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Críticas de Kick'Em Ars
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Críticas 191
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
5
6 de octubre de 2007
34 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
ESTRELLA Nº -1 por no llegar ni a la altura de los talones a su predecesora, la notable Westworld.

ESTRELLA Nº -2 por la escena en que los protagonistas son sorprendidos por unos samurais. Como escena de acción resulta patosa y ridícula. Como escena humorística, más aún. No existe planificación, parece que los actores improvisan mientras la cámara les graba como puede.

ESTRELLA Nº -3 por la escena de la partida de ajedrez. Los efectos visuales parecen creados por el propio Georges Méliès. Toda la película hace ostentación de parafernalia tecnológica obsoleta.

ESTRELLA Nº -4 por la escena del sueño de la protagonista. Es una excusa para la aparición de Yul Brinner en el papel de pistolero robot. No tiene razón de ser dentro del filme.

ESTRELLA Nº -5 por ser una típica muestra del cine más rutinario de los años 70.

Esta crítica está dedicada a Txarly, cuya crítica “Cine de diez estrellas” a “El día de la bestia” es un claro ejemplo de suprema originalidad y pasmosa creatividad. Y eso también cuenta, ¿no?
Kick'Em Ars
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6
5 de octubre de 2007
21 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chia Hui Liu, también conocido como Gordon Liu, es una de las grandes estrellas del cine de artes marciales, sin el renombre internacional de Bruce Lee y Jackie Chan, aunque todos le hayan visto en Kill Bill: Vol. 1 como Johnny Mo y en Kill Bill: Vol. 2 como Pai Mei.

Dirigido por su hermano, Chia-Liang Liu, interpreta un personaje verídico, San Te, un monje budista de los tiempos de la dinastía Ming al que le dio por salir del templo y difundir por los caminos la sabiduría del misericordioso Buda y, de paso, la técnica del mamporro con clase. La trama es harto típica en el género de las artes marciales hecho en Hong-Kong: un tirano abusa, roba y asesina. Un joven siente el ardor de la venganza pero su inferioridad es manifiesta y cualquier intento de rebelión es duramente abatido. Entonces llega el meollo de la película, el intensivo y paciente entrenamiento con un objetivo, lograr la técnica perfecta en la lucha, alcanzar la superación de las limitaciones físicas y mentales, y conseguir la ansiada imbatibilidad. Como colofón, el momento de la venganza, el enfrentamiento con el rival más temible de todos.

Apuntaba TAYLOR_1968 en su crítica de Meng long guojiang, “…un escuálido guión, unas interpretaciones esperpénticas y una palmaria deficiencia infraestructural (…) secuencias absolutamente lamentables” (1). Y bien podrían extrapolarse tales cualidades a la producción de cine de artes marciales en general, bien sea de la Golden Harvest, como aquélla, bien de la Shaw Brothers, como la que nos ocupa.

Pero lo que importa en este tipo de películas es la coreografía. Al principio de la película, Gordon Liu ameniza los genéricos con unas formas, es decir, unas secuencias de pasos y movimientos de Kung Fu que simulan una pelea. En cada antebrazo luce siete aros. Los movimientos de sus brazos crean una murga rítmica. Demuestra que la lucha también se puede escuchar, que tiene ritmo y compás.

En las peleas con rival, las voces y los gritos de los contendientes marcan el tempo de la lucha; la cámara se vuelve nerviosa, combina movimientos y zooms: izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás…, como en una canción; los brazos y las piernas cortan el aire y los zumbidos enriquecen la sinfonía pugilística… Los combates parecen ajenos a la realidad, se estilizan y se transforman en bailes primitivos, enriquecidos con la personalidad histriónica y acrobática del singular Gordon Liu.

(1) http://www.filmaffinity.com/es/review/28460798.html


En spoiler, una exclusiva para Filmaffinity, una edición especial del programa radiofónico SUEÑOS DE CELULOIDE.
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Kick'Em Ars
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6
1 de octubre de 2007
45 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al principio de la notable comedia de Jerry Lewis Three on a couch, se muestra el directorio de un edificio de oficinas. Cuando llega el turno de la lista de psiquiatras que allí trabajan, comienza una panorámica que parece interminable. Parece ser que en Estados Unidos la profesión de psiquiatra es tan popular como en cualquier otro lugar la de camarero o la de agente de atención telefónica. Y es que si existe alguna profesión legal que conozco más por el cine que por conocimiento directo, ésa es la de psiquiatra. No quiero decir que no me haga falta acudir a uno, pero bueno, vistos los resultados nada satisfactorios que consiguen (véase Woody Allen), pues casi prefiero seguir viéndolos en la pantalla.

