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España España · MADRID
Críticas de Spark
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Críticas 1.844
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
5
30 de marzo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su cuarto largometraje Gareth Edwards (director de la estupenda "Rogue One: Una historia de Star Wars" (2016), sin lugar a dudas la única película notable y a la altura de lo ofrecido por la saga de "Star Wars" antes de que Disney metiera mano) nos ofreció una cinta de ciencia-ficción en la que la Tierra anda de guerra mundial, un enfrentamiento de humanos contra robots humanoides de inteligencia artificial (¡qué original!, ¿eh? Será porque nunca se ha visto ni en las sagas de "Terminator", "Matrix", "Blade Runner" o en cintas como "Yo, Robot" (2004) o "Westworld" (1973)). Nuestro protagonista el Sargento Taylor (John David Washington) tiene la misión de acabar con el arma definitiva del bando de la Inteligencia Artificial, sin embargo ese arma resulta tener la inteligencia, los sentimientos y la inocencia de una niña (Madeleine Yuna Voyles). Así que nuestro protagonista irá descubriendo que ni los humanos son tan buenos ni los robots tan malos.

¡Vamos!, que "The Creator" bebe tanto y tan continuamente de "Blade Runner" (1982), "El quinto elemento" (1997), "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001) y demás films que decir que es un soplo de aire fresco y una película original entre tantas precuelas y secuelas... pues me parece un insulto a la inteligencia cinéfila. Porque no es sino una amalgama de circunstancias y situaciones que hemos visto tratadas con mayor mimo y vicisitudes en "Blade Runner", "Terminator" (1984), "Ex_Machina" (2014), "Yo, Robot" y bastantes otras cintas. Ya que "The Creator" expone coyunturas con elegancia pero no se aplica a la hora de pulirlas con detalles productivos. Que tampoco esperaba a unos replicantes (aquí sencillamente robots, pero vamos que son replicantes humanos de todas todas) con reflexiones hondas a lo "lágrimas en la lluvia" de Roy Batty (Rutger Hauer), o unos diálogos como los de Morfeo (Laurence Fishburne) y Neo (Keanu Reeves) sobre la situación de los humanos en "The Matrix" (1999), pero desde luego las circunstancias de la cinta sí podrían haber dado lugar a ese trabajo del guion, y no limitarse a los diálogos que tan solo repiten al espectador lo que ya está viendo con topicazos tipo "ese arma acabará con la guerra", "escóndete" o "lucharemos".

Porque así, "The Creator" se convierte en una cinta de acción futurista más que en un thriller futurista. Y sí, como película de acción distinguida funciona como pasatiempo de forma pasable. Pero desde luego como intriga y drama sci-fi hace aguas por todas partes dada su desidia en el desarrollo argumental. Pues a los espectadores más curtidos nos va a producir la constante sensación de "esto ya lo hemos visto y mejor trabajado", y los neófitos en este tipo de cine puede que lleguen a pedir la hora en la recta final de acción reiterativa. Es a los fans del cine de acción con un CGI majestuoso a los que más va a encandilar este largo sin ninguna duda.

Porque otra cosa no, pero Edwards mantiene esa elegancia plástica que ya nos brindó en "Rogue One: Una historia de Star Wars" (que tenía la suerte de contar con un mejor guion que la cinta que nos ocupa). Con una fotografía que aprovecha la pulcritud de su cinematografía, ofreciendo unos imperceptibles filtros ocres y azulados que mantienen esa sensación de fábula curiosa sin sacar por ello al espectador de la acción (no digo trama porque es muy exigua), mimando su puntual iluminación a los personajes con tino, trabajando las tonalidades del vestuario que se zambullen con pericia en esos paisajes ascetas y vetustos, paisajes que cuidan con virtuosismo en cada encuadre con sus elementos escénicos (ojo a los planos generales de la cinta, en opinión de quien esto escribe es lo que mejor tiene el producto y en lo que me deja maravillada). A esto se suma una majestuosa edición de sonido (su mezcla es aceptable sin más) y un C.G.I. impresionante tanto en los humanoides metálicos como en los ataques masivos de un bando u otro. Hay un diseño en la tecnología sci-fi muy logrado (que no asombroso) y su ejecución es impoluta y de lo más complaciente para con el espectador.

