Me fuí a ver esta película, a pesar de las muchas críticas negativas, para darle una oportunidad. Y es que, a priori, lo tiene todo a su favor: un cartel de actores de lujo, una temática (la mafia americana) que nunca falla y gran despliegue de medios en cuanto a ambientación.
Sin embargo, la historia, sin un hilo argumental claro, resulta anodina por no decir bochornosa. Es una pastiche de secuencias, muchas veces sin sentido o simplemente recurriendo a manidos tópicos sobre la mafia italoamericana o copias burdas de otras películas (El Padrino, Uno de los nuestros,...).
El perfil de los personajes está tan mal elaborado que resultan muy forzados o de escasa credibilidad.

Fui a ver esta película, después de haber leído las críticas de Affinity con las que casi siempre coincido, poniéndome en lo peor. Sin embargo, me encontré una película de guerra que, más allá de la moralina que hayan pretendido distribuir y sus posibles incongruencias, me resultó entretenida. Los actores no son profesionales y no se nota tanto como se dice puesto que los dialogos de estos tipos de películas no dan para mucho más. No obstante, la película hubiese sido muy buena si le hubiesen quitado escenas del rollo familiar-esposa abnegada-marido protector y hubiesen metido más caña. No apta para quienes confunden las películas con documentales.

La película es básicamente un duelo entre Schawarzenegger (joer lo que cuesta escribir su nombre) que hace de tranquilo sheriff en un pequeño pueblo pero que al final saca su vena "terminator-robocop-mazinger Z" (el hombre no da para más) y un patético Eduardo Noriega que hace de malísimo y sanguinario narco mexicano que huye de medio FBI, pero que en realidad parece más un niñato de San Diego que va de fin de semana con su chica a fumar unos porros a Ensenada. Por lo demás, los tiros son los que le mantienen a uno despierto en la butaca.

El guión, totalmente previsible, es de encefalograma plano y los actores, especialmente Tosar, patéticos.

Michael Mann nos intenta contar una historia de policias sofisticados que lo único que parecen son dos camareros de chiringito playero corriendo detrás de un cliente que se marcha sin pagar el pincho de tortilla.

Creo que ya se ha dicho todo sobre esta sorprendente película....

Por decir algo diferente, añadiría que W. Allen da una lección sobre como reflejar, transmitir y, en definitiva, vender al mundo el alma de una ciudad.

¿por qué no tenemos en España algo parecido? ¿cuando ha aparecido en nuestro cine Madrid o Barcelona tal y como W. Allen nos muestra Londres o N York?