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Críticas de Caith_Sith
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Críticas 1.688
Críticas ordenadas por utilidad
7
17 de julio de 2012
361 de 469 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que por su complejidad son difíciles de abordar. Otras que son ‘hijas de su tiempo’ y están condicionadas por las expectativas que uno tiene depositadas en ellas. “The Dark Knight Rises” (TDKR por acortar) pertenece a este segundo grupo gracias al culto que ha generado su director desde que se hiciera un nombre con la inteligente "Memento" (su debut oficial, “Following” apenas ha sido visto por seguidores del director) y que con su notable acercamiento a la franquicia cinematográfica Batman (en una trilogía que ahora concluye) se ganó elogios, fans y claro, detractores. Con TDKR temo que tanto unos como otros vayan a defender/atacar por igual en la que es indudablemente la menos buena de este tridente maestro en el que la oscuridad y el acercamiento realista a la fuente original se dan la mano para dejar un espectáculo memorable. Si con la primera sentó unas bases en la segunda (la brillante, anárquica “The Dark Knight”) hizo fácil lo difícil. En esta tercera busca un equilibrio y aunque el espectáculo sigue siendo sobresaliente (en términos de entretenimiento) el guión flaquea en puntos donde no debería.

Si bien el acercamiento de Begins era casi melancólico con un autor reinterpretando la leyenda del héroe con y sin la máscara, en TDK la cosa cambiaba. La textura era la de un cómic, con el caos representado en forma de Joker intentando corromper la realidad. TDKR es de las tres la que más cerca está del mundo terrenal en términos de tratamiento de la imagen, planteamiento de conflictos y desarrollo/interacción entre los personajes. Curiosamente al mismo tiempo es la que más traiciona todo esto al abrazarse (mediante giros) a esa fantasía comiquera que puede leerse en los tebeos anteriores al trabajo de Frank Miller. El híbrido es extraño y funciona casi siempre, pero si bien en las primeras películas había que hacer alguna concesión aislada aquí se vive en un estado perpetuo de anulación de todas las leyes lógicas posibles.

Con esto no quiero decir que TDKR sea fallida a nivel narrativo, nada más lejos de la realidad. Lo que plantea lo hace bien siempre y cuando la suspensión de la realidad se aborde desde el primer momento sabiendo que se va a asistir a un cómic en movimiento, por supuesto mucho más apegado a la realidad que en los trabajos previos basados en el hombre murciélago (desde los 60 hasta los dípticos de Tim Burton/Joel Schumacher). El problema viene así por ciertos giros que sacan un poco de la película, que por otra parte hace un trabajo ejemplar a la hora de desarrollar a sus personajes incluso para aquellos que se suman ahora a la franquicia: desde John Blake hasta Catwoman, pasando por Bane, dándole más protagonismo a Fox o Alfred, y volviendo a Begins a la hora de otorgar al icono de Gotham (Wayne/Batman) la importancia que perdió en TDK a favor de Joker/Dent.

Particularmente interesantes son las ideas que quieren transmitir los hermanos Nolan con su guión, que nos vuelve a hablar de la necesidad (o no) de héroes, con un Wayne destruido tras los eventos de TDK, con amenazas más allá de las evidentes: pérdidas personales, dudas, y por supuesto enemigos. Si la película anterior se beneficiaba de la presencia de Joker interpretando a Heath Ledger con maquillaje de payaso (y no a la inversa) aquí tenemos a un notable Tom Hardy haciendo de Bane, un enemigo amenazador, poderoso y sin miedo a causar el caos total, que tiende un hilo al origen (Begins) para poner broche de oro a una trama iniciada y hasta ahora inconclusa.

Igualmente sorprendente es la presencia de Selina Kyle/Catwoman, que casi hace olvidar a la Pfeiffer de "Batman Returns" con una encarnación física y sensual a cargo de Anne Hathaway, que está estupenda (en todos loss entidos) si bien su parte del guión no es la más beneficiada. Esta correspondería a Alfred, ahora con mucha más hondura (sus escenas con Wayne son oro puro, realmente se siente una conexión, química, dando veracidad a lo que se ve en pantalla); a ambos pertenece uno de los mejores momentos del filme, una revelación que hace más mella en nuestro héroe que las palizas propinadas por el villano de turno.

Christopher Nolan parece haber tomado nota de las críticas vertidas hacia Inception y demuestra que poco a poco le ha ido cogiendo el punto a rodar acción. En TDKR hay algunas secuencias especialmente sólidas (Catwoman/Batman en la azotea) y el director se muestra más cómodo a la hora de filmar, permitiendo respirar a las secuencias y abusando menos de su gran aliado, el plano-contraplano, aunque por momentos no pueda evitarlo. Lo que mantiene por supuesto es su tono épico, grandilocuente, seña de identidad de un realizador con estilo propio, quizá el mejor facturador de blockbusters de la actualidad. De hecho sus casi tres horas de duración se pasan bastante rápido incluso a pesar de que el montaje no alude al clímax perpetuo, si bien por supuesto la omnipresente música de Hans Zimmer (buenísima como siempre) conduce artificialmente algunas secuencias en lugar de complementarlas.