El reparto también está natural, pero en esta ocasión no contamos con un intérprete que sea un dechado de carisma y singularidad que torne a su papel en algo curioso, cercano e interesante. No, aquí no hay una Sarah Connor, un Roy Batty o una Grace Augustine. Ójala lo hubiera y la cinta se elevaría en calidad, pero ni John David Washington es Tom Cruise en "Minority Report" (2002) ni Madeleine Yuna es Haley Joel Osment en "A.I.: Inteligencia Artificial"... ni la estupenda Allison Janney es Siguorney Weaver en "Avatar" (2009) con suficiente material en el guion como para sacar jugo a su esquematizado personaje. La verdad es que nos da bastante igual el destino de estos personajes a pesar de que se envuelven en persecuciones, combates y escondites primorosos.

Una envoltura que compensa en gran medida un guion que tampoco es una chapuza de continuas chaladuras (esto no es "Cats" (2019)) pero que desde luego pudo ser más compacto, intenso y profundo. Al final acaba derivando en una película comercial de acción "más". Que entretiene de forma ajustada durante su visionado, pero que no llega a implicar a la audiencia que la olvidará más pronto que tarde (a no ser que se sea fan acérrim@ de sus director o su actor protagonista). Desde luego está a años luz de "Terminator 2: El juicio final" (1991), "Westworld", "The Matrix" o "A.I.: Inteligencia Artificial", aunque tampoco sea la ineptitud total de "Aeon Flux" (2005) o "Alien Vs. Predator" (2004). Es más bien una "Terminator 3" (2003), "Transcendence" (2014), "District 9" (2009), "Alien: Resurrection" (1997), "Reminiscencia" (2021), "Valerian y la ciudad de los mil planetas" (2017) o "Bloodshot" (2020) más.

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: Su guion.
Spark
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7
27 de marzo de 2024
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin Denis Villeneuve ("Prisioneros" (2013), "La llegada" (2016), "Blade Runner 2049" (2017)) ha otorgado a uno de sus largos un contenido parejo en calidad a su contenedor. Pues admito que es un director que siempre me ha resultado sobrevalorado, ya que se ha caracterizado por ofrecer planos muy vistosos dentro de tramas vacuas (y diría que hasta mentecatas. Y a "Blade Runner 2049" me remito) y a punto ha estado de convertírseme en un Zack Snyder más. Pero esta vez sí, esta vez Villeneuve cuenta con un guion (de su puño y letra junto a Jon Spaihts) que adapta con garra, diversidad, elegancia, humanidad, potencia e intriga la parte con más "chicha" de la novela homónima de Frank Herbert. El propio Villeneuve suelta una y otra vez en todas las entrevistas que esta "Dune: Parte 2" es su película más viva. Y así es.

Toda una épica de fantasía en la que su protagonista el noble Paul Atreides (Timothée Chalamet) trata de vengar la muerte de su padre y el ostracismo de su familia por parte del Emperador del universo y sus nobles afines, aliándose para ello con los enemigos acérrimos del Imperio y sus nobles: los Fremen (capitaneados por un Javier Bardem en estado de gracia, por cierto) que creen que este Paul Atreides es el mesías prometido de su religión. Esto sería un resumen de una trama multifacética, estilizada, nervuda y resolutiva que nos va a regalar grandes momentos de conspiraciones, rivalidades, alianzas, rencillas, amistades, aprendizajes, credos, fidelidades y traiciones variopintas. Todo fermentado en más de dos horas de metraje con un equilibrio impecable, un jugueteo argumental que logra configurar personalidades que nos importen e impliquen (y no solo se trata del protagonista y su "Juan Bautista" particular encarnado por Bardem. Incluso al villano "némesis" que interpreta Austin Butler le bastan un par de secuencias para tornarse en un retorcido psicópata de lo más recóndito y temible. Así que no hablemos de las curiosas urdimbres por las que se manejan los roles de Rebecca Ferguson, Stellan Skarsgård o Dave Bautista). Y "Dune: Parte 2" hace además todo un ejercicio narrativo la hora de complacer con distinción tanto a los que son tremendamente seguidores de la novela de Herbert o sus adaptaciones cinematográficas como a lo que son neófitos. Pues "Dune: Parte 2" es una película que se va a disfrutar de igual forma tanto si se viene con la lección aprendida de la novela original o de "Dune" (2021) como si no. Porque estos personajes están envueltos en nuevas coyunturas en este film (hay muchos "renaceres" simbólicos o no) y esas nuevas circunstancias tienen una conclusión atrevida.