Analyze this es una simpática comedia en la mejor tradición del cine americano con psiquiatra. Aunque su jugada maestra consiste en conjugar este tipo de comedia con otro subgénero arraigado en el cine americano, el thriller de mafiosos. Y de esta interacción genérica nacen los momentos más conseguidos de la película, aquéllos en los que el psiquiatra, de naturaleza pacífica, se ve envuelto en los violentos tejemanejes de su cliente, un capo de la mafia.

He de confesar que, tras recapacitar un buen rato, he decidido acudir al psiquiatra. Ahora estoy en su consulta y me he traído el portátil. Para escribir esta crítica le estoy robando un poquitín de WiFi, je je je…
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Kick'Em Ars
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7
30 de septiembre de 2007
120 de 157 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante la última década de los 50, Hollywood parió una docena de modestos filmes sobre invasiones extraterrestres. Unas películas que dejaban entrever, unas de manera más intencionada, otras de forma más bien involuntaria, el miedo de la sociedad americana a lo desconocido, su temor a que una fatal influencia extranjera corrompiera su genuino estilo de vida, a saber: promotor de las libertades y apóstol de la moral bajo la pauta del capitalismo emprendedor.

Y 30 años después, Carpenter firma una película que homenajea y emula a aquellas viejas producciones sobre invasiones alienígenas y pavores colectivos, aunque dando la vuelta a la tortilla, es decir, al mensaje. El enemigo no pretende sabotear el american way of life y convertir a los americanos en autómatas sin voluntad, sino que emplea el american way of life para transformarlos en corderitos manipulables y conformistas.

Carpenter, más guionista que director en este trabajo, hace enorme hincapié en el mensaje y quizá se exceda en los subrayados críticos y en los homenajes cinéfilos. Dos factores que a un crítico como yo le inducirían a poner cinco estrellas a esta película. Pero como yo no soy un crítico de verdad, como las películas de ciencia-ficción me pirran cantidad, y como Carpenter conforma, con Fisher y Harryhausen, mi santísima trinidad del fantástico, pues le pongo siete estrellas y me quedo tan ancho.

Además, la idea de las gafas que ven la realidad camuflada es muy buena y da mucho juego cinematográfico...
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Kick'Em Ars
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8
28 de septiembre de 2007
58 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charlie es un chaval flacucho y orejudo que vive en una casa inclinada de colores apagados, con líneas curvas, ángulos agudos y obtusos, paredes húmedas y techumbre destartalada. La opresión se dibuja oportunamente en la cama rebosante de abueletes. Acto seguido, el ambiente de ahogo mostrado contrasta con el brillo, el colorido, la pulcritud y las líneas y ángulos rectos de la fábrica de pasta de dientes donde trabaja el padre. Burton se sirve de la escenografía para retratar a las personas.

Charlie y su familia son humildes, sensibles y tolerantes en un mundo en el que sus cualidades brillan por su ausencia; cada niño agraciado con un pase exclusivo al ignoto parque temático del chocolatero Willy Wonka posee un espíritu pecaminoso: Augustus vive entre salchichas: gula; Veruta vive entre sus acaudalados padres: avaricia; Violet vive entre premios: soberbia; y Mike vive entre videojuegos al estilo de Doom y videoclips de punk rock: ira. Charlie es, por el contrario, inocente: su padre le tapa los oídos cuando el abuelo más deslenguado recita su habitual sarta de improperios; el sonido desaparece y el espectador contempla una escena, literalmente, muda. Esta secuencia, además, acentúa el hecho de que son los padres los responsables de las virtudes y de los desmanes de sus vástagos. Hecho que se reforzará con los flash-backs de la infancia de Wonka.

El exterior de la gran fábrica de chocolate posee un aspecto frío y caótico, cualidades del propio Wonka. Aunque, una vez en su interior, se descubre un abigarramiento que suaviza la frialdad pero potencia el desequilibrio. Desequilibrio maravillosamente significado en el fundido encadenado que da paso al primer flash-back, que deforma la imagen del rostro de Wonka que deviene en monstruoso como el recuerdo de su traumática infancia.

Una puerta diminuta, que recuerda a Alice's adventures in wonderland es la entrada a la fábrica, deudora del país de los juguetes de Le avventure di Pinocchio. Storia di un burattino. Una vez aclaradas las referencias clásicas, el filme se sumerge...
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