En 2002 se pudo ver en los cines una de las películas revelaciones de aquella temporada. Yan han pasado 8 años y sigue conservando la mejor muestra de cine de acción y espionaje que el publico ansiaba con volver a ver. El sopresivo éxito que tuvo, fue grande pero al mismo tiempo moderado, se impulsó a través del mercado doméstivo siendo un éxito arrollador. Al venderse millones de copias en video, aseguró su continuación para poder cerrar la historia correctamente e invertir más dinero en la producción de las siguientes hasta convertirse en la trilogía que finalmente ha sido.

Pero a que se debe el éxito, analicemos:

Estamos ante una dirección hábil; Doug Liman filmó aquí su mejor película. Un guión que se toma en serio lo que narra; Tony Gilroy sabe que lo más importante es contar algo y que tenga sentido, nada de inventar cosas o simplemente buscando la forma de como contarlo, sino contarlo, dedica tiempo a la historia y los personajes. Un montaje eléctrico; la película es fluida, apenas hay momentos en que se para la acción, siempre hay movimiento, y eso en el cine es fundamental. El mejor reparto para la mejor película; si tenemos a los actores idoneos para el trabajo mejor, Matt Damon se hizo con el personaje desde los primero fotogramas, creando un personaje icónico, todo ello secundado por actores de lujo como Brian Cox y Chris Cooper que le otorgan mucha profundidad, sin olvidarnos de la alemana Franka Potente que lo hace bien, y el siempre genial Clive Owen haciendo uno de sus primeros personajes relevantes.

Carnivàle ha pasado a la historia como una de las mejores propuestas que han surgido para la televisión, por desgracia, las dos temporada que está compuesta es solo una parte de la serie. Por el momento no continua debido a la bajada de audiencia y elevados costes. Con una calidad indiscutible, una gran cantidad de actores, grandes decorados externos y un diseño de producción de lujo que la convierten en una serie adictiva.

Por lo tanto, la prometedora historia se quedó en una primera parte de tres, HBO fiel a mantener las series a pesar de las opiniones externas no pudo seguir apostando e invirtiendo dinero. La respuesta fue una avalancha de protestas por parte de los miles de fans que tenía la serie.

Carnivàle cuenta la historia en una época oscura y siniestra donde la pobreza era algo habitual, en ese ambiente nos encontramos con los dos personaje principales, separados fisicamente, sin nada en común excepto el destino que tienen, que les enfrentará. Los sueños, misticismo, magía y supersticiones es algo que está presente en la serie, proporcionando una atmósfera especial.

Cada capítulo de Carnivàle es una pequeña joya. Como si se tratara de una gran producción, con una espectacular puesta en escena. La gran labor del reparto, todos a gran nivel, sobretodo, Clancy Brown, haciendo de Padre Justin, y Nick Stahl de Ben Hawkins, el resto del reparto destacan brillantement en su roles. Excelente fotofrafía y gran banda sonora que encaja a la perfección.

Gran película, así de claro lo digo.

Para mí hacia tiempo que las películas de aventuras parecían evocadas al olvido, (hasta las dos partes de la momia de Stephen Sommers) parecía que el sabor de las películas no solo de aventuras, sino de aventuras de época iba a recuperar algo del viejo espíritu pero ahí se quedó en nada. Entonces es cuando llegó piratas del caribe, si tengo que decir la verdad estaba muy dudoso con el resultado (sobretodo teniendo el cuenta el último descalabro sobre el tema que fue; la isla de las cabeza cortadas, un entretenido fallido) pero la verdad es que piratas del caribe me resultó para mí la revelación, no solo del verano, sino del año.

Para empezar mis argumentaciones, es sobretodo un guión que funciona, que el espectador se introduzca fácilmente en la historia, unos personajes carismáticos, interpretados por unos actores en estado de gracia, que hacen un calco reflejo de sus personajes, eso si centrándome en un solo que es; Johnny Deep, verdadero protagonista de la peripecia. Una buena dirección de Verbinski pero sobretodo una colosal labor de producción, “ a cargo como no, del todopoderoso Bruckheimer) que hace que sea grande, no solo los decorados y efectos especiales, sino la película en general.