1) Olé por la secuencia inicial de créditos, con su Lenin, su Kennedy y todo, aunque todo lo más interesante -en plan "serio", digo- que se muestra en la misma sea pateado sin contemplaciones del resto del metraje. O quizás por ello.

2) Toma presentación de villano y detonante de la trama en la primera secuencia del filme. Mira que es feo, el cabrón...

3) Impagable secuencia también la siguiente, con el general leyendo a toda prisa la absurda historia del villano para llegar a la conclusión, igualmente absurda, de que la única forma de detenerlo es volver a reunir a los Guardianes.

4) Inenarrable la siguiente, con todos los modelitos del Control de Misión localizando en sus pantallas semitransparentes a los susodichos Guardianes. Estos Ruskis sí que saben a lo que venimos, y no el tonto de Zack Snyder.

5) ¿Qué decir de las presentaciones de los cuatro superhéroes? Pues que queda claro que dedicar toda una película a narrar los orígenes de un superhéroe, como tantas veces ha hecho ya la Marvel, es una gilipollez absolutamente innecesaria. Aquí presentan a cuatro en cinco minutos... ¡y funciona!

6) Primera batalla de los Guardianes en esta película: nuestros héroes son derrotados y acaban uno con la espina dorsal rota, pero vivo, y los otros tres capturados tras un campo de fuerza. Entonces el Malo, continuando su ascenso al olimpo de los mejores y mayores supervillanos, en vez de matarlos les ofrece 24 horas para que se piensen lo de unirse a él, y se pira a hacer sus cosas para que inmediatamente después nuestros chicos puedan ser rescatados por Nicolasa Furia, y el de la espina dorsal curado por el inefable Profesor en cuestión de un minuto de metraje. Todo esto es ya verdaderamente insuperable.

8) Una secuencia de diálogo, a cual más plano, ridículo y tópico, para contarnos el pasado de cada personaje. Excepto el de la chica, claro, que como no tiene memoria no tiene nada que contar. Ni siquiera que, de jovencita, se lo montaba a tope con el Oso Peposo, que al igual que ella -y que todo el mundo en esta película, salvo el villano- no deja de ser todo un Bollicao.

9) Muy bueno, y esto lo digo sin el menor asomo de guasa, lo de potenciar a los héroes mediante armamento, equipo y uniformes adaptados a sus capacidades. Mientras los técnicos del proyecto diseñan y fabrican todo ese material el villano debe de estar haciéndose pajas, vale, pero... ¿qué más da? No diréis que los uniformes no molan...

10) La prueba del algodón de que toda esta película es una coña es el plan del villano: hacerse con el control de un cañón láser gringo que puso en órbita ni más ni menos que la administración Reagan. ¿En cuántas películas hemos visto ya que el plan del malo para dominar o destruir el mundo pasa por hacerse primero con alguna pieza de vieja e insensata tecnología de la antigua Unión Soviética? Pues ya era hora, carajo, de que los ruskis devolvieran algún golpe, y helo aquí; llora, Lex Luthor...

11) ¿Cómo terminar una película demostrando que eres más ruso que el vodka y te la suda como quede? Pues juntando a tus superhéroes, en plan Power Rangers, y sacándote de la manga que, cuando se cogen de la mano, son capaces de disparar una enorme esfera de luz azul que hace mierda todo lo que toca.

12) No me dirán que alguna vez han visto un discurso del Malo de la Peli como el que se suelta el de esta mientras cae al vacío; solo los decadentes villanos gringos renuncian a sus planes por semejante menudencia.

13) Epílogo: No olvide el espectador que nuestros planisféricos superhéroes -y ahora también Nicolasa Furia- son amigos, además de máquinas de matar... ¡y además no son los únicos! Convocados quedamos, gracias también a la ineludible escena poscrñeditos, para la segunda parte.

14) ¡Yo a eso me apunto!

Chimpún.