Me he visto forzado a reescribir mi crítica, si piensas en los últimos episodios, la serie te parecerá floja (ahí está mi injusta valoración anterior) pero ahora, he visto que nunca una serie me regaló tanto entretenimiento como la que nos ocupa. Y eso son palabras mayores.

Los Simpson es una genialidad, un prodigio de guión y técnica, cierto que las últimas temporadas no están a a altura pero piensa en las horas que no has despegado los ojos del televisor, piensa que, cuando eras pequeño, te daba igual si eran epidodios nuevos o viejos.

Y entonces piensa las veces que has disfrutado con "Rosebud" y pensarás que el nivel de Los Simpson difícilmente sera alcanzado por los clones que tan a menudo se multiplican.

Esto es un agradecimiento a la serie más cínica y tierna que hay, la serie que ha teñido de amarillo a Bush, a Clinton, la serie que ha descabezado a los falsos ídolos de un Estado sexista y mentiroso. Una obra magna, una genialidad que aún no está considerada como se merece.

Una serie hecha de pesadillas y sueños, que nos muestra la dualidad de América, las dos caras del país en que la libertad significa que no podrán operarte mientras no tengas dinero

Maravillosa adaptación de la aún mejor obra de Tolkien.
Por supuesto, en aspectos técnicos la película es insuperable, pero, a diferencia de otras basuras del género fantástico (véase Harry Potter) las interpretaciones, la dirección, la banda sonora... todas se mantienen acordes con la calidad de uno de los grandes tesoros épicos que nos ha dado Hollywood.
Peter Jackson traslada a la gran pantalla, con inmenso cuidado y perfeccionismo (y presupuesto) una de las mejores sagas de fantasía épica de la literartura.
Solo por no haber deshonrrado el trabajo de Tolkien, Jackson merece todos los premios que reciba.

Los vampiros están de moda. No me refiero a los vampiros clásicos, los siniestros Dráculas que se encerraban en castillos de los Cárpatos han quedado obsoletos y ahora se llevan los nuevos chupasangres de la generación iPOD.

Una parodia de Crepúsculo podia resultar interesante hasta que uno veía quien la firmaba: ahí estaban Jason y Aaron, progenitores de las insípidas e irritantes "movies" (¿Quien dijo que Ed Wood era el peor director de la historia?) que de cada poco llegan dispuestas a romper taquillas. La fórmula es idéntica a la de las otras, por lo que esta película no es mejor ni peor que Date Movie, Disaster Movie... etc. Es un catálogo de chistes inconexos, propios de la imaginación de un niño de parbulario, en la mayor parte de las ocasiones sin gracia, algunas veces más afortunados, pero siempre estúpidos y memos.

No es humor, no tengo muy claro lo que es, pero desde luego no es humor. La película es demasiado aburrida (su escasa duración se hace larga) como para ser llamada comedia. Juega, además, con fuego. Los chistes que filtrean con los minusvalidos o la violencia son muy vistosos cuando se hacen bien, pero ofensivos y totamente vulgares cuando se hacen así. No busqueis en Vampires Suck una película para reiros o para pasar un buen rato, porque ireis equivocados.

Lo mejor: Su escasa duración.
Lo peor: La idea, cada vez más abundante, de que lanzar al aire gags a lo loco es el instrumento para hacer comedia.

Tras muchos años y millones invertidos en su creación, la esperadísima Avatar llega a los cines con la intención de convertirse en el rompetaquillas de estas navidades.
Avatar da lo que promete. Una historia entretenida que solo sirve para mostrar los apabullantes efectos especiales o el revolucionario 3D, que sumergen al espectador en la riqueza visual que prometía el rey del mundo.
De hecho, la perfección técnica hace olvidar por momentos la superficialidad del argumento, la ineptitud de los actores (exceptuando a una aceptable Sigourney Weaver) los personajes planos, los diálogos presuntuosos o la originalidad cero.
Las escenas en las que se muestra el mundo tropical son las de mayor riqueza visual, las batallas están perfectamente logradas y escenas como la de la caída del árbol tienen un efecto hipnótico en el espectador.
Avatar es, en cierto modo, una película revolucionaria. Pero entre comillas, pues la única revolución recae en el aspecto ténico de la película. El cine no se revoluciona por fuera, sino por dentro. Sin embargo, pedirle a esta película ser, además de perfecta en lo técnico, perfecta en lo demás es un abuso. Sería como pretender que los primeros cortos de los hermanos Lumière fueran Ciudadano Kane.
Avatar es, en definitiva, una exposición de las más avanzadas técnicas para hacer cine adornadas por una historia que interesa al espectador, aunque esta se ve empobrecida por cosas como el mensaje de ecologismo y retorno a los orígenes salvajes del ser humano resulta pretencioso y cansino. Con un presupuesto ínfimo, Miyazaki consigue hacer fábulas sobre esto mucho mejores y mucho más emocionantes.
Recomendable, sin duda. Pero que nadie vaya a ver Avatar buscando una obra maestra, porque no la encontrarán.

Escena 26
-Pum Pum!
-Plaffffff!
-Ratatatata!!!!!!
-Fiu!!!!!!!!!
-shuaaaaaa!!!!!

Escena 33
-Pum Pum!
-Plaffffff!
-Ratatatata!!!!!!
-Fiu!!!!!!!!!
-shuaaaaaa!!!!!

Escena 49

-Pum Pum!
-Plaffffff!
-Ratatatata!!!!!!
-Fiu!!!!!!!!!
-shuaaaaaa!!!!!

Y Roland vió que esto era bueno, le dió por dirigir y la llamó cine. El dinero hizo el resto. Una de las películas más caras y taquilleras de la historia.