A veces en la historia del cine, joyas como ésta caen en el olvido por los más diversos motivos: escasa o mala distribución, poca aceptación en salas de proyección, censura...

Quizás la poca repercusión que obtuvo "Tomorrow" en su estreno fué debida a que trataba el tema de la Gran Depresión y la pobreza, originada en Estados Unidos a partir de la caída de la bolsa en octubre de 1929 y que duró gran parte de la década de los '30 afectando a toda la economía mundial. También el que la película fuese rodada (con gran acierto) en blanco y negro en plenos años '70, hizo que la audiencia tuviese poco interés en ver una historia ambientada en una época algo lejana y muy cruda. Yo la vi la primera vez de casualidad, en un pase de TVE1 un sábado de madrugada tras la emisión de la mítica serie "El Fugitivo" en Febrero de 1988.

En los años posteriores nunca pude encontrarla. Pero gracias al buen trabajo de restauración realizado por El Museo de Arte Moderno Moma de Nueva York en 2016, pude rescatarla nuevamente.

Rodada en 1971 en el Sur de los Estados Unidos, en los condados de Alcon, Itawamba, Tupelo y Oakland, pertenecientes al estado de Mississippi. Dirigida por Joseph Anthony ("El Farsante" 1956), con guión de Horton Foote gran dramaturgo y guionista, autor del guión entre otras de la magnífica "Matar a un Ruiseñor" ("To Kill a Mockingbird" 1962, ganadora del Oscar al mejor guión adaptado), "Gracias y Favores" ("Tender Mercies" 1982, Oscar al mejor guión original) y "Regreso a Bountiful" ("The Trip to Bountiful" 1985) dirigida por Peter Masterson (padre de Mary Stuart Masterson) que aquí tiene un papel como abogado, corto pero importante para el desarrollo de la trama. Curiosamente en las dos primeras interviene Robert Duvall, "Matar a un Ruiseñor" fue su primera incursión en el cine y en "Gracias y Favores" consiguió un Oscar al mejor actor protagonista en 1983. Duvall y Foote eran amigos en la vida real. Horton Foote adaptó su propia obra de teatro basada en un relato corto escrito en 1940 por William Faulkner.

El film cuenta la historia de Jackson Fentry (magnífico y contenido Robert Duvall), un solitario agricultor de algodón de Mississippi, que un día encuentra en los alrdedores de la serrería donde trabaja temporalmente, a una mujer tumbada en el suelo debido a un desmayo que ha sufrido. La mujer llamada Sarah (Olga Bellin) además de estar embarazada, presenta claros síntomas de agotamiento. Sarah le cuenta a Jackson que ha sido abandonada por su marido al tener un embarazo no deseado, y que decidió marcharse de su hogar cuando vió que su padre y sus hermanos también la rechazaron por éste motivo.
Jackson viendo el avanzado estado de embarazo de Sarah y su delicado estado de salud, no duda en acogerla y cuidarla en su humilde cabaña.

La película con unos exteriores formidables rodados en un sobrio e imponente blaco y negro (responsabilidad del buen hacer en la fotografía del poco conocido Allan Green), posee una gran belleza en su aspecto visual, rica en matices (detalles del día a día de la pareja protagonista) y con una historia entrañable y muy emotiva.

Giuseppe Tornatore nos entrega un film costumbrista no exento del lirismo y la melancolía que caracteriza el grueso de su obra.

En esta película rodada en el sur de Italia, en las regiones de Basilicata y Sicilia (donde nació Tornatore) el director se inspira claramente y demuestra su admiración por otros dos clásicos absolutos de la historia del cine italiano: "La Strada" (1954) y "Almas sin conciencia" ("Il Bidone", 1955) ambas del gran genio italiano Federico Fellini.

Aquí nos encontramos con un pícaro oportunista llamado Joe Morelli (correcto Sergio Castellito), que va con su camioneta y su vieja cámara surcando los pueblos del sur de Italia haciendo creer a los lugareños que está realizando un casting en busca de nuevas "estrellas" para el rodaje de una película, y así usurparles a cada uno 1.500 liras (un dinero en aquellos tiempos) por prueba realizada.
En uno de sus viajes conoce a una tímida pueblerina (Tiziana Lodato) y ésta ante tal panorama de desolación en su pueblo y en su ansia por convertirse en estrella a toda costa, decide acompañar a nuestro protagonista en su periplo con todas las consecuencias. Esta idea argumental de la chica y su énfasis por acompañar a Joe es claramente deudora del antes mencionado film de Fellini "La Strada".

