Tengo que reconocer que jamás de los jamases, mi brazo se separaría de mi cuerpo para estirarse a coger de la estantería de un videoclub (y mucho entrar en un cine), "El vagón de la muerte". Pero bien distinta es la historia si contribuyes a modo de cuota mensual, a llenar las arcas de sogecable en forma de Digital +. Ves la tele en HD, el fútbol, y pagas, y grabas, y pagas, y grabas, y pagas, y grabas... y al final, una cosa lleva a la otra y zas!, ves la película por la que (en principio) nunca pagarías, y aunque la estes pagando, como no lo parece, la ves.

Es extraña y desconcertante pero me invita a quedarme, el hecho de no haberla visto antes merece una oportunidad. Todo aquel que me invite a un viaje desconocido, en su vagón me tendrá, aunque sea para decepcionarme.

La incoherencia intencionada y la manera de ignorar la opinión del espectador, compensan los constantes pasos en falso y consigue que todo cobre sentido y se cotice en alza. A Kitamura se la suda el "que dirán" y eso es un punto a favor muy a tener en cuenta, ya que pocos dan la espalda a la galería hoy en día, buscando su propia identidad.

Un 6, interesante. Lo mismo me estoy descafeinando, igual la sobrevaloro, tal vez empiece a estar hasta los cojones de los gafapastas que se limpian después de mastubarse con las esquelas de los directores muertos. O quien sabe, quizá sea el poder del iPlus.

"Donnie Darko" es el claro ejemplo de cuando todo funciona, el ejemplo de cuando el casting está bien realizado, el ejemplo de cuando un guión es brillante, el ejemplo de cuando un director sabe lo que hace y consigue lo que pretende sin salir derrotado por querer aparentar y tomarnos por gilipollas a los que estamos al otro lado de la pantalla. El mejor ejemplo que se me ocurre a la inversa para comparar esta película, es "Requiem for a dream". Richard Kelly se saca de la chistera un clásico instantáneo que pese a ser terriblemente efectista funciona a la perfección, logrando transmitir infinidad de sensaciones.

Los saltos espacio/tiempo, la sensación de descontrol, la manera de acariciar el absurdo, la importancia de las cosas pequeñas, la realidad y la fantasía de cada uno, los problemas, grandes y pequeños, los sueños, el miedo, el delirio. Todo ello desde un punto de vista pragmático e irónico a la vez, envuelto en una banda sonora sublime, bien interpretado y tratado con la mayor coherencia posible que se puede tratar a algo incoherente en sus formas. "Donnie Darko" esta situada justo encima de esa fina línea que separa lo tangible de lo intangible, tanto en la vida como en el cine.

Que decir del duo Gyllenhaal. Jake casi siempre me gusta, Maggie cada día me gusta más. A ella le faltan más "Crazy Hearth" y a él le sobran más "Principes de Persia".

Y ya por último, si pudiera pedir un favor, pediría que alguna mano salvara de su caída en libre a Jena Malone. Consciente de que tan ardua labor es cuanto menos difícil. Los años pasan, Jena crece, los papeles de adolescente transgresora quedan cada vez más lejos y la luz de lo que pudo ser una estrella se apaga.

"Pearl Harbor", es posiblemente la peor película que yo he visto jamás. La empalmada Americana definitiva. Desarrollada con una demagogia extrema. Ni los supuestamente "brillantes" efectos especiales, ni la correcta fotografía, logran desviar la atención de que podemos estar, perfectamente, ante la mierda más grande jamás contada. Envuelta en papel de regalo, eso sí.

Michael Bay falta continuamente a la verdad, prostituye sus principos y su cine hasta el punto de ser violentamente sodomizado por la propia coherencia. Todo sea por la pasta y por hacer derramar alguna lagrimilla a esa nación de gilipollas, por los que se compone Norte América.

"Pearl Harbor", no es más que una falacia nacionalista dispuesta a reescribir la historia a su manera. La eterna excusa de que la culpa siempre es de los demás. Igual que en Vietnam, igual que en Irak, igual que todas las veces que sembraron vientos y recogieron tempestades.

Contado encima todo ello, con una ridícula sensiblería absurda que chirría hasta el extremo de dejar en evidencia a los propios "actores". Claro que hablar de actores, no es hablar de Ben Affleck, Josh Hartnett o Kate Beckinsale.

