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España España · Gijón
Críticas de Sífrit
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Críticas 21
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
25 de noviembre de 2016
503 de 876 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo creer lo que leo en algunas otras críticas por aquí, que hablan de una película profunda y hasta difícil de entender :O

Lo que yo he visto en cambio es una película dirigida de forma más que solvente a nivel narrativo, visual, etc., y que tiene una idea de partida interesante -eso del enfoque filológico ante un encuentro con extraterrestres y la dificultad de abordar la comunicación con ellos- que al final no termina más que ser una especie de estrategia de despiste de la idea principal que se va desvelando después. A priori parece también una idea interesante esta otra, pero claro las ideas luego de tenerlas hay que desarrollarlas, y quizá contratar al Hellraiser este o como se llame el guionista no haya sido la mejor forma de hacerlo en este caso. En general me da la impresión de que la peli trata de subirse al carro de la pseudociencia y la pseudofilosofía para todos los públicos siguiendo el éxito de Interstellar con su tono grandilocuente y su giro final jugando a romper las reglas habituales en las que espera moverse el espectador (que en cualquier caso lo resolvía todo bastante mejor). Sin embargo tanto a nivel del desarrollo de su trama como al de su supuestamente profundísimo contenido la película es un completo fraude, sin que su correcto continente llegue a compensarlo. En el spoiler explico por qué:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sífrit
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4
23 de agosto de 2016
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puede reprochárseles nada a los muchos fans de Brian de Palma, lo sean movidos por sentimientos nostálgicos o por un gusto posmoderno por lo ecléctico y lo sobrecargado. Sin embargo, vistos sin perspectiva, el problema de los films ochenteros de este director es que, de homenaje en homenaje, la acumulación de momentos de un suspense expresivo, romántico e innecesariamente prolongado, deviene con frecuencia una parodia involuntaria. De Palma trabaja de forma totalmente contraria a cualquier tipo de economía, empleando recursos a diestro y siniestro sin seguir ningún código coherente, ni siquiera el de su querido Hitchcock. Las largas escenas de Vértigo en las que James Stewart sigue a Kim Novak, que seguramente causaron gran impresión en de Palma, y a pesar de su duración y su aparente repetición, buscan esencialmente una rentabilidad narrativa, avanzan en una dirección en consonancia con todas las otras partes del film, son necesarias en suma. Aquí, en cambio, como ocurre también en Vestida para matar, las largas secuencias dinámicas de planos contraplanos, o los planos secuencia virtuosos, no llegan nunca más lejos de sus propios límites, y resultan como piezas venidas de distintos lugares -más o menos bonitas ellas, alargadas y reiterativas la mayoría- encajadas a la fuerza para construir un castillo que se tambalea; seguramente el mejor ejemplo es el de la escena en la que la cámara gira y gira sobre sí misma mientras Travolta registra su oficina, todo coordinado de forma excelente técnicamente, al mismo tiempo que absolutamente gratuito, sin relación alguna con un fondo narrativo ni con un discurso formal coherente.
Seguramente, de haber tenido una trama más consistente que contar, en lugar de esta historia en la que su comienzo prometedor va desmontándose hasta resultar casi un absurdo -aquí sí, una parodia inadvertida de Blow Up-, estas desviaciones narrativas marca de la casa no serían más que incordios pasajeros. Por lo demás, y al igual que los otros films de esta triada (Impacto, Vestida para matar y Doble cuerpo), la fotografía es excelente y la música insoportable y casi siempre fuera de lugar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sífrit
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7
8 de junio de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta cinta, aun siendo, por época y tono, parte del singular cine negro americano, tiene algunas rarezas que la convierten por momentos en una especie de joya. El argumento, que a priori nos presenta un duelo entre héroe y villano, no tarda en mostrarnos el reverso de ambos personajes: la revelación no se deja para el final, sino que se explica al poco de empezar, abriéndose entonces un terreno inestable y bastante imprevisible en su desarrollo (no tanto en su final) más cercano al drama psicológico que al thriller esperado. Se desnuda entonces una historia de personajes angustiados, traumatizados por hechos del pasado, donde nadie es bueno ni malo del todo, algo por otra parte habitual en el cine negro de los 40, pero desde que conocemos el secreto de Heflin el argumento se desvía hacia tonalidades extrañas a los cánones de este género o movimiento, donde los cabos sueltos conforman un relato medio alucinatorio a través de algunas escenas expresionistas no ya en la forma sino en el fondo, y donde las acciones externas que se suceden sin mucha lógica, más que afectar a la trama, cuyo final anunciado resultará inmutable, parecen ocurrir solo para golpear el interior de los personajes. Contribuye también a esta impresión de rara avis y de notable filiación germánica la disposición de los personajes, con los dos hombres reducidos casi a símbolo, mientras las mujeres intentan en vano devolverlos al mundo corriente de la narración clásica. Por hablar de otros detalles, sorprenden igualmente los créditos situados al final de la película y sobreimpresionados en la imagen, algo ciertamente muy novedoso aún en los 40, que se volverá la norma en las décadas siguientes. Sin embargo, a pesar de estos raros atributos, y de la realización y fotografía excelentes, al final todo queda en un esbozo (aunque digno de ver) de lo que podría haber sido un verdadero descubrimiento.
Sífrit
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9
28 de agosto de 2014
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
No muy conocida y altamente gratificante, la película muestra una reunión casual de personajes excéntricos en un siniestro caserón durante una tormenta, una idea que no por ya repetida deja de ser atractiva. La principal particularidad es el equilibrio constante y sumamente entretenido entre un suspense de altura hecho a base de dosis de misterio muy bien administradas, y un tono de comedia cínica, bordeando la parodia, que viene y se va cada cinco minutos y que hace la película mucho más moderna, inteligente y excéntrica ella misma de lo que podría imaginarse a priori. La reunión de los diferentes personajes proporciona multitud de equívocos y sobreentendidos que van volviendo todo cada vez más impredecible. Sin duda la mezcla de caracteres tan dispares como los de Douglas, Laughton y Karloff solo podría haber dado lugar o bien a un esperpento, o bien a algo irrepetiblemente atractivo y particular. Pero incluso los personajes encarnados por actores menores juegan papeles inesperados dentro de la extraña acción de la película, ya que otra parte de su interés estriba en que no hay uno o dos protagonistas, sino que el misterio es coral y hay detalles que pueden recordar vagamente incluso a Renoir. Por todo esto, no es la típica película de reunión casual de personajes excéntricos en siniestro caserón durante tormenta, o más bien lo es y plenamente, pero al mismo tiempo está la sospecha permanente de que la historia es otra, y de que la película se ríe finamente de nosotros y de sí misma.
Sífrit
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8
28 de agosto de 2014
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que bordea lo maravilloso, huyendo constantemente de cualquier corsé. Cuando uno cree que ha visto ya muchas de estas pelis de terror/fantásticas de los años 30 y cree conocer ya el molde con el que las hacían, siempre aparece un buen Tod Browning para descolocarte y ofrecer creatividad pura a espuertas. Una historia que a priori huele a pastiche, convertida en arte a base de originalidad en el relato y una atmósfera onírica mucho más placentera que terrorífica, con un Lionel Barrymore fuera de categoría. Sello distintivo de las mejores obras, Browning crea una ventana de 70 y pico minutos por la que se observa un mundo propio, especial, absorbente, que se abre al inicio y se cierra al final para siempre dejándolo a uno con las ganas de seguir mirando un rato más.
Sífrit
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