Llegados a este punto sólo queda asumir las cosas como son: TDKR (o hablando en castellano, “El caballero oscuro: la leyenda renace”) es un entretenimiento notable que disfrutarás si eres capaz de pasar por alto algunas de las licencias que se toma. No es el gran broche de oro que podría esperarse pero después de “The Dark Knight” la cosa estaba complicada. Sin Joker y con una conclusión que dividirá a la gente, TDKR es el último gran vistazo de un autor a un material que sólo unos pocos han sabido dignificar. Una trilogía para la historia.

// La película tiene numerosos puntos por debatir. Por tanto podéis encontrar un anexo -con spoilers- a lo ya expuesto en http://on.fb.me/MshNs9 o http://bit.ly/Nzvczy //
Caith_Sith
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9
20 de septiembre de 2011
293 de 342 usuarios han encontrado esta crítica útil
Steve McQueen dejó su nombre con tinta imborrable en la historia de los grandes debuts de la historia del cine son su notable "Hunger" y con "Shame" no hace nada más que confirmar lo que ya sabíamos: que por sus venas no hay sangre, sino celuloide. Tras contarnos la historia de Bobby Sands y uno de los dramas carcelarios más fascinantes que se han rodado, ahora lo que hace es hablarnos de Brandon, un adicto al sexo que vive la vida que le da la gana hasta que un factor externo -la aparición de su hermana, Sissy- hace que las cosas comiencen a cambiar.

La "vergüenza" a la que alude su título original no deja de ser el punto de partida porque lo que nos cuenta McQueen es un viaje de ida -y no vuelta- hacia los infiernos. Michael Fassbender interpreta al protagonista con tanta convicción como lo hiciera en "Hunger" y consige arrastrarnos. Primero le envidiamos por ser un playboy que se liga a cualquiera que le venga en gana y poco a poco vamos frustrándonos a medida que el círculo se estrecha, llegando a costar respirar. Su interpretación es superlativa (merecidísimo premio en Venecia) pero no es el único: lo que hace Carey Mulligan es impresionante. Se desvive para dar vida a su personaje, gesticula, se mueve y habla como si estuviese poseída por el alma de éste, no interpreta; vive. Hay un momento concreto en el que canta una canción ("New York, New York"), la cámara se queda en un plano fijo durante casi toda la actuación y es imposible no enamorarse de ese bello rostro y esa voz, imperfecta pero extrañamente melancólica. Tampoco le faltan escenas dramáticas (como en "Hunger", aquí hay una conversación clave que hace evolucionar todo lo demás) pero es que en general "Shame" es una película superlativa que se encuentra, como pasaba con "Hunger", entre lo mejor que se ha hecho en su año (vamos, en 2011).

No quiero olvidarme de mencionar la soberbia dirección de Steve McQueen, que se luce en todos y cada uno de los segundos del filme. Emplea todo tipo de técnicas para transmitirnos lo que siente su personaje y abundan los planos secuencia, los juegos de montaje en paralelo, la elección de la música en ciertos momentos para complementar a la imagen; un soberbio trabajo de fotografía completa el "pack" que se llama "Shame" y cuya única "vergüenza" sería que no fuese disfrutada completamente por tener algún momento subido de tono que pueda impedir, a según quién, que detrás de cada imagen hay un mensaje, una idea, un objetivo. Junto a "Tree of Life" y a fecha de hoy, es la mejor película del año. Imposible de obviar.
Caith_Sith
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9
6 de agosto de 2010
352 de 463 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Todo efecto mágico consta de tres partes, o actos. La primera parte es 'La Presentación'. El mago muestra algo ordinario: una baraja de cartas, un pájaro, o una persona. El mago lo exhibe. Os puede invitar a que lo examinéis, para que veáis que no hay nada raro, que todo es normal. Pero claro, probablemente no sea así. (...) El segundo acto es 'La Actuación'. El mago, con eso que era ordinario, consigue hacer algo extraordinario. Entonces, intentaréis descubrir el truco, pero no lo conseguiréis, porque en el fondo no queréis saber cuál es. Lo que queréis es que os engañen. (...) Pero todavía no aplaudiréis. Que hagan desaparecer algo no es suficiente. Tienen que hacerlo reaparecer. Por eso todo efecto mágico consta de un tercer acto: la parte más complicada. Este acto es 'El Prestigio' (...) Lo imposible se convierte en posible, tus ojos ven algo que no habían visto jamás." - The Prestige (Christopher Nolan, 2006)