Ben Affleck: Cara palo típico del cine Estadounidense. Perfecto para comedias románticas junto a bodrios tipo Sandra Bullock o Jenny Lo. Salto a la fama por un más que dudable guión para el inútil de Van Sant en "El indomable Matt Damon". Continuó haciendo mierda y dirigiendo fallidos y pretenciosos proyectos, que casualidad, protagonizados por su hermano. En la actualidad hace anuncios de champús y proyectos llena salas de segunda clase.

Josh Hartnett: Clásico guaperas sin talento que en el momento justo, estaba en el lugar indicado. Empezó con papeles de transgresor adolescente en los que pese a su falta de brillantez no encajaba del todo mal, después se diluyó como un azucarillo. Cuenta con el honor de salir unos segundos en "Sin City", sin duda el mayor logro de toda su carrera, el resto es perfectamente olvidable.

Kate Beckinsale: La tia buena que protagonizó "Underworld" y "Van helsing". Kate, tuvo que ponerse un trajecito de cuero más apretado que los tornillos de un submarino para poder triunfar, y faltariamos a la verdad si dijéramos que no lo consiguió. Pero después de sus curvas ¿que nos queda?, una tipa insulsa incapáz de gesticular ni transmitir nada. Actualmente, tiene 461.000 fotos en Google (el 90% de ellas con excasa ropa o marcando atributos), eso es todo cuanto ha conseguido.

Si vinieran los "Japos" a por Michael, Ben, Josh y Kate para sodomizarlos, bombardearlos y dispersar sus cenizas para luego limpiarse el culo con la maldita bandera Americana, nadie los echaría de menos. Y yo, pagaría por verlo.

Si "Rec" fue una película novedosa, entretenida y original, "Rec 2" tira por los suelos todo lo que habíamos visto en su predecesora.

Los mediocres Jaume Balagueró y Paco Plaza, lejos de invertir bien el dinero que se embolsaron con la primera entrega, deciden darnos por el culo con este ejercicio de recaudación estúpido e innecesario. En la que solo se salvan un poco el final y Manuela Velasco, que casualmente van de la mano.

Aunque "Rec" no me maravilló, hizo que consiguiera olvidar que estos dos inútiles que se hacen llamar "cineastas", habían rodado en 2002 "OT: La película". "Rec 2", no solo me ha hecho recordarlo, también me ha hecho comprender que de donde no hay, no se puede sacar, como es el caso de semejantes sujetos vendidos al mejor postor, el euro.

Cuidado que en 2011 viene "Rec 3", claro que no me extraña, siempre habrá quien siga haciendo el mono mientras alguien le lance cacahuetes.

El mundial de fútbol 2010 de Sudáfrica será recordado, entre otras muchas cosas, por Larissa Riquelme. Esa chony Paraguaya de tatuajes talegueros, que se esconde tras dos enormes tetas siliconadas y un vestido tan corto como sus principios. Larissa prometió desnudarse si su equipo llegaba a la final de tan distinguida copa, pero viendo que la tarea era cuanto menos difícil rectificó y donde dijo final quiso decir semifinal. Claro que como era de suponer, Paraguay perdió. Pero ella se desnudo igualmente como premio a la afición y a el equipo. Era más que evidente que lo que semejante señorita quería era desnudarse de cualquier manera y a cualquier precio, todo es poco a pagar para gente como Larissa si el objetivo es triunfar. Esto es exactamente lo mismo que le pasó al inútil de Gabe Ibañez con su gélida, absurda y fallida "Hierro".

La fotografía, el montaje y los efectos consiguen enamorar durante todo el metraje. A pesar de ello y de que Elena resulta ser colosal en un valle de sombras donde todo resulta excesivo, injustificado y ridículo, "Hierro" es un fracaso absoluto condenado a el olvido instantáneo. El guión de Javier Gullón es tan plano como mediocre, lejos de ir in crescendo, decepciona a cada paso que Anaya da por la isla.

El resultado son 91 minutos de topicazos, de una vulgar constumbre injustificadamente efectista, para desembocar en un final acorde con toda la mierda que nos han hecho tragar antes. Por mi parte, no pienso ser condescendiente con personajes como el señor Ibañez y sus patologías. Mi tiempo resultó ser demasiado caro como para perderlo con algo como "Hierro", a pesar de Elena a la que regalo un puntito de los dos que le doy a esta bazofia. El otro es para la estética con la que se envuelve tanta mediocridad e incompetencia.

La lectura de este film es que Gabe quiere triunfar, a cualquier precio, como Larissa Riquelme. Y que Elena, como a muchos otros, le pone cachondo.