Pues básicamente eso. Amazon se ha pillado a un puñado de actores buenos para hacer una versión más blandita, políticamente correcta y bastante menos original de Love, Actually. No es que sea mala, simplemente no sorprende. Con los actores que tiene, no es de extrañar que tiren del guión hasta el final, aunque éste sea más sencillo que el mecanismo de un chupete, pero al final te deja con la sensación de que si, que vale, pero que igual podrías haber estado haciendo otra cosa más provechosa. Hasta donde he llegado, tiene algunas escenas muy simpáticas, aunque no muy trascendentes, pero nada que me haga querer seguir viéndola. Hay que decir, eso si, que no soy muy fan de las películas románticas, así que es posible que esto tenga su público.

¿Qué pasaría si un hongo mutara y fuese capaz de hackear el cerebro humano para cumplir su función de expandirse? Pasaría The Last of Us, la que en mi opinión es una de las mejores historias de zombis junto a World War Z (el libro). Durante horas, los jugadores de PS hemos acompañado a Joel y Ellie por la América infectada y supongo que la mayoría cruzamos los dedos cuando nos enteramos que iba a convertirse en serie HBO.

Me explico. Tenía esperanzas en esta serie por varias razones: HBO es más proclive a cumplir que otras cadenas, el director es bueno, los actores me gustan y, sobre todo, Naughty Dog, hasta ahora, siempre ha sido sobresaliente en lo que a guiones de sus juegos respecta. Pero, claro, la mayoría de las adaptaciones de videojuegos que he visto hasta ahora han puntuado entre "para esto, mejor quedarse quietos" y "alguien debería darle a los productores una amable paliza".

Pues bien, visto el capítulo uno, así si, señores. Lo único que lamento de esta serie es no poder disfrutarla como si no supiera nada. Las mejores escenas del videojuego están tal cual y las nuevas funcionan estupendamente de pegamento entre el resto. Hay poca (nada) paja y los diálogos están perfectamente adaptados. Y, además, los actores se lo toman en serio hasta el punto de imitar ademanes y posturas de los personajes del videojuego (que está hecho con MoCap y, por tanto, a su vez por actores). Un regalito para los que lo amamos.

Estando sólo disponible el episodio 1 y a falta de ver las etapas 2 y 3 de los infectados y el mundo externo, por ahora le doy un 9, pero no descarto subir la nota más adelante. No añado nada a spoilers: el que no haya jugado, que los evite todo lo posible y espero que nos acompañéis todo el camino hasta Salt Lake City. Abrochaos los cinturones, porque va a ser movidito.

... sino sobrevivir. Sin duda, (para mí) la película de Predator más entretenida desde la original. El guión, poco más o menos, en la misma línea. Grupo de indios a la caza de un puma se cruzan en el camino de un predador, a la caza de todo lo que se le ponga por delante. El diferencial de esta versión es que la protagonista no es Arnold, sino una chica por la que nadie apostaría que sea capaz de cazar algo más grande que un conejo y toca suplir con cabeza lo que con músculo y armas modernas no se puede. No deja de ser el tropo del cazador cazado (en círculo total), pero con muy buen ritmo. Y con animales, tramperos franceses, arcos y pistolas de pólvora. Duración: la justa. Muy recomendable para amantes del cine de acción y más aún para los de la franquicia.

Aviso para navegantes: si te vas a poner con esta serie porque te gustaba Hora de Aventuras, abandona ahora mismo que estás a tiempo. Me lo agradecerás. Aviso número 2: sólo he visto el primer episodio (y he estado a punto de cortarlo cuatro o cinco veces) así que igual mejora; yo no me arriesgo, tengo cosas mejores que hacer en la vida, como limpiar las juntas de las ventanas.

A ver, esta serie tendrá su público, por supuesto, pero dudo que sea el mismo de Hora de Aventuras y, desde luego, no soy yo. Según tus gustos, esta serie te parecerá una aberración o -mucho me temo- una obra maestra. Si eres de los segundos y no te quieres cabrear, deja de leer aquí mismo.

La idea de base es original: una especie de locutor (o podcaster) galáctico que va saltando entre diferentes realidades para entrevistar a gente sobre cuestiones -desde el punto de vista de los creadores- trascendentales. Trascendentales serán para el espectador, si eso, porque estar a favor o en contra de la liberalización de las drogas en un mundo bajo el apocalipsis zombi -por poner un ejemplo- no está muy alto en mi lista de prioridades. Y ahí es donde está mi problema con la serie: todo lo que tendría un mínimo interés -la distopía, la parte de aventura, la fantasía...- está de atrezzo. Pendleton se limita a pasear al personaje principal junto con el entrevistado intercambiando larguísimos diálogos de tinte filosófico mientras, de fondo, pasan cosas sin pies ni cabeza y sin ningún tipo de hilo argumental ni relación con los diálogos (que a mi, más que filosóficos, me recuerdan a la típica conversación de dos colegas borrachos tirados en cualquier lado a las 5 de la mañana).

Por cierto, la animación más patética que he visto desde South Park, pero sin el ingenio de los guiones de esa, ¿qué pasa con vosotros, Netflix? ¿por qué nos intentáis colar estas cosas? Y de la canción del final prefiero no acordarme...

Y que nadie diga que es porque quiero más de lo mismo. El Príncipe Dragón y Avatar no tienen nada que ver y ambas me parece una obra de arte. Ahora me pregunto cuanto de Hora de Aventuras fue de Pendleton y cuanto de tener un equipo con talento -cough-RebecaSugar-cough- a sus espaldas. En fin, media hora perdida de mi vida.

Resumen ejecutivo: una banda de mercenarios con su sacerdotisa, su bardo, sus rangers, su bárbaro y demás se meten en situaciones que se les escapan por mucho pero que acaban resolviendo a base de tiradas críticas y buena voluntad por parte del mast ... guionista. Supongo que la mayoría ya sabe que Vox Machina proviene de un podcast de un grupo de actores de doblaje que graban sus partidas de rol mientras juegan. Y justo eso es esta serie: básicamente parece improvisación, en que el guión no pasa de la partida de D&D más arquetípica que a uno se le ocurra y las gracietas son las típicas de un grupo de amigos en torno a una pizza y cervezas. Si ya en podcast daba para lo que daba, con esta animación cutre digna de series baratas de hace 15 años no alcanza para más que para soltar alguna risa suelta por los chistes chuscos y situaciones locas que cualquiera que haya jugado a rol se ha encontrado más de mil veces. La verdad, no entiendo porque nadie se ha gastado dinero en sacar esto en televisión, al menos en podcast tenía su punto simpático. No obstante, tengo claro que tiene su público objetivo. Evidentemente, no soy yo (y tanta crítica positiva profesional me resulta, como mínimo, un tanto sospechosa).