Con todo esto Villeneuve engarza ese contenido suculento (y diría que casi exquisito. Porque no llega al nivel de cualquier entrega de la trilogía de "El Señor de los Anillos", pero a muy poco de ellas se queda) con la superlativa puesta en escena que acostumbra (jamás dije lo contrario de este cineasta, y a mi crítica de "Dune" (2021) me remito). Ya que en "Dune: Parte 2" tenemos una fotografía apoteósica con un sello personal a la par que refinado. Con multitud de filtros ocres en ese mundo desértico que combina con tanta amabilidad sus extensos escenarios y su vestuario sofisticado... sin dejar pasar el gran uso del blanco y negro o las tonalidades grises en las escenas que lo requieren. Hay una composición de sus pocos elementos completamente audaz y única, una edición precisa, unos efectos especiales magníficos y un sonido asombroso.

Los únicos "peros" que se le puede poner a esta épica fantástica es una banda sonora adecuada y unas pocas actuaciones escasamente carismáticas. Pero ello no quiere decir que sean elementos horribles ni mucho menos, Chalamet está natural y desenvuelto, pero no es Daniel Day Lewis en "Lincoln" (2012) precisamente, Zendaya está correcta pero adolece de algo más de complicidad para con el espectador, y Florence Pugh está más sosa que un calabacín. Lógicamente con este percal Bardem, Butler, Ferguson, Bautista y Skarsgård se los comen con patatas y son sus robaescenas particulares.

En fin, detalles que poco (algo sí, pero poco) ensombrecen la experiencia global de esta notable obra cinematográfica. Sin lugar a dudas se me torna en la mejor película que ha hecho Villenueve hasta la fecha (y bastante difícil de superar) solo rozándose levemente a "Prisioneros". "Dune: Parte 2" le lleva años-luz de ventaja a "La llegada", "Dune" o "Blade Runner 2049". Los que quedaron horrorizados con lo que hizo Disney a la saga de "Star Wars" con esa nueva trilogía, en "Dune: Parte 2" van a tener lo que ansiaban pero que ni "El despertar de la fuerza" y sucedáneos le dieron. Ya que, como épica de fantasía espacial, "Dune: parte 2" supera con gran facilidad "Star Wars Episodio I: La amenaza fantasma" (1999), "Star Wars: Episodio II: El ataque de los clones" (2002), "Star Wars: Episodio VII: El despertar de la Fuerza" (2015), "Star Wars: Episodio VIII: Los últimos Jedi" (2017), "Star Wars Episodio IX: El ascenso de Skywalker" (2019) y "Han Solo" (2018). Evidentemente no llega al nivel de singularidad y explosión de elementos cinematográficos sobresalientes de la trilogía original de "Star Wars", pero puede mirar a la cara a "Star Wars Episodio III: La venganza de los Sith" (2005) o "Rogue One" (2016). Y es objetivamente superior a largos de corte similar y de resultado entretenidillo como "El quinto elemento" (1997), "Krull" (1983), "Eragon" (2006), "Alita: Ángel de combate" (2019), "Valerian y la ciudad de los mil planetas" (2017), "Warcraft" (2016) o "Las crónicas de Spiderwick" (2008). Se me pone a la señalada altura de "Las crónicas de Narnia" (2005), "Harry Potter y la piedra filosofal" (2001), "Thor: Ragnarok" (2017), "Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 2" (2011), "Guardianes de la galaxia" (2014) o "Hellboy" (2004). Muy recomendable a todo público adulto, indispensable para los aficionados el cine de fantasía o sci-fi.

