El guionista y director Ryusuke Hamaguchi tiene una filmografía a descubrir con títulos como “Passion”, “Happy hour”, “Heaven is still far away” y “Asako I y II”. El que nos ocupa presenta tres historias impulsadas por el azar y la imaginación en las vidas de los personajes femeninos que trazan las trayectorias entre sus elecciones y arrepentimientos. Está contada a través de tres pasajes distintos en torno a un tema común, las relaciones femeninas de mujeres de Japón: un triángulo amoroso inesperado entre dos chicas y un hombre, una trampa de seducción fallida entre una joven y un profesor y un encuentro que resulta de un malentendido entre dos mujeres. La película japonesa es un notable drama que consigue aunar en un mismo tono y estilo tres historias diferentes, de las que me gustaron sobretodo la primera y la tercera y dejan con una sonrisa al espectador. La fantasía del título no hace referencia a un mundo extraordinario sino a esos momentos en la vida en que imaginamos lo que pudo haber sido pero no sucede y que está presente en los tres relatos. Tiene un estilo cercano al de Hong sang soo, con planos largos y sencillos, diálogos constantes y complejos y en algún momento un zoom. La cinta está bien interpretada sobretodo por las actrices: Kotoe Furukawa como Meiko en la primera historia, y Fusako Urabe como Moka y Aoba Kawai como Nana en la tercera. El film ganó el gran premio del jurado en el pasado festival de Berlín, estuvo en la sección Perlas en el festival de San Sebastián y junto con “Drive my car” que también se ha presentado este año, demuestra que Hamaguchi está en una etapa de auge como uno de los directores japoneses más interesantes del cine actual.

Valoración: 7’5
Lo mejor: el tono uniforme que perdura en las tres historias.
Lo peor: que sea muy dialogada puede distraer al espectador.

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Este es el debut cinematográfico escrito y dirigido por Colm Bairead que adapta la novela “Foster “(2010) de la escritora irlandesa Claire Keegan. En la Irlanda rural, en 1981, Cáit es una reservada niña de nueve años que está desatendida por parte de su pobre, disfuncional y numerosa familia. Se enfrenta en silencio con dificultades en la escuela y en casa, y ha aprendido a pasar desapercibida para cuantos la rodean. Cuando llega el verano y se acerca la fecha del parto de su madre, Cáit es enviada a vivir con la prima de su madre y su marido. Sin saber cuándo volverá a casa, se queda en el hogar de unos desconocidos sin más pertenencias que la ropa que lleva puesta. Poco a poco, y gracias a los cuidados del matrimonio Kinsella, Cáit realiza notables progresos y descubre una nueva forma de vivir. Pero en esta casa donde reina el afecto y no parece haber secretos, ella descubre una dolorosa verdad.
La notable película irlandesa es un bello drama familiar sobre la importancia del afecto y encontrar la bondad humana en una infancia desarraigada con pocos recursos, habla de la soledad y la protección del silencio. Está realizado con delicadeza, minimalismo y atención en los detalles, tiene un ritmo pausado, logra ser conmovedor sin sensiblerías. Hay que destacar la fotografía en formato 4:3 y cabe observar el contraste cromático de la casa de los padres de Cáit a diferencia de la vivienda de los Kinsella. Además, está muy bien interpretado por el reparto de actores formado por la niña Catherine Clinch, Carrie Crowley como su tía Eibhlin, Andrew Bennett (“El sótano”) como su tío Séan y Michael Patric como el padre si bien los personajes de los padres de Cáit no están muy desarrollados.
El film ganó el Oso de cristal a mejor película en la sección Generation Kplus del festival de Berlín del año pasado, obtuvo tres premios en la Seminci de Valladolid a la Espiga de plata, el premio FIPRESCI y el del público, ganó el premio del cine europeo a mejor fotografía, obtuvo dos nominaciones a los premios BAFTA a mejor guion adaptado y película de habla no inglesa y la nominación al Oscar internacional siendo la primera cinta hablada en gaélico que lo consigue.

Valoración: 8
Lo mejor: la sencillez del conjunto y la niña protagonista.
Lo peor: el poco desarrollo de los personajes de los padres de Cáit.

