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Chile Chile · Santiago
Críticas de Lawrence
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Críticas 94
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
9 de mayo de 2021
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En 2011, Sebastián Brahm estrenó su primer largometraje como realizador, "El circuito de Román", exhibido en festivales como Valdivia y Toronto y que causó una excelente impresión por la enigmática propuesta de su argumento y puesta en escena, atípica en el cine chileno. Brahm, quien también ha destacado como guionista, montajista e incluso actor -su protagonista en "Soy mucho mejor que voh" quizás era insoportable por su personalidad, pero a la vez lograba hacerse inolvidable y generar lazos con el espectador- estrenó cuatro años después su segunda película, que tuvo su premiere mundial en el Festival de San Sebastián.

"Vida sexual de las plantas" también aborda una historia que a pesar de sus elementos cotidianos y reconocibles en la vida real, no se ve a menudo en la cinematografía chilena. La protagonista es Bárbara, una joven profesional a la que parece irle excelente en todo: le gusta su trabajo como paisajista, hace deporte y actividades al aire libre, tiene una armónica relación con el abogado Guille, y sólo parece estar pendiente la maternidad. Pero cuando éste sufre un accidente que no tiene consecuencias graves pero sí lo deja con complejas secuelas, la relación inevitablemente comienza a experimentar fisuras, y Bárbara debe asumir decisiones, cambios y perspectivas que antes no habría considerado en otras circunstancias.

Demostrando capacidad de observación y sentido de los detalles, a nivel narrativo y de puesta en escena Brahm asume meritorios riesgos. Su exploración de un personaje femenino en un momento de decisión ahonda en las zonas grises y menos gratas, y es un acierto gracias a la sólida y sensible actuación protagónica de Francisca Lewin, muy bien secundada por Mario Horton en un personaje complejo e incluso ingrato; ambos asumen sus personajes con naturalidad y entrega, incluyendo las escenas de sexo, y los altibajos en su relación van quedando al descubierto no sólo en sus diálogos, sino además en las miradas, gestos y silencios.

Destaca también la mirada urbana y el paso de las estaciones que acentúa la fotografía de Benjamín Echazarreta y Sergio Armstrong, que contribuye a la atmósfera que desarrolla el film, en la que si bien de vez en cuando surgen esporádicos momentos de humor, paulatinamente va predominando un tono triste e incluso melancólico que también influye en el ritmo. Por sobre todo, "Vida sexual de las plantas" es valiosa como retrato de un doloroso e íntimo proceso de búsqueda que incluye aciertos, dudas y errores, y su enfoque en las relaciones humanas y los temas de pareja logra conmover y resonar en el espectador, algo que pocas películas chilenas consiguen de manera madura y convincente.
Lawrence
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6
9 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde su estreno a fines de 2014, esta comedia llegó a convertirse en la película más taquillera del cine hecho en India, industria que cada año produce más de mil nuevos filmes y genera millonarias ganancias. Protagonizado por uno de los actores más reconocidos de India, Aamir Khan, este cuarto largometraje del realizador Rajkumar Hirani se centra en un alienígena que aterriza en India para investigar y conocer nuestro planeta, pero queda abandonado sin poder comunicarse con los suyos, y termina protagonizando una serie de divertidas situaciones luego de conocer a una joven periodista que recientemente sufrió una desilusión amorosa en Bruselas.

El punto de partida de la película es innegablemente ingenuo y liviano, y tanto el argumento como su puesta en escena quizás serán demasiado naif para aquellos no familiarizados con el cine "bollywoodense", pero quienes se relajen, abandonen los prejuicios y traten de no ponerse excesivamente intelectuales, deberían disfrutar sin problemas de "PK": a pesar de su extensa duración de casi dos horas y media, maneja muy bien el ritmo, no abusa más de la cuenta de las escenas de canto y baile habituales en este tipo de producciones, aprovecha las atractivas y coloridas locaciones de Delhi y bajo su ligera superficie cómica desliza buenas observaciones humorísticas sobre las tradiciones religiosas y sociales de India.
Lawrence
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6
9 de mayo de 2021
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Si bien el género bélico cuenta con una contundente e ilustre tradición en la historia del cine, en las últimas dos décadas se ha visto en este ámbito un importante incremento de títulos, en particular en relación a la intervención occidental en los conflictos armados en Medio Oriente.

Estrenado mundialmente en el festival de Venecia y nominado al Oscar a la mejor película extranjera, en este tercer largometraje del director danés Tobias Lindholm la historia está abordada a partir de los soldados de Dinamarca que deben permanecer en la zona de conflicto, en este caso en territorio afgano, donde la amenaza de los talibanes es constante. El protagonista es el comandante Claus Pedersen, que debe intentar sobrevivir diariamente junto a sus hombres frente a una realidad hostil, mientras al mismo tiempo en su hogar en Dinamarca su esposa trata de mantener el orden cotidiano en su casa, incluyendo a sus tres hijos, uno de los cuales está resintiendo cada vez más la ausencia del progenitor, lo que afecta su comportamiento diario.

Es justamente al mostrar no sólo el día a día de las tropas en zona de combate, sino además las repercusiones domésticas de la distancia en sus países de origen, que "A War, la otra guerra" se siente humana y conmovedora, en especial cuando un incidente en el que Pedersen debe tomar una decisión que traerá consecuencias posteriores, termina modificando no sólo el rumbo del relato, sino además su ritmo y puesta en escena.