Lo mejor: Su fotografía.
Lo peor: ...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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3
26 de marzo de 2024
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No extraña la compra de esta cinta por parte de Netflix a Warner Bros. Pues este largo parece seguir las directrices de los gerifaltes de Netflix a la hora de producir largometrajes estrenados a bombo y platillo y con un alto presupuesto (salvo en contadas ocasiones como en "Los dos Papas" (2019 , "Mank" (2020) o "Roma" (2018)): "Envuelve todo en una atmósfera de calidad cinematográfica y ofrece un argumento trillado y/o desarrollado con mediocridad".

Y así en 2018 llegó a la plataforma pionera de streaming otra (¡OTRA!) adaptación de "El libro de la selva 1 y 2" de Rudyard Kipling. No digo una nueva adaptación porque este "Mowgli" no cuenta absolutamente nada nuevo (varía la personalidad de algunos de sus personajes y se salta bastantes de los acontecimientos reseñables de la obra de Kiplin, pero no se puede decir que nos encontremos ante una trama diferente. Tampoco es que pidiéramos algo diferente. Claro que tampoco se ve necesaria otra adaptación a la pantalla de las aventuras y desventuras de Mowgli. Pues antes de este "Mowgli" de 2018 hemos tenido ocho, OCHO largometrajes algunos a imagen real y otros animados).

Y es que este telefilm cuenta con un gran lastre en su contra, que no es otro que la sensación de repetición y previsibilidad en casi todo espectador medio (con ocho largos a sus espaldas, rara es la audiencia que no se conozca a grandes rasgos esta historia simbólica). Y aun sin conocer la trama de este huérfano que es criado en la selva por lobos que lucha por su lugar en la manada, venciendo a su rival Shere Khan y conociendo las diferentes naturalezas de los animales diversos que pululan por allí (monos, elefantes, serpientes, osos, etc.), hay que reconocer que tenemos enfoques mucho más atinados a la hora de escoger momentos de la colección de historias de Kiplin y más inspirados en su desarrollo argumental (y a las mucho más recomendables cintas de Disney me remito).

Pues este "Mowgli", si bien es bello en lo audiovisual (se nota la inversión cinematográfica en el producto. Ya que podemos disfrutar de unos escenarios bellísimos de Sudáfrica, que además son rodados por parte de Andy Serkis (el afamado Gollum que se muestra solvente (si bien no sobresaliente) como director de cine comercial, y para muestras "Una razón para vivir" (2017) y "Venom: Habrá Matanza" (2021)) con una pericia tan natural y preciosista como vivaz y dinámica. En la cinta abundan los planos semisubjetivos y cenitales en movimiento entre plano/contraplano mantenido... y ninguno erra en su tempo narrativo ya sea en el desarrollo de la acción o en el dramático algo (solo algo) meditabundo. Hay en la película además una definición de lo más atrayente, así como una fotografía con una estilizada profusión de tonalidades e iluminaciones. La labor de vestuario y maquillaje también resulta primorosa en todo momento y el C.G.I.... digamos que es (junto a la olvidable banda sonora) la pata más corta de su puesta en escena, y es que a pesar de no chirriar a la hora de mostrar los movimientos de los animales animados, lo cierto es que el diseño de algunos de ellos resulta más bien feote (sí, va por ese Baloo en particular y por esos monos en general)... algo que maquilla el niño/actor Rohan Chand (muy acertado el casting de este casi desconocido intérprete estadounidense) con una actuación honesta y cercana para con el espectador. El resto de actores tienen unos papeles tan secundarios y monocromáticos que no merecen ni mentarse) en el aspecto argumental se queda en lo parco o lo tópico. Se queda en la superficie de esta fábula (el film incide y redunda en la temática de "no encajar" y "luchar por ser aceptado"... con la simpleza estandarizada de films como "Stuart Little" (1999), "Hotel Transilvania" (2012) o "La LEGO película" (2014). Con esto no digo que tenga un tratamiento idiota del asunto, pero sí tremendamente arquetípico y básico) y se escaquea de los instantes más humorísticos y metafóricos (adiós a la vida holgazana de Baloo o al baile de los elefantes) o simplemente metafóricos.