El desfile de personajes y situaciones que se suceden a lo largo del metraje son bastante cómicos y pintorescos, y el director sabe utilizarlos muy adecuadamente.
Especialmente destacable la aparición del mítico Leopoldo Trieste ("Los Inútiles" 1953, "El Padrino II" 1974, "El Nombre de la Rosa" (1986) o "Cinema Paradiso" 1988, entre otros títulos) como uno de los ingenuos que se presenta al casting. Por este papel fue galardonado como mejor actor secundario en los Premios David de Donatello que entrega anualmente la Academia
de Cine Italiano.
También es justo mencionar la mágica y emotiva banda sonora a cargo del gran Ennio Morricone, que lleva colaborando con el director desde que realizase la partitura de "Cinema Paradiso" en 1988.

A pesar de su argumento algo repetitivo y circular, nos encontramos ante una obra muy recomendable y con secuencias memorables.

Recuerdo perfectamente que "Horror en el Hospital" fue una de las primeras películas que vi en el desaparecido y entrañable formato Beta, a principios de 1985. Mi padre la alquiló en un videoclub y yo tuve la "valentía" de verla sólo por la noche... Para mí fue una experiencia difícil de olvidar y la fascinación que yo sentí por esta película me duró semanas, pero claro, yo contaba por aquel entonces con sólo 9 años.

Después de muchas dificultades, pude encontrarla 24 años después y la experiencia fue igual de gratificante. Aunque con una perspectiva actual más crítica, la película puede resultar un poco floja y delirante, pero sus propuestas iniciales son muy loables.

No voy a desentrañar nada de su argumento, prefiero que la veáis.
A destacar la interpretación del mítico actor inglés Michael Gough (conocido por sus intervenciones en películas de Tim Burton), la pequeña intervención de Dennis Price y la del héroe del film, el enano Skip Martin.
También es justo mencionar su lograda atmósfera gótica y claustrofóbica y su banda sonora.

Película curiosa en su género y digna de ser rescatada.

Es increíble lo que puede llegar a dar de sí un poco de casquería barata, un maniquí desterrado en un almacén y un atrezo y decorados de saldo.
Pues sí, con estos humildes medios como artillería, un apartamento prestado y un grupo de amiguetes con mucha entrega y dedicación, nuestros dos protagonistas fueron noticia en el universo de la ufología allá por 1995.

Los hechos ocurrieron en el barrio londinenense de Hackney, entre Abril y Septiembre de 1995. En él un vendedor ambulante de artículos de Elvis Pressley realiza un viaje con su compinche a Cleveland (Ohio) con la intención de encontrar películas o fotos relacionadas con el Rey, ya que él dió en esta ciudad un concierto mítico allá por 1954. Además de encontrar imágenes de ese concierto, propiedad de un viejo lugareño antiguo cámara de las fuerzas aéreas (genial Harry Dean Stanton), éste le vende a nuestro protagonista la grabación de una autopsia realizada a un alienígena en la base de Roswell en 1947...

La película está bien estructurada, narrada con buen ritmo y tiene algunos momentos cómicos muy logrados. Además de unas interpretaciones más que aceptables.

Si os la tomáis como lo que es, una crónica sobre cómo dos "espabilaos" timaron a miles de personas amantes de la ufología y curiosos aburridos, os garantizo que disfrutaréis de lo lindo!

Curiosa película dirigida por el poco prolífico Jaime D'Ors, protagonizada por el gran Álvaro de Luna y rodada en 1981 en las afueras de Madrid. En ella un grupo de amigos deciden pasar unos días de relax en el campo aprovechando el puente de Semana Santa. Pero tienen la mala suerte de sufrir una avería en el camino y no tienen más remedio que pedirle ayuda a un granjero (Álvaro de Luna), que vive por esa zona...

Tras un arranque un tanto irregular y lleno de tópicos, la película va mejorando a medida que transcurre la acción. En ella se hacen unas interesantes reflexiones que reflejan muy bien el choque de realidades que se producen entre dos mundos totalmente opuestos: el de los jovencitos de la urbe un tanto maleducados y despreocupados, frente a la gente del mundo rural, más trabajadora y comprometida que éstos.

Las infames e histriónicas interpretaciones de los chavales quedan compensadas con la portentosa interpretación de Álvaro de Luna, que hasta que no hace acto de presencia, la narración no empieza a coger fuerza. El film tiene en su tramo final una atmósfera muy bien lograda, que ensalza su magnífico desenlace.

Una película tan desconocida como merecedora de ser rescatada y visionada.