Las películas de Terry Gilliam son siempre delirantes, y ésta lo es, pero además narra un interesante y profundo drama, excelentemente interpretado y con diálogos brillantes. Es dura pero honesta, cruda pero romántica, y con excelentes dosis de humor fino, como nos tiene acostumbrados.

No puedo explicarlo... quizá porque soy manchego, y reconozco ese "deje" saleroso del que hacen gala Joaquín Reyes y compañía en cada uno de sus sketches. Comprendo que mucha gente no entienda ni soporte el humor absurdo y surrealista de estos cómicos geniales. Muchos los acusan de imitar a Monty Python (otros genios), de no tener gracia... pero yo disfruto muchísimo con todo el material que ofrecen, porque no sólo buscan la carcajada hilarante, sino igualmente dejar perplejo al espectador, o tratar de sacarte un esbozo de sonrisa nostálgica con infinitas referencias al mundo del cine, la música y la cultura de los 80 y los 90. Me encantan porque hacen el ridículo sin miedo, con valentía y con muchísimo ingenio. Quienes dicen que es humor barato o fácil yo creo que se equivocan, muy al contrario, es un humor muy, muy fino o, como dicen ellos, "lo traemos gordo y lo traemos fino también". Podemos ver burdas y desternillantes parodias de personajes de la cultura pop como Hulk Hogan o de películas de culto y alto nivel filosófico como "El ángel exterminador de Buñuel". Desde luego estos chicos saben lo que hacen, y en mi opinión lo hacen muy bien. Personalmente, y ajeno a lo que cualquier persona pueda opinar de Muchachada Nui, disfruto infinitamente de cada capítulo del que para mí es el mejor programa (al menos de humor) de la TV, sólo apto para frikis. ¡¡¡Infinitas gracias... NUUIIIIIIIIIIIII!!!!!

La película es un manual de despropósitos acerca de cómo dirigir una película, en especial una secuela. Las actuaciones son malas, el guión lo podría haber escrito yo mismo cualquier aburrida tarde de domingo, con infinidad de fallos que se intentan pasar por alto (como si no me fuese a dar cuenta), para lo cual el director utiliza cambios de secuencia muy rápidos, y una narración frenética de la historia, que además está llena de pegotes absurdos. Cualquier cinéfilo puede apreciar estos detalles, y es por esto por lo que la peli es bastante mala. Aparte de lo mencianado anteriormente, no aporta absolutamente nada original ni nuevo a una historia que ya conocemos. Visionar esta película es como recalentar el plato de patatas fritas con ketchup de hace dos días y hacerte un bocata. On egin.

Pues a mí no me parece nada absurda. De hecho, creo que una de las cosas que más me gustan de este fantástico director es la forma original y peculiar que tiene de hacer cine. Esta película huele a puro Cronenberg. Para ser su primera película consigue intrigar y asquear al espectador, creando una atmósfera propia, mucho más visceral y oscura que muchas otras películas del mismo estilo. Está curiosa, es como un anticipo de sus posteriores películas.

Esta película me hizo llorar, y mucho, además. Me sentí frágil al contemplar esta tremenda historia realista como la vida misma, dura, durísima pero al mismo tiempo optimista. Un planteamiento desesperado ante el cual la protagonista sabe dar una óptima respuesta, que causa conmoción y admiación en el espectador, implicándose éste hasta el fondo, hasta sentir el dolor que siente ella, hasta sentir una claridad de ideas desde fuera ante una situación dolorosa que se afronta con valentía... no es un pastelón ni mucho menos, sino una desgarradora historia narrada con fuerza, con la fuerza de los sentimientos humanos que Isabel Coixet sabe hurgar de la mejor manera posible: con una sinceridad ante la evidencia y una naturalidad aplastantes. Te deja destrozado.