Así que nos da en definitiva una aventura selvática descafeinada (pudo dar mucho más a nivel de desarrollo argumental dado el material con el que contaba) y rutinaria. Que se deja ver en un primer visionado (en todo espectador con muy pocas expectativas) por su dignidad en el diseño de producción, en la realización y la actuación. Pero no es una versión de "El libro de la selva" ni siquiera aceptable en su trama sobre la escena. No se me torna recomendable ni siquiera para los más aficionados a las páginas de Kiplin (tal vez solo para los muy incondicionales de los live-action con C.G.I.). Es mucho más triunfal en su conjunto "El libro de la selva" de Jon Favreau (y eso que aquella cinta de 2016 tampoco me parece una obra maestra), pero para adaptaciones de "El libro de la selva" la indispensable sigue siendo la cinta animada de Disney de 1967. Este "Mowgli" está más cerca del largo a imagen real de Disney de 1994 que de la notable obra de 1967.

Lo mejor: Su ambientación en líneas generales.
Lo peor: La escasez frugal de su guion.
Spark
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5
24 de marzo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admito que no he seguido demasiado toda la saga de "La torre oscura" de Stephen King (soy más de otros autores literarios, pero puestos a elegir me quedo con las novelas "Cadena perpetua", "Misery", "La milla verde", "El cabo del miedo", "Insomnia", "El resplandor" o "El cazador de sueños"). Una fábula que se sitúa en un universo en el cual hay un mundo en concreto en el que protagonista (el pistolero Roland Deschain) y antagonista (el demonio Walter Padick) van encadenando persecuciones y enfrentamientos, donde el primero quiere proteger la torre oscura que protege el universo y sus vidas y el otro destruir la torre para que los demonios invadan el universo y lo destruyan. Una serie novelística que comenzó en 1982 y que llega (por el momento) hasta el 2012.

Esta adaptación por parte del danés Nikolaj Arcel ("Un asunto Real" (2012)) y de 3 guionistas más (ahí es nada) al parecer condensa las tres primeras novelas de la saga y las desvirtúa. En lugar de tener de protagonista al pistolero de las novelas, aquí es un acompañante del personaje que es acompañante en las páginas de King: el niño Jake Chambers (Tom Taylor), cuyos poderes le hacen ser objetivo del malvado (Matthew McConaughey) y misión protectora del pistolero (Idris Elba).

En "La torre oscura" todo acaba reducido al final a un relato de aventuras pronosticable donde hay unos malos muy malos, un niño/adolescente que descubre que tiene habilidades especiales y que el destino del universo recae en él (¿dónde habremos visto esto?, pues desde la notable saga de "Harry Potter" pasando por las aceptables de "Percy Jackson y el ladrón de rayo" (2010), "Eragon" (2006), "Divergente" (2014) o las tolerables "El juego de Ender" (2013), "City of Ember" (2008)... y llegando hasta las horrorosas cintas de "Cazadores de sombras: Ciudad de hueso" (2013) o "El destino de Júpiter" (2015) entre otras), y un acompañante cuya relación paterno-filial con el protagonista también está revista en estos productos comerciales, y dejada al tópico superficial y estandarizado (tampoco es que esperara una astucia iluminada a lo Gandalf o Hagrid, pero algo de variedad en el personaje sí se podría pedir).

