Ver a Clint Eastwood aprender a hacer tortillas y bailar Sabor a Mí, en lo personal fue magia pura.

“Cada día” es una película juvenil de romance, cercano a un híbrido entre el drama y que cuenta con una premisa que parecería de fantasía, sin embargo, es más realista de lo que parece y se asemeja a algunas producciones que están formando una ola de filmes del género que van enfocados a una nueva generación.

La historia nos presenta a Rhiannon, una joven de preparatoria que busca lo que muchos en esa época quieren, vivir el amor juvenil. Ella tiene novio, sin embargo, no es alguien que realmente merezca, por lo que pronto conocerá a “A”, una persona que tiene una peculiaridad, cada día despierta en el cuerpo de otra persona.

Esta premisa es bastante fresca, bastante buena y que va acorde con esta tendencia cultura ideológica de #LoveIsLove, amar a quien sea sin importar condición social, género, preferencia sexual, raza, y claro, respetar a quienes lo hacen. Sin embargo, todo este potencial de trama, de elementos sociales para la cinta, se ven minimizados con un guion que pierde en el tercer acto la intención.

Las actuaciones son decentes, lo regular para el tipo de producciones, sin embargo, Angourie Rice hace más ameno el viaje con su forma de ser y el espíritu que le impregna al personaje. Así cada uno de los actores que van dando forma a “A”, es el mismo espíritu y eso suma puntos.

El tono juvenil al filme fue una buena elección, la historia funciona mejor con jóvenes sin embargo se ve afectado por el ritmo. La edición de la película la convierte por momentos en algo cíclico y sin mucho avance y el final termina de forma abrupta y apresurada.

“Cada día” tuvo el potencial para hacer algo más que una regular cinta de amor, su premisa resultaba bastante interesante, pero fue desaprovechada, aun así, es una película entretenida, disfrutable y que si somos más hábiles, captaremos ese mensaje que quiere dar, aunque no encontrara una forma más clara de hacerlo.

Hacía tiempo que no veía una película experimental o con una propuesta poco común como el de “Mamá y Papa”.

La cinta nos entrega una historia un tanto original, una epidemia desatada en Estados Unidos hace que padres de familia busquen asesinar a sus hijos. Es así como tenemos a una familia que entrelazará la acción y el drama apocalíptico con los dramas personales.

El tono del filme es una sin duda el humor negro. El ritmo se rompe en ciertos momentos para poder hacer efectivos muchos chistes que nos da contexto a la escena que vimos o que estamos por ver.

El guión aunque no se da tiempo de explicar orígenes de la catástrofe, funciona porque son los personajes los que comienzan a agradarnos y a empatizar con ello, por lo que poco a poco el conflicto va pasando de la colectividad a lo personal.

Las actuaciones son de regulares a buenas, eso sí, la película y la química funcionan por los actores. Cage es un actor que entrega una interpretación divertida, loca y es ideal para el personaje. Lo mismo sucede con Selma, tiene facilidad para la exageración que requiere el personaje.

En los aspectos técnicos por momentos se juegan con la composición fotográfica y la edición está pensada para burlarse del género y de los scream jumpers. Juega mucho con la música y se convierte en otro factor complementario a lo que menciono.

“Mamá y Papá” explora el sentir de los adultos que en algunas ocasiones callan o bien el temor de jóvenes al envejecer y lo complicado que pueden llegar a ser las relaciones familiares con una fórmula diferente y fresca. Si bien no es la gran película es una opción para pasar el rato y ver algo diferente… Y claro de paso reír un poco.

Películas sobre bodas ha habido infinidad en la historia del cine, sin embargo, la propuesta que tiene Marco Polo Constandse es algo interesante, una mujer que vive con su prometido en Nueva York y que regresa a México por los escándalos políticos de su familia – de las más corruptas del país- teniendo que reencontrarse con su ex.

Hasta ahí todo bien, suponemos que el ex ha de ser un fuerte contendiente y que sin duda pondrá a prueba al prometido y nos veremos en medio de una divertida confrontación por el amor de Valentina… pero no. El guion se encarga de llevar la historia a situaciones no inverosímiles pero si contradictorias.

El ritmo de la cinta es fluido, no se siente pesado en ningún momento y las escenas cómicas son lo mejor del filme, sobre todo en las que se ve involucrado el choque cultural entre Jason y Ángel y por la química que tanto Ryan Carnes y Omar Chaparro tienen entre ellos. El tono del filme es el que tiene problemas, por momento una sátira política y por otros una comedia romántica, sin encontrar el punto adecuado.

En cuanto a los personajes, Valentina poco interés y química tiene con otros, no simpatiza ni al novio caray. Marimar Vega logra brillar solo en la escena de baile con Omar Chaparro, quien, hablando de actuación, va por buen camino, pero le faltan mejores papeles, verdaderos retos. La inclusión de “periodistas” y youtubers es uno de los puntos malos del filme, ya podría clasificarse como cliché del cine mexicano.

Entre los puntos negativos también está el doblaje. Al parecer el filme original contó con las escenas de los protagonistas anglosajones en su idioma original y posteriormente fue doblado al español. Sin embargo, en algunas escenas hasta proyecto de universidad parecía, tiempos no sincronizados entre el audio y la imagen, rompiendo con la actuación y generando un silencio en los espectadores.

Solo para señalar los puntos positivos, la comedia es efectiva, no habrá momento en que no te rías, aunque si hay algunos chistes que llegan a caer en el albur o expresiones físicas cotidianas, que no elevan para nada la calidad de cine en México.

“La boda de Valentina” es el intento de comedia romántica de 2018 para esta temporada de San Valentín, pero que no funciona en lo narrativo, en el desarrollo de los personajes y que parece estar hecha para aplaudir la corrupción que hay en nuestro país.

P.D. Tengo la loca teoría de que el director nos quiso mostrar cómo los mexicanos tomamos el camino de la corrupción en lugar de salir de ella, pero no si es lo que desearía pensar o si en verdad era la intención.

Un grupo de mujeres sexagenarias tienen desde jóvenes un club de lectura, una gran actividad que las ha unido durante tantas décadas durante las cuales han ocurrido una variedad de situaciones relacionadas al amor, el sexo, la maternidad, la vida en sí misma y eso es algo destacable de la cinta, pues nos muestra de cajón, que la tercera edad no es una etapa que debe temerse sino disfrutarse.

La película nos presenta a estos personajes, todos de distintas características y personalidades, lo que da dinamismo a la historia pues fácilmente hacemos click. Y es precisamente por la presentación que hacen de cada una al inicio del filme.

El tono de humor es totalmente efectivo si eres una persona de mente abierta, hay albures, dobles sentidos, humor físico incluso, que te harán reír a carcajadas durante toda la película. El ritmo por su parte es dinámico, solo a mitad de la película como que pierde un poco la fuerza, pero es recuperada rápidamente y cierra de buena forma, aunque más en el aspecto romántico.

Es la actuación de sus protagonistas la que hace posible todo lo anterior, pues se nota la química y claro, la experiencia que cada una de ellas tienen. No solo hacen uso del diálogo para causar risa, las expresiones faciales y corporales son un impulso que divierte.

Pero lo más importante de la película es esa libertad sexual con la que las mujeres cuentan y pueden hacer uso. Además de un grupo social que a veces es olvidado, que creemos ya no se divierten, ya no tienen algo que contar y todo lo contrario, los 60s son los nuevos 40s, y hay mucho qué vivir, como dice el filme. No hay que dejar de vivir antes de morir.