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Después del aire internacional de la notable “Un día perfecto” y la pasable “Loving Pablo” el guionista y director Fernando León de Aranoa ha vuelto al cine social patrio con este largometraje. Julio Blanco, el carismático propietario de una empresa media familiar que fabrica balanzas industriales en una ciudad española de provincias, espera la inminente visita de una comisión que decidirá la obtención de un premio local a la excelencia empresarial. Todo tiene que estar perfecto para la visita. Sin embargo, todo parece conspirar contra él. Trabajando a contrarreloj, Blanco intenta resolver los problemas de sus empleados, cruzando para ello todas las líneas imaginables, y dando lugar a una inesperada y explosiva sucesión de acontecimientos de imprevisibles consecuencias.
Casi veinte años después de la excelente y premiada “Los lunes al sol” sobre personajes en desempleo, se ha dicho que su nueva cinta sería el reverso a aquella que se anticicipó a lo que ocurrió en la posterior crisis económica, así como la también sobresaliente “Barrio” mostró a jóvenes callejeros y todavía sigue vigente. Esta es una comedia negra que hace una fina sátira del mundo laboral en que los puestos de trabajo penden de un hilo. Estructurada en los días de una semana antes de que llegue la comisión, el guion es sutil, las situaciones personales y laborales alrededor del personaje principal van a más hasta el clímax de la película. Siendo un notable largometraje, me da la sensación que el guion de tan bueno es algo artificial, la metáfora de la balanza de equilibrio entre el trabajo y la familia es obvia y recurrente y la puesta en escena está supeditada al aspecto narrativo. Además, cabe señalar la eficaz música compuesta por Zeltia Montes y la fotografía del catalán Pau Esteve Birba de edificios grises. Cuenta con un estupendo elenco de actores encabezado por un pletórico Javier Bardem como Blanco, en un registro poco habitual en él (con tic en la boca incluido), una interpretación autocontrolada de un jefe que se inmniscuye en la vida personal de sus empleados si eso puede perjudicar a su empresa. Está bien acompañado de Manolo Solo como Miralles, su amigo jefe de producción, la joven Almudena Amor como Liliana una joven becaria, Óscar de la Fuente como Jose un trabajador despedido, Sonia Almarcha como Adela la esposa de Blanco, Fernando Albizu como el guardia de seguridad, Tarik Rmili, Rafa Castejón y el veterano Celso Bugallo.
El film fue muy bien recibido en su paso por la sección oficial del último festival de San Sebastián, “El buen patrón” seguramente será uno de los títulos más importantes de la temporada de premios española y es probable que sea multinominada a los premios Goya, en categorías principales e interpretativas, ya que Bardem es favorito a mejor actor y pueden estar también Solo, Almarcha, de la Fuente o Amor. En definitiva, estamos ante una de las películas españolas más importantes de la temporada y sin duda la mejor de las últimas de León de Aranoa aunque para mi gusto no llega al nivel de “Barrio” y “Los lunes al sol”. Y tengo que decir que tras ver “El buen patrón” y “Madres paralelas”, considero que de cara a los Oscar había más opciones con la de Almodóvar a pesar de contar como protagonista al prestigioso y oscarizado Bardem.

Valoración: 8
Lo mejor: la gran actuación de J. Bardem, en uno de sus últimos mejores papeles.
Lo peor: hay un aspecto en la resolución del guion que no me queda muy claro (leer en spolier).

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Tuve la oportunidad de ver en el teatro Cervantes de Málaga, después del premio a la trayectoria de la maquilladora Sylvie Imbert, la ópera prima de Andrés M. Koppel, que adapta la novela de Lorenzo Silva. Al sargento Bevilaqua le encomiendan la tarea de investigar la muerte de un joven alocado en la Gomera. Todo apuntaba a Juan Luis Gómez Padilla, político de renombre en la isla, que fue absuelto por un tribunal popular a pesar de la aparente contundencia de las primeras pesquisas. El sargento y su inseparable cabo Chamorro intentan esclarecer este complicado caso, con presiones políticas y con la dificultad añadida de intentar no levantar suspicacias al reabrir un caso que sus compañeros daban por cerrado. Años después del filme "El alquimista impaciente", los personajes de las novelas de Silva vuelven al cine en esta ocasión con este thriller que tiene una atmósfera de niebla conseguida y un arranque es prometedor. Sin embargo, la historia a priori interesante no queda bien resuelta, y no es que estemos ante una propuesta de autor que tiene que hacer pensar al espectador. Hay ciertos diálogos impostados y situaciones que involuntariamente pueden hacer reír, como el golpe que le da el personaje de Quim Gutiérrez a un sospechoso al que interroga. Aparte de las localizaciones en la isla canaria, si el filme es atractivo y entretenido en buena parte es gracias al elenco de actores: Gutiérrez intenta hacer suyo el personaje de Bevilaqua, Aura Garrido como Chamorro y, sobre todo, una sorprendente Verónica Echegui. Además, están un poco desaprovechados Roberto Álamo y Marián Álvarez. Así pues, el filme puede gustar un poco a los aficionados al género de intriga y me gustó verlo en el festival de Málaga pero es una lástima que el resultado sea mejorable y no bien desarrollado. Ya veremos cómo funciona en taquilla en su estreno en septiembre.

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Después de títulos como “Grbavica (El secreto de Esma)” y “En el camino”, la guionista y directora Jasmila Zbanic ha realizado este largometraje que se ha estrenado en salas españolas. En Bosnia, en julio de 1995, Aida es una antigua maestra y traductora que trabaja para la ONU en la ciudad de Srebrenica. La ocupación del ejército serbio provoca que su familia esté entre las miles de personas que buscan refugio en los campos de la ONU. Mientras tanto, ella obtiene información privilegiada mientras participa en las negociaciones.
Esta coproducción de Bosnia y Herzegovina y de otros países europeos es un duro drama en el contexto de la guerra de los Balcanes, en concreto la matanza de la ciudad de Srebrenica por el ejército serbio. La película presenta a una mujer que hace todo lo humanamente posible para salvar a su familia yendo de un lado a otro (de ahí el título del film), llega a anteponer su objetivo de intentar proteger a su marido e hijos por encima de su trabajo como traductora en el conflicto y a través de ella la directora muestra la situación del país después de tres años de guerra y el papel de los diferentes agentes como los ineficaces cascos azules holandeses de la ONU y los soldados serbios aunque pueda resultar un poco maniqueo. El largometraje consigue una tensión en aumento hasta el desenlace fatal, mantiene el interés con elementos de acción, diálogos y silencios, incluye un flashback sobre Aida que alivia la fuerte impresión del conflicto y se sustenta en la creíble interpretación de la actriz protagonista Jasna Djuricic (“A good wife”).
El film se presentó el año pasado en la sección oficial de los festivales de Venecia y de Sevilla, fue nominado a mejor dirección y película de habla no inglesa en los premios BAFTA, ganó el premio Independent Spirit a mejor largometraje extranjero y fue la alternativa para ganar el Oscar a mejor película internacional a la más condescendiente “Otra ronda”.

Valoración: 8
Lo mejor: la contundencia de la propuesta y la actuación de J. Djuricic.
Lo peor: que la angustia que provoca pueda ser reacia a los espectadores a verla.

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