Y con esto no digo que "La torre oscura" sea una película aburrida, ni mucho menos. Es una aventura de fantasía que navega por clásicos derroteros, pero lo hace con una actividad y un progreso casi perfectos. Así que todo fan de los lances con fantasía, magia o ciencia-ficción (que no se haya sumergido antes en las páginas de Stephen King, si lo ha hecho esta adaptación le va a parecer un sacrilegio pues no tiene ni el tono sombrío ni las alegorías de las obras de King) se va a entretener con eficiencia en casi todo momento (a excepción de unos instantes finales algo redundantes en la acción de persecuciones y tiros). Pero desde luego no busquen en el film una realidad nueva con la astucia de "The Matrix" (1999) o el bello sentimiento de "El Señor de los Anillos: La comunidad del Anillo" (2001), más bien esperen algo tan rutinario y eficaz como "Matrix Resurrections" (2021), "Hércules" (2014) o "Percy Jackson y el ladrón del rayo". Y esto es una evasión previsible y momentánea, de elegante puesta en escena (hay un buen uso de los tonos negruzcos en su fotografía, que combina con encanto su aceptable vestuario y sus logrados escenarios. Tampoco esperen una fotografía como la del cine de Denis Villeneuve, pero sí pueden atraparse un poco en los paisajes áridos y sombríos del mundo del pistolero, o en el diseño refulgente de esos portales interdimensionales y esas energías destructivas lanzadas con furia). El C.G.I. resulta natural y ya es bastante teniendo en cuenta que el malvado de turno utiliza un catálogo de conjuros y magias destructivas. La acción está rodada con una fluidez orgánica y agradecida (pues, aunque prime el plano/contraplano, la edición cuenta con un ritmo entusiasta en el mejor de los sentidos). Las actuaciones también resultan sólidas, no me ha chirriado la actuación de McConaughey a pesar de contar con el villano más estereotipado que ha tenido en suerte en toda su filmografía. El de Texas sortea con cierta dignidad su rol a pesar de tener las frases más ridículas y bobas (la mención a Excalibur parece de coña), mejor suerte tienen Elba y Taylor en roles más comedidos (que no menos estereotipados, pues la cinta siempre se guía por los clichés y no los va perfilando y puliendo en absoluto).

Pero de donde no hay no se puede sacar, y "La torre oscura" reduce tanto su premisa y la aniña tanto que da como resultado una cinta acorde a la cadena de montaje hollywoodiense más vulgar. Es como si los responsables del film creyeran que tenían la trama hecha gracias todo el material de base de Stephen King con el que contaban... y acaban haciendo una especie de sinopsis corta (muy cortita en todos los aspectos de desarrollo argumental) de sus novelas. No aprovecha las mejores narraciones y frases de los libros (yo que no los he leído, conozco por supuesto algunas de sus líneas más emblemáticas) y opta por lo fácil y holgazán. Y así con todo se nos queda una película tan palomitera como olvidable. Una acción de fantasía que, sin ser el horror de "Aeon Flux" (2005) o "Dragonball Evolution" (2009), es equiparable a "Eragon", "Hermosas Criaturas" (2013) o "La casa del reloj en la pared" (2018). Pudo ser un estupendo "Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y armario" (2005) o "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares" (2016), pero va a ser que no. Solo recomendable a los muy fans del género de aventuras fantásticas (admito que me incluyo en este grupo) aunque tengamos exponentes mejores, y a los seguidores incondicionales de estos actores o este director en concreto. El resto no se pierde nada, y los fans de la saga literaria de Stephen King mejor que ni se acerquen. Pues "La torre oscura" se parece a las novelas en las que se basa lo que un huevo a una castaña. Es decir, se parece un poco en su forma pero en nada más.

Lo peor: ...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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6
21 de marzo de 2024
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Pues (no siendo especialmente fan de esta serie de novelas y películas, mis fanatismos en cuanto a literatura y cine de fantasía juvenil van más hacia Harry Potter, el universo Tolkien, Narnia o Star Wars) "Los juegos del hambre: En llamas" es una película que condensa de forma eficaz, elegante y nervuda todo lo propuesto por la saga antes ("Los juegos del hambre" (2012)) y después ("Los juegos del hambre: Sinsajo" (2014-15)). Ya que nos desarrolla una mezcla atinada entre el contexto de sublevación de un futurista Estados Unidos (convertido en una dictadura sangrienta con alta diferencia entre clases) y el concurso del título de la saga (donde la protagonista lucha por sobrevivir en un campo de batalla y supervivencia). Y en esta ocasión el guion sube un poco (solo un poco, que esto no es ni "Minority Report" (2002) ni "The Matrix" (1999)) el listón y, en lugar de hacer como en la cinta predecesora y ofrecer una trama de acción superficial con un ambiente distópico meramente esbozado, aquí sí hay más pormenores en cuanto a la situación de injusticia social, de matanzas gubernamentales y de conspiraciones para poner solución al asunto, así como hay más solidez en la configuración y desarrollo del concurso que sirve como distracción a esa sociedad atribulada (con un mayor número de participantes singulares y carismáticos (ojo a los personajes que les tocan en suerte a Amanda Plummer, Sam Claffin, Jena Malone o Jeffrey Wright) que tienen más tiempo en la pantalla que en la primera película).

