A grandes trazos existen dos tipos de películas bélicas/históricas. Un primer grupo mayoritario que se centra en seguir las peripecias de un pequeño grupo de soldados/personajes y sus vicisitudes dentro del hecho histórico y un segundo grupo minoritario que pretende dar una visión más general, normalmente a partir de las decisiones que tomaron los líderes del momento. El primer grupo tiende a proporcionar historias con personajes muy bien definidos y con los que te puedes identificar, mientras que el segundo adolece normalmente del problema de tener que presentar demasiados personajes en muy poco tiempo. Para los que nos gusta la historia las dos clases de películas pueden ser muy interesantes pero entiendo que para la mayoría de la gente las del segundo grupo terminen siendo pesadas cuándo no incomprensibles. A la primera clase podríamos colocar éxitos como salvar al soldado Ryan, Das Boot, Master & Commander, la chaqueta metálica, la delgada línea roja, etc. Mientras que en el segundo podríamos mentar a películas como El día más largo, la Batalla de Inglaterra, la batalla de Midway y también Waterloo. Todas ellas mucho menos taquilleras.
Waterloo es por lo tanto una película en la que se intenta explicar muchísimas cosas que ocurren en momentos y lugares distintos y con personajes también distintos. Esto se consigue a medias y la mayoría de éstos últimos quedan desdibujados, pero al menos tiene la virtud de centrarse en los dos principales protagonistas, Napoleón y Wellington, que a mi parecer están bién interpretados por Steiger y Plummer. Por lo demás tiene una buena fotografía, buena música de Rota, y buenas escenas de combates a cargo de los extras que proporcionó el ejército soviético. Éstas están especialmente bién conseguidas teniendo en cuenta el año de la película y lo poco que estaban desarrollados entonces los efectos especiales.
Puede que lo único que me chirría de la película sea el excesivo protagonismo que se da a los británicos. De acuerdo que el general era Wellington y que las mejores tropas eran las británicas, pero eso no debería hacernos olvidar que la mayoría de los soldados aliados eran alemanes y que sin la intervención prusiana Napoleón habría ganado. Pero vamos ya conocemos la afición inglesa a apropiarse de las victorias de otros (también algunos pensarán que en Crimea contra los rusos sólo había soldados ingleses).
Salvando ésto estamos ante una buena invitación a aprender historia.

Emotiva película que está llena de grandes interpretaciones, magnífico Riccardo Cucciolla en su papel de Sacco, y que nos conduce con verosimilitud a una época que ahora nos es dificil de entender. En efecto entre 1917 y 1925 quizás se vivieron los años más turbulentos del siglo XX. La I Guerra Mundial dejó el mundo patas arriba, con todo el sistema económico y de valores del siglo XIX hecho trizas y contagió de una sensación de vértigo a todo el mundo. El mundo ya nunca volvería a ser el de antes y había que decidir como sería el nuevo. ¿Seguirían mandando las viejas clases aristocráticas y burguesas ? ¿O éstas serían barridas por la revolución ? ¿Cuanta gente seguiría el ejemplo bolchevique ?
Así que incluso en un país tan próspero y avanzado como los EUA llegó el fantasma de Lenin. Y con él la histeria que condujo a los raids de Palmer, fiscal del estado, contra las asociaciones obreras y todo aquello que oliese a sindicato. Además la histeria se acentuaba porque millares de immigrantes recién llegados de Europa malvivían en las ciudades americanas y de sus países de origen llegaban noticias que podían inducirles a la revuelta.
En este contexto ser anarquista, italiano y sospechoso de homicidio era un muy mal negocio en los EUA de 1920 y ellos lo pagaron. El juicio a Sacco y Vanzetti parece que fue bastante irregular con la fiscalía presentando pruebas dudosas al mismo tiempo que la defensa actuaba con bastante torpeza. Todo esto está recogido en el film en el que el abogado Moore no da mucho la talla. Además no se permitió celebrar otro juicio cuando nuevas pruebas apuntaban a la inocencia de los acusados.
CONTINÚA EN EL SPOILER

Creo que vi esta película por primera vez cuando tenía 9 o 10 años y recuerdo como después de verla me gustaba coger un palo, imaginarme que era mi espada de vikingo, y lanzarme a luchar con todo lo que encontraba por delante como si quisiera entrar al Valhalla. Y lo mejor de todo es que la volví a ver de grande y me siguió gustando. Y es que esta película es de las que se te quedan gravadas en la memoria y te permiten dejarte llevar por la imaginación. No solo tiene un buen argumento y un magnífico guión, la ambientación y la fotografía también están muy bien conseguidas y si a todo esto le sumas su magnífica banda sonora te das cuenta del gran espectáculo que has presenciado. Y es que a mi esta película siempre se me ha hecho más bien corta y me he quedado con las ganas de ver a los vikingos saquear algun castillo más.
En definitiva una magnífica película que representa lo mejor del cine de aventuras.
Lo mejor: la corrosiva y brutal relación entre Einar (Kirk Douglas) y Erik (Tony Curtis)
la banda sonora de Mario Nascimbene.

