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Críticas de alsape
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
8
5 de enero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La caridad más miserable
En 1961 Berlanga dibujó una excelente sobre uno de los mayores males de nuestra sociedad: la necesidad de aparentar por encima de la empatía, el egoísmo frente a la ayuda al necesitado.

En realidad la fina ironía deja de serlo y se convierte en ataque directo contra una de las campañas moralistas del régimen del general franco: el siente un pobre en su mesa, que pedía a la gente de a pie que tratase de tapar por un día los fallos del régimen. El programa Entre todos, de la televisión pública española, tiene un sentido similar. O los telemaratones televisivos, tan socorridos en momentos en los que las desgracias saltan a nuestras vidas, televisión mediante. Ayuda y lograrás la vida eterna. Manda un SMS solidario y dormirás mejor. Concebido como caridad cristiana.

El cristianismo tiene también una importancia clave. Resulta difícil pensar como escenas tales como la boda forzada a un anciano moribundo pudo pasar inadvertida ante los ojos de los censores. Seguramente, estos estarían ocupados buscando faldas demasiado cortas o bocas demasiado largas.

El adjetivo que mejor define a Plácido es el de coral. El protagonista, interpretado por un Cassen que no volvió a tener un papel tan redondo hasta casi treinta años después, con ‘Amanece, que no es poco’, pasa toda la noche tratando de reunir el dinero para pagar la primera letra de su motocarro, pero esta no es sino una excusa para adentrarnos en. Son tantos los personajes y tan variopintas sus situaciones, formas de llevar la vida y reacciones ante los cambios que incluso llegado el momento llegan a abrumar al espectador. Por ello es muy difícil destacar la labor de uno en concreto, aunque el protagonista y un siempre creíble José Luis López Vázquez brillen con luz propia.

Mujeres que se preocupan por el éxito de la campaña en lugar de por el estado de salud de uno de los beneficiarios de la misma, cuando el grupo de ricos, recién descubierto que el pobre anciano ha sufrido un infarto, se escandalizan al escuchar que vive en pecado junto a una mujer. Concubinato.

Y en este marco tan cruel y deshumanizado Berlanga introduce como suavizante la historia de Cándido, y su lucha por poder pagar la primera letra de su recientemente adquirido motocarro. Envolviéndolo de comedia, lo que en realidad deja ante nuestros ojos Berlanga es una dura crítica a la sociedad maniqueista y materialista que todavía hoy resiste con fuerza.
alsape
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1
28 de diciembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos demasiado acostumbrados a ver críticas de películas respetables, con grandes presupuestos, actores de renombre y que tan sólo admiten cierta ambigüedad: o bien pueden ser consideradas un modelo de perfección o ser desplazadas a un plano de mediocridad por cinéfilos entendidos. Sin embargo son muy pocos los críticos de renombre que se atreven a cruzar el umbral que separa el séptimo arte del estercolero audiovisual. Es fácil afirmar que jamás veremos una reseña de Carlos Boyero sobre “Kárate a muerte en Torremolinos” o que la redacción de Cinemanía nunca se planteará realizar un reportaje del tipo “101 estupefacientes que motivaron Ellos robaron la picha a Hitler”. Hay una clara diferencia entre una mala película y una película de mierda y esta distinción no es otra que su intención primera; por poner un ejemplo, dudo mucho que a Santiago Segura le duela que tilden a la saga de Torrente como casposa y sin contenido, pero al mismo tiempo es difícil de creer que M. Night Shyamalan, director de “El sexto sentido”, acepte con la misma alegría estas calificaciones para su ópera vomitiva “Airbender”.

Así pues, en esta primera internada en las cloacas de la cinematografía contemporánea os vamos a acercar la recientemente estrenada “Big Time Movie”. Para situarnos en el contexto histórico-social, hay que comentar que para localizar el casus beli de esta producción tenemos que remontarnos al año 2010, con la aparición de la serie adolescente Big Time Rush, producida por Nickelodeon (si los Rugrats levantaran la cabeza…). Como nos informa Wikipedia, la fuente de documentación periodística por excelencia, la serie trata sobre cuatro jugadores de hockey de Minnesota que son seleccionados para formar una banda musical en Los Ángeles. Con este desconcertante argumento no es de extrañar que la serie haya sido un éxito en decenas de países y se optase en su momento por sacar un largometraje para obsequiar al público por su (inconcebible) fidelidad.

Ya desde el comienzo de la película se muestran unas referencias a la cultura popular más intelectual, siendo el malo del film un personaje “””ligeramente””” (debería haber puesto más comillas pero me quitaba demasiado espacio para insultos) parecido al Doctor Maligno, el némesis de Austin Powers. La princesa, por su parte va vestida igual que Peach, la Dulcinea de Super Mario y su papel es tan importante como en el videojuego: nulo. Lógico ya que todo el protagonismo se lo llevan los hercúleos componentes de la banda de música, cuya versión de “Help” de los Beatles en los títulos de crédito casi me da ganas de acabar con esta crítica, con mi participación en esta revista y con mi vida. Finalmente toda la historia de la princesa es un sueño (¡Qué alivio!) y los imberbes americanos simplemente se disponen a iniciar una gira por territorio británico.

Uno de los grandes aciertos de esta película es su duración: poco más de una hora, recortable fácilmente si vas pasando en el reproductor los momentos musicales (si decides pasar toda la película nadie te lo va a echar en cara). También es digno de mención que en ningún momento intentan darle un tono serio o profundo: los productores son conscientes de la materia prima con la que cuentan (escasa, verde y apolillada) y del objetivo que se busca alcanzar, que no es otro que el de convencer a la mayor cantidad de believers, directioners y demás retarders de que existen otros adolescentes con voz de pito a los que adorar.

Tras una sucesión de chistes malos, frases que quedarán en nuestros corazones tanto tiempo como una persona honrada en la política y pequeñas travesuras de nuestros adorados héroes (última vez que lo repito: que se les permita ultrajar toda la discografía de los Beatles hace más daño a la música que Jesulín de Ubrique y Ortega Cano juntos) llegamos a un momento de increíble tensión: Big Time Rush tiene que salvar al mundo, luchando a contrarreloj frente al ejército de un malvado realmente malo (eso sí, muy chistoso el tipo), que planea dominarnos a todos mediante un terrible rayo láser que apunta a la luna. Gracias al cielo, este láser tan sólo se activa cuando los jóvenes cantarines se aburren de destrozar las tripas del pop y deciden meterse en el papel de héroes coreografiados. Si quieren conocer el final de esta simpar aventura, háganselo mirar. Solo puedo anticipar que los cuatro repeinados acaban berreando “A Hard Day´s Night” frente a un público que les adora. Y luego se quejan de que haya gente que quiera acabar con la vida humana…

crítica publicada originalmente en www.revistaofftopic.com
alsape
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1
3 de enero de 2012
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que fuí el único imbécil que pagó por irla a ver al cine. Para colmo convencí a unos amigos para que me acompañasen, con argumentos tan irrevocables como que una película en la que saliesen Chiquito y Flo tendría que ser un no parar de reir sí o sí. No se me pasó por la cabeza la posibilidad de que con estos personajes el director intentase hacer una película medio seria. Mis amigos todavía no me han vuelto a dejar elegir película desde entonces. Y con razón. Lo dicho, una auténtica bazofia.
alsape
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