La cita superior procede del quinto largometraje de Christopher Nolan y podría resumir a grandes rasgos lo que es Inception (Origen). Es un truco, maravillosamente ejecutado, que se ve como algo que no tiene igual. Porque en realidad, no se había hecho nada similar. Sólo habría que matizar un pequeño detalle: no esperaremos para aplaudir, porque desde el primer minuto hasta el último hay razones de sobra para sacar brillo a las palmas de las manos. Porque Nolan, uno de los pocos realizadores actuales que han comprendido el arte de contar historias, da de lleno en la diana con la que es su película más personal, ambiciosa y arriesgada. Nolan

"Inception" es un regreso al tema que Nolan ha desarrollado a lo largo de toda su carrera: la búsqueda de uno mismo, la necesidad de "encontrarse", de una forma u otra, en este mundo de mierda que se ha puesto ante nuestros ojos. Uno que no hemos elegido pero que es el que nos ha tocado vivir. Desde su obras originales (Following, Memento) hasta su reinvención del Caballero de la Noche con la fantástica Batman Begins y la magistral El Caballero Oscuro, haciendo una parada en la gélida Insomnio, siempre sin olvidarnos de El Truco Final, Nolan ha explorado este tema que le apasiona. "Inception" da un paso más allá. Es un salto sin red hacia la exploración del ser humano en su forma más pura, es un thriller futurista en el que no falta de nada, cuyo único exceso es su propia ambición. Sueños, realidades; todo da igual. Es un truco. Es magia. Es una ilusión, algo que nunca hemos visto: una nueva sensación, la experiencia más superlativa que ha dado el cine comercial en sabe Dios cuanto tiempo. ¿Cómo es posible que alguien haya llegado a entender esta forma de hacer cine, sin tratar como estúpidos a los espectadores que acuden a las salas en masa, esperando simple entretenimiento? No tengo tal respuesta. Nolan es un mago y yo, como espectador, no quiero conocer sus secretos: sólo seguir disfrutando de su magia.

(sigue más abajo, sin ningún tipo de destripes/spoilers sobre el argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Caith_Sith
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7
21 de julio de 2017
330 de 421 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace veinte años, un joven Christopher Nolan se presentaba en sociedad con "Doodlebug". Aquella pequeña pieza, con su funcional blanco y negro y una idea kafkiana de fondo, ponía en liza los temas que han trufado la carrera de su realizador. La huída, hacia adelante o atrás, la observación, la sensación de peligro constante, y sobre todo el tiempo. Viajando dos décadas al futuro desde aquel 1997, llegamos a 2017. El que fuera una promesa se ha convertido en uno de los realizadores más importantes del nuevo Hollywood, un nombre que garantiza taquillazos, pero no los típicos de ver y olvidar; propuestas que pueden ser mejores o peores, pero que intentan trascender a veces en vano y otras dando de pleno en la diana. Sólo así se pueden concebir films como "Inception" o "Interstellar", como obras de un autor que necesita decir algo diferente, por mucho que al final la fórmula a ejecutar sea siempre idéntica. Lo que se podría llamar un estilo, en otras palabras, si bien éste le ha granjeado no sólo defensores sino también un buen puñado de personas en contra del mismo. Son minoría, eso sí.

"Dunkerque" llega veinte años después de aquel "Doodlebug" y parece una puesta al día de la misma idea. Una persona observando el sufrimiento de otra/s. Filmando desde arriba, observando lo que hay a sus pies. Y supone una respuesta contundente a la mayor crítica que se le ha hecho a su cine: la sobreexplicación. Porque el film bélico del director de "The Dark Knight" no sólo es su película más sencilla y esquemática sino que por fin, no cae en exceso en contarte con texto, voz en off, imágenes y si hace falta un SMS todo lo que está pasando en pantalla. Cae en ello en la primera secuencia (vista en los tráilers, por cierto) pero pronto se aleja de ese mal.

Haciendo un resumen rápido y sin caer en spoilers, "Dunkerque" parte de tres puntos de vista desarrollados en tiempos diferentes y les va dando forma hasta que la narración se alínea y llega a su final. Cada uno de ellos busca representar la guerra desde un prisma diferente y a fe que lo consigue, especialmente en ciertos tramos de combates aéreos. Su narrativa está supeditada al montaje y su reparto no es más que una mera herramienta para que todo avance. No hay, al uso, personajes. Hay eventos y circunstancias que complementan a lo anterior.