Secuela de la exitosa película "Un lugar en la cumbre" de 1959, esta película continúa relatando las tribulaciones de Joe Lampton para encontrar su lugar en la sociedad y conciliar su conciencia con su cotidianidad. Ahora, después de unos 10 años casado con la rica y hermosa Susan Brown, parecería que debería estar satisfecho con su fortuna. No solo tiene un buen trabajo, una mujer atenta, una buena casa y dos hijos que le adoran si no que además se le abre la posibilidad de empezar una carrera política como concejal tory de Warley, hecho que debería poder satisfacer su innegable ambición. Pero Lampton no es un trepa cualquiera y aunque ha escogido una cómoda vida aburguesada, su odio hacia su nueva clase social le llevará a plantearse si todas las renuncias que ha hecho han valido la pena. En esto le ayudará mucho su suegro, el rico A. Z. Brown, que al mostrarle un contínuo desprecio le espoleará a intentar encontrar alternativas a su vida actual.
Producida por Romulus films, una pequeña productora inglesa, y filmada aún en blanco y negro, Life at the top ofrece mucho más de lo que parece. Además de sustentarse en una buena novela de John Braine su reparto no está nada mal. Jean Simmons aporta clase y autenticidad al personaje de Susan. Laurence Harvey, un actor normalmente bastante limitado, se vuelve a encontrar como pez en el agua en la piel del frío e introvertido Lampton. Y la bellísima Honor Blackman, en su papel de nueva mujer años 60, nos demuestra que sus aptitudes daban para mucho más que para hacer de chica Bond. Siendo una peli inglesa tampoco es de extrañar que los secundarios también sean muy buenos.
La dirección también está a un buen nivel con unos movimientos de cámara y enfoques que ayudan a destacar las reacciones de los protagonistas ante sus avatares. Y finalmente las ambientaciones están muy bien encontradas y el contraste entre Yorkshire y Londres bién marcado.
El film es en general un buen fresco de la sociedad británica de la época. En él podemos ver el esnobismo de los opulentos, la miseria de los obreros del téxtil, o la autocomplacencia y el engreimiento de la gauche divine de la época. Entre todos estos grupos se mueve Joe Lampton sin poder amoldarse completamente en ninguno de ellos. Su desgracia es tener más conciencia de la que aparenta sin tener suficiente como para hacerle mucho caso. Pero como bien dice él, lo importante no es lo que deseamos si no con qué nos conformamos.

Vaya por delante que estoy de acuerdo con la tesis de este documental, el capitalismo salvaje se aprovecha de las crisis (sean del tipo que sean) para lanzarse cuál buitre hambriento a saquear la riqueza pública. Creo que esto no es muy difícil de probar después del 2008 y de ver como una crisis creada por el sector privado es utilizada en Europa para desmantelar el estado del bienestar.

Ahora bién, ¿por qué no se puede criticar a Milton Friedman sin endosarle todos los desastres de la humanidad ? Y es que me ha decepcionado mucho la forma con que Naomi Klein pretende atacar al predicador de Chicago. Es más, pienso que con sus ataques infantiles casi hace un favor a los neoliberales. No vale para mi decir que los desastres de la Rusia postsoviética se deben a Friedman, o que el saqueo de Irak está basado en tal o cuál ideología. Porque de ladrones ha habido en todos los tiempos y que yo sepa nunca han necesitado mucha ideología para seguir adelante con sus planes. Y si la han requerido se la han sacado de la manga, religión, racismo, nacionalismo, imperialismo, democracia, etc. Todo esto ha sido utilizado como excusa para robar al vecino. En lo de Irak, por ejemplo, Bush habló mucho más de libertad y democracia que de libres mercados y empresa privada. Resumiendo, pienso que Klein erra el tiro y pierde la oportunidad de atacar con argumentos más contundentes. Y esto que yo guardaba una gran admiración por ella desde que la vi en LA CORPORACIÓN. Es una lástima.
En el SPOILER no cuento ninguna parte del documental.