Una de las obras maestras de Woody Allen, a mí la que más me gusta, apoyada en un guión original y divertido pero diferente del resto de sus películas por el romanticismo y la ternura que desprende.
Se trata de uno los mejores cantos sobre lo que es y significa el cine, no desde el punto de vista técnico, sino de lo que nos hace sentir. En un mundo donde las cosas no siempre van bien, donde hay tristeza y soledad siempre podemos entrar en la sala de cine y transportarnos a ese maravilloso mundo que nos ofrecen las películas.

Jules Dassin alcanza con Topkapi la cumbre de este género de películas sobre robos minuciosamente planeados.
Repitiendo el mismo tema, consigue algunas mejoras con respecto a su anterior Rififi (también muy recomendable) debidas principalmente a una mejor definición de personajes. Cabe destacar a Peter Ustinov, premiado justamente con el oscar, que consigue algunos buenos momentos de humor en su interpretación del patético timador.

Se trata de una película muy importante desde el punto de vista técnico, con numerosas innovaciones en la técnica de rodaje, así como en la historia que desarrolla, que sirvio de inspiración para muchas otras películas.
Pero el principal motivo de esta crítica es su excesiva duración (me refiero a la versión de 210 min).
Me parece que una duración de este nivel (¡3 horas y media!) sino es intolerable (y me sale un juego de palabras con Intolerancia de Griffith), debe de estar muy justificado. Y en esta película no lo esta pues la historia no da para tanto con lo que el excesivo metraje se consigue a base de alargar o repetir algunas escenas hasta el aburrimiento.
Quiza con la versión mas breve,o menos larga, se evite todo esto. Aunque seguiré opinando que esta película carece de los ingredientes necesarios para ser la obra maestra absoluta que muchos consideran.

Una de las películas mas desafortunadas del gran Charlie Chaplin.
Concebida como un ataque a la caza de brujas que le obligó a abandonar America, esta película tiene unas intenciones tan explícitas y directas que resultan insoportables. Todo el ingenio que tuvo por ejemplo para parodiar a Hitler en El Gran Dictador aquí no se vislumbra por ningún lado.
Quiza la relacíon directa con los hechos que relata le cegaron a la hora de elaborar una crítica coherente e ingeniosa, quiza ya se encontraba ya al final de su carrera con su capacidad creativa agotada...Posiblemente las dos cosas.
Solo le quedaría por hacer La Condesa de Honk Kong que no haría sino confirmar que Chaplin se había acabado hace años.