Pero ese guion más repleto, multiversado y perfilado no es lo único en lo que demuestra mayor calidad la cinta, también en la puesta en escena hay más aptitud. Desde el acertadísimo cambio en la dirección (como ya expuse en mi crítica de "Los juegos del hambre", Gary Ross fue lo peor que le sucedió al anterior film por culpa de su casi siempre errática elección de planos o bien mantenidos en exceso o bien en movimiento de lo más exagerados, demasiado cerrados y desenfocados sin sentido alguno) con un Francis Lawrence ("Constantine" (2005), "Soy leyenda" (2007), "Agua para elefantes" (2011)) de lo más capacitado a la hora de imprimir intriga, angustia, complacencia o vistosidad cuando lo pide la trama en un estupendo catálogo de planos diversos entre plano/contraplano imaginativo (en mi opinión no está ante su mejor película, pues "Soy leyenda" me parece que contaba con una mejor historia y ambientación, pero sí estamos ante la que mejor dirige tanto en planos como actuaciones), hasta la fotografía de la cinta (que aunque no presenta unos filtros exitosos y destacados, mima mucho en la parte sustancial y humana de esta sociedad distópica las tonalidades grises, ocres y verdosas de los elementos escénicos, en la parte más superficial e inhumana las tonalidades coloristas, y en la parte de preparaciones y entrenamientos de acción las sabe combinar con asepsia. De todo esto se beneficia su pulcra cinematografía y su comedido C.G.I.) pasando por unas actuaciones más espabiladas e inspiradas por norma general (no hablo de Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson y Liam Hermsworth que, por mucho que intenten lo contrario, siguen pareciendo tan dormidos como en la película predecesora, sino que hablo de Jena Malone (que configura el que se me ha hecho al instante el personaje favorito de toda esta saga cinematográfica por su divertida, personal, osada y desenfadada sinceridad), de Philip Seymour-Hoffman que con el poco tiempo que tiene en pantalla arma un personaje tan ladino como distinguido) o de una Elizabeth Banks a la que esta vez el guion sí da un poco de sensibilidad a su secundario papel).

Y, si todo mejora, si esta vez tenemos una trama que despierta más nuestro interés con vicisitudes más provistas, con acción más grácil, con desarrollo argumental más cohesionado, con actuaciones más inspiradas... ¿por qué no se me pone al nivel de obra maestra o notable? Pues porque ese guion, si bien mejor, tampoco es el sumun de la coherencia, la maquinación o la profundidad. Porque es una cinta que palidece comparada a, por ejemplo, "El caballero oscuro" (2008), "Abre los ojos" (1997), "Batman Begins" (2005) o "Terminator 2: El juicio final" (1991) en cuanto a fantasías distópicas se refiere. Desde luego es una buena película palomitera, se disfruta de forma momentánea sin darle mucho al coco pero siempre con curioseo y atención. Pero que nadie espere al verla un "Wall.E" (2008), un "Avatar" (2009) o un "A.I.: Inteligencia Artificial" (2001). Si mejor esperan algo tan horroroso como "Aeon Flux" (2005), "Dragonball Evolution" (2009) o "Viaje al centro de la Tierra" (2008) van a quedar sorprendidos y felices ante "Los juegos del hambre: En llamas", y si esperan algo del nivel de "Oblivion" (2013), "Star Wars Episodio II: El ataque de los clones" (2002), "Looper" (2012), "Guerra mundial Z" (2013), "In Time" (2011) o "Ready Player One" (2018) es justo lo que van a encontrar aquí que para pasar un rato ameno evasivo está muy bien. Es una película muy recomendable a todo fan de la fantasía juvenil o las distopías en pantalla (y solo indispensable a los fans de esta serie novelística y cinematográfica), el resto se pierde bien poco.

Lo bueno: Que es una película que puede verse como cinta individual sin haber visto ninguna otra de la saga al igual que puede verse como parte de la saga.
Lo peor: Que sigo sin creerme a Jennifer Lawrence en su papel siendo ella la protagonista (y es una pena, porque no es mala actriz y ya lo ha demostrado en "El lado bueno de las cosas" (2012) o "La gran estafa americana" (2013)).
Spark
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