Zimmer ha vuelto a hacerlo.
"Chappie" tiene un doblaje de los que molan.
"Chappie" tiene escenas violentas y épicas a la vez. No se corta un pelo.
"Chappie" tiene la fórmula de la vida eterna, solo que los espectadores no podemos entenderla.
En definitiva, "Chappie" es una película que han hecho como han querido, y no como les han dejado hacerla, y eso se nota mucho. Después de "Chappie" creo que va a ser difícil que alguien haga una película que se disfrute tanto en mucho tiempo. No digo que la mejoren. Que la igualen, si pueden.

Nada más empezar, Camilo García hace que se te pongan los pelos de puntas al decir su frase de "El Silencio de los Corderos", y a partir de aquí son casi 150 minutos que se te pasan como media hora. Poder ver y escuchar a la vez a todas estas viejas glorias es un regalo para los amantes del doblaje: anécdotas, historia del doblaje, nociones sobre su trabajo e incluso alguna que otra aclaración que más de un listo de esos a los que se les llena la boca echando pestes sobre este ARTE debería meterse en la cabeza (por ejemplo, que el doblaje no es un invento franquista).
La única pega que se le puede poner a este gran trabajo es que faltan entrevistas a muchos de los grandes, pero no se puede tener todo, por desgracia.

Gracias, Alfonso S. Suarez.