Cuando uno se pone a ver la tercera entrega de una película de la cual las dos anteriores han sido notables (desde mi punto de vista, te hacen sentir lo que pretende una película de este tipo). Pero en esta entrega, no he tenido esas sensaciones, ni de lejos.
No te engancha absolutamente nada, diré más, las historias que se proyectan son descafeinadas, no generan miedo, desasosiego, intranquilidad...en resumen, todo lo que, como he dicho anteriormente, se le pide a una película de estas características como mínimo.
Quizás me pilló con mala predisposición para verla, en todo caso y a diferencia de las dos primeras, si me preguntan, no la aconsejo.

No se que esperaba mucha gente de esta película, pero por lo visto leyendo otras críticas buscaban un argumento sólido y unos hechos factibles en el mundo en que vivimos.
Yo, por mi parte, esperé de esta película lo que me encontré, porque contadas veces puedes esperar de una película de este tipo lo que demanda mucha gente aquí. No obstante, no es lo mejor de Besson, ni por asomo, pero sirve para pasar 80 minutos entretenido.

Vaya por delante que la ciencia ficción no es mi rollo, ni de lejos. Cuando terminó, después de casi tres horas, me quedé sentado en la butaca cinco minutos, no por la acumulación de gente a la salida, ni por la gran canción de los créditos, no.
Estuve pensando en ella. Como si fuera una rubia preciosa. Y eso, solo lo consiguen las grandes obras maestras.

Hacer una gran película de terror seguramente sea una labor difícil y más si la temática y argumentos ya han sido plasmados con anterioridad, lo cual aún lo hace más difícil, sobretodo en originalidad. No obstante, y si bien es cierto que enseña y explica más que su antecesora, puede que sea uno de sus defectos. Precisamente y a mi modo de ver, EL PROYECTO DE LA BRUJA DE BLAIR la hacía tan enigmática e interesante por lo que no llegaba a enseñar.
Por otro lado, el excesivo movimiento de la cámara en mano puede pasar de ser beneficioso a ser un coñazo para el espectador (sabemos que muchas veces van corriendo, pero se puede disimular un poco más, un poco como en REC). El señor Adam Wingard debería saber que eso no provoca más miedo ni terror al espectador, solo confusión.

Si se tuviera que juzgar una película solo por su originalidad y guión, no merecería más que un rosco. Recordemos que ya hemos visto esto varias veces (THE DESCENT, por ejemplo) con algunas variaciones en el guión, pero prácticamente lo mismo.
Pero realmente esta película tiene muchas virtudes, y entretener es una de ellas, con unas actuaciones aprobadas, unos momentos muy conseguidos además de lograr un cierto grado de tensión, claustrofobia e inquietud en el transcurso del film.
Como ya he dicho antes, y teniendo en cuenta sus carencias, se merece un 6,5.