Seco, crudo y realista, el film refleja bien la tensión permanente del conflicto bélico y estremece sin recurrir a manipulaciones ni golpes bajos, a pesar de que más de una situación quizás se prestara para ello. Su acercamiento descarnado a los contrastes de la realidad en la guerra (como la alternancia entre el horror y la camaradería masculina) y el hogar, con un buen manejo de la tensión, se ve acentuado por las buenas interpretaciones de su elenco, por la sutileza de la banda sonora que sólo aparece en momentos puntuales y oportunos, por la capacidad de capturar la emoción contenida que tan habitualmente es difícil de transmitir en pantalla. Por todas esas razones, aunque en la segunda parte de su metraje "A War, la otra guerra" se vuelve más esquemática y convencional, de todos modos en su conjunto es un trabajo muy interesante, valorable y emotivo, además de permitir otro acercamiento al siempre activo y estimulante cine danés.
Lawrence
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4
9 de mayo de 2021
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Otra liviana y exitosa comedia francesa basada en un texto que primero causó sensación en las tablas. Lo que puede sorprender a más de alguien es que acá el responsable sea un veterano director que en los años 90 fue considerado por muchos como un nombre de culto en el circuito de lo que varios aún llaman "cine arte": Patrice Leconte, el mismo de cintas como "El marido de la peluquera", "La maté porque era mía", "El perfume de Ivonne" y "Ridicule". Aunque ha continuado muy activo como realizador, hace ya un tiempo que Leconte no tiene mayor repercusión internacional con sus trabajos, y se puede entender por qué a juzgar por "No molestar": ágil y afortunadamente breve, podrá entretener a más de alguien, pero finalmente es un divertimento menor y ligero, de escaso vuelo, lleno de caricaturas y exageraciones en sus personajes y situaciones, y cuyo humor no logra provocar demasiadas risas y recuerda más a añejos sketches de comedia televisiva.
Lawrence
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5
9 de mayo de 2021
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Adaptando un libro de 2009 escrito por Casey Sherman y Michael J. Tougias, tres guionistas desarrollaron acá un argumento basado en hechos y personajes reales: la arriesgada, valiente y quijotesca misión de rescate que en una pequeña embarcación y en medio de una mar embravecida emprende un puñado de hombres de la guardia costera, para intentar ayudar a los tripulantes de un petrolero que se ha partido en dos. Y al mismo tiempo, y junto con mostrar la angustiosa situación de los marineros que esperan ser salvados, el film desarrolla un componente romántico, con el que de hecho se inicia el relato: la historia de amor entre el veinteañero que encabeza la misión, Bernie Webber, y su novia Miriam, cuyo futuro matrimonio se ve en riesgo por la peligrosa misión en la que él se embarca.

La inmensidad del océano y la mezcla entre fascinación, aventura y riesgo que invoca ha sido fuente de inspiración para muchas producciones hollywoodenses a lo largo de la historia, en especial cuando se trata de reflejar las épicas dimensiones de un enfrentamiento entre el ser humano y las fuerzas de la naturaleza que se desencadenan. El ejemplo más masivo y recurrente es sin duda "Titanic", y es inevitable al ver "Horas contadas" no recordar la muy lograda, humana y conmovedora "Una tormenta perfecta", de Wolfgang Petersen, también basada en un libro inspirado en hechos reales. Acá hay elementos muy similares, como los asombrosos efectos visuales y sonoros para mostrar la furia del mar, y el componente heroico humanizado por las historias de cada uno de los personajes, incluyendo sus seres queridos que esperan su regreso sanos y salvos.

Pero lamentablemente, pese a sus evidentes logros técnicos, "Horas contadas" no sólo no resiste bien la comparación con esos trabajos anteriores, sino además no llega demasiado lejos por sí misma. Es el quinto largometraje del director Craig Gillespie, en cuya carrera de casi una década destaca especialmente la curiosa "Lars y la chica real" (2007), que permitía lucirse al protagonista Ryan Gosling. Acá nuevamente cuenta con un buen reparto, encabezado por el empeñoso aunque algo tieso Chris Pine y figuras habitualmente sólidas como Casey Affleck y Ben Foster, con buenos aportes de secundarios como John Ortiz o John Magaro.

Además de los actores, los otros apartados también están muy bien cubiertos, contando por ejemplo con la fotografía del español Javier Aguirresarobe, que tan buena trayectoria internacional ha hecho al pasar de trabajar con Amenábar y Almodóvar a realizadores como Woody Allen. O la banda sonora del talentoso Carter Burwell -habitual en la filmografía de los hermanos Coen, y quien tuvo la primera nominación al Oscar de su extensa carrera por "Carol"-, acá tal vez demasiado presente, cliché y manipuladora. Quizás ahí radica la mayor falla de este film: tiene todos los ingredientes para ser un éxito, pero su realizador no logra mezclarlos bien o en la dosis precisa, y parece quedarle grande la historia: por mucho que los efectos especiales sean impresionantes y efectivos -sobre todo si se ve en una sala IMAX-, la puesta en escena es plana, la forma de articular el argumento es convencional, esquemática y reiterativa, la edulcorada historia romántica se siente afectada y la película se alarga más de la cuenta, intentando provocar emoción real y genuina. Buen intento, pero lamentablemente sólo se queda en eso.
Lawrence
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