Porque Nolan plantea su película no como el film bélico convencional, con batallas espectaculares a pie de playa o bandos enfrentados entre trincheras. Si historia es de perdedores, de héroes sin heroísmo, de derrota y la espera hasta la salvación. Por supuesto hay set pieces de acción pero la acumulación de las mismas no es más que una ejemplificación de cómo es la guerra, no una celebración de ésta. Y por supuesto no puedo venir aquí a dar lecciones a nadie porque ni soy experto en la materia ni conocía esta batalla en particular, pero por lo que ocurre y cómo se cuenta puedo llegar a creerme lo que pasa en pantalla, que en estos tiempos ya es bastante.

De todas formas, y aplaudiendo la labor de realización de Nolan (quizá la más comedida de su carrera, con extensos planos generales alternados con otros mucho más cerrados para generar angustia), creo que el gran mérito del film es incuestionablemente su pista de sonido. Los efectos son extraordinarios y la banda sonora de Hans Zimmer es difícilmente divisible de la imagen. Forma un todo tan compacto que si no fuera por eso y se limitase a contar una historia, todo se vendría abajo. Es una película bélica sobre captar el sonido de la guerra, sobre llevarlo a un entorno seguro (la sala de cine) sin olvidarse de capturar esa experiencia. Y es por eso que creo que si "Dunkerque" transciende y sobrevive al paso del tiempo, lo hará por esto, de la misma forma que "J.F.K." de Oliver Stone se recuerda por su prodigioso montaje.

¿Es "Dunkerque" la mejor película de Nolan? No, en absoluto. Pero tampoco la peor. ¿Es un nuevo clásico del cine bélico? Claro que no. Pero entonces, ¿merece la pena? Sí, claro. Es una buena película, que se pasa en un suspiro y proporciona suficientes estímulos como para ser recomendable verla en una pantalla de cine. Pero ni creo que vaya a cambiarle la vida a nadie (como he llegado a leer por ahí) ni se acerca a los verdaderos hitos del género. Claro que si a todo el cine le pidiéramos eso, nos cansaríamos bien pronto de verlo y de buscar obras maestras donde, siendo sinceros, deberíamos alegrarnos de tener la suerte de ver buenas películas.
Caith_Sith
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8
9 de octubre de 2015
266 de 324 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece mentira que "La Bruja" sea en realidad el debut de Robert Eggers, porque es una película tan obsesionada con los detalles, con construir una atmósfera en base al encuadre perfecto y el uso de las herramientas que da el medio que parece creada por un veterano que lleva bastante más tiempo trabajando en la industria. Ganadora del premio a la mejor dirección en Sundance, su premisa no podría ser más sencilla pero es su ejecución lo que la eleva mucho más allá. Y es que pensándolo en frío, "El exorcista", "Al final de la escalera" o "Expediente Warren" no contaban con puntos de partida en absoluto revolucionarios pero fue todo lo demás lo que las ha convertido en lo que son a día de hoy, clásicos del cine de género, terror, fantástico o sobrenatural, lo mismo da, porque al final todo son simples etiquetas.

"La Bruja" arranca cuando una familia es expulsada de una colonia y se instala en una pequeña granja donde viven el día a día para servir al Señor. Su fe es lo que domina su entorno y en esas férreas ideas de lo correcto -e incorrecto- es donde comienza a cimentarse la atmósfera que poco a poco va adquiriendo capas de profundidad hasta llegar a ser densa como una capa de niebla. Por sus imágenes se filtran "La cinta blanca" de Haneke, en ese acercamiento a la violencia infantil casi inocente, y sobre todo a "El Bosque" de Shyamalan, contando la historia como un cuento oscuro que no olvida la iconografía de Hansel y Gretel y otras historias que involucran la brujería como parte de su relato.

Lo que hace que todo funcione es, incuestionablemente, la forma. El cómo se lleva a cabo cada uno de los aspectos fundamentales de la narrativa, desde la presentación hasta el desarrollo de los personajes, la construcción de la tensión, la inteligencia con la que cada hecho de la historia acaba engarzando con otro aspecto decisivo, cómo utiliza a cada personaje para crear nuevos focos de interés, y esa bruja, personificación de lo prohibido, que adquiere la forma que cada persona quiera darle en base a las necesidades. Es un film mutable, clásico en la forma pero muy actual en la forma en que juguetea con las herramientas a su disposición para crear mecanismos y puntos de interés. Y esconde uno de los mejores finales que ha dado el cine fantástico en muchos años, quizá, el más impactante desde aquel que Lars Von Trier ofreció en su "Melancolia" (insisto, por fuerza expresiva; en lo argumental no tienen nada que ver). Es cierto que "La Bruja" no es una película de terror per se, de sustos. Pero tampoco lo pretende, es un drama psicológico que usa el género como excusa para construir a sus personajes. Es gran cine. Y por eso merece tanto la pena.
Caith_Sith
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