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Críticas de NoTodoEsUSA
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Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
Dead Slow Ahead
Documental
España2015
6,4
558
8
31 de enero de 2016
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Ningún hombre será marinero si encuentra alguna manera de que lo envien a prisión, pues estar en un barco es como estar en una cárcel, pero con el riesgo añadido de morir ahogado.»
Samuel Johnson

Mauro Herce nos ofrece una visión muy distinta de la navegación. En su primer film como director Dead Slow Ahead nos conduce hacia una experiencia vivencial, con la combinación de imágenes y sonidos nos sumerge en la inmensidad del mar. Un ritmo pausado con el que crea una atmósfera oscura y desconcertante que te atrapa y desorienta. El espectador es trasladado al interior del barco donde siente el tambaleo, la pérdida de rumbo y el movimiento inerte de la máquina. Su mirada se pierde en el horizonte infinito —donde el mar se entrelaza con el cielo— generando una sensación de vacío, una pérdida de referencias, de una realidad que no reconocemos como si nos encontráramos en otro tiempo, atrapados entre las paredes de una fría prisión.

El acero del carguero Fair Lady se abre paso por las profundidades del océano en un desplazamiento continuo, sin detenerse, día y noche la maquinaria sigue funcionando, repitiendo constantemente lo mismos movimientos. Un documental que se sumerge por momentos en la ciencia ficción pero también en el terror psicológico. Un experimento fílmico con una fuerte personalidad que consigue encerrarte en medio del mar acompañado del estruendo de una maquinaria que nunca se detiene. Dead Slow Ahead ha sido premiado en el Festival de Sevilla con una Mención Especial y en el Festival de Locarno con el Premio Especial del Jurado haciendo visible que en España existe una corriente de cineastas dispuestos a innovar, nadando a contracorriente para buscar nuevas formas de expresar y hacer vivir al espectador una experiencia única. Un cine que sigue buscando nuevas formas de mirar y reflexionar.

El sonido de las máquinas y de la naturaleza se enfrentan para convertirse en una única sinfonía que acompaña al carguero en su silencioso viaje hacia ninguna parte. El inerte movimiento del acero surcando el cielo y el mar —dando muestra de su grandeza— un continuo movimiento monótono que se hace eco a su paso. El uso del espacio, el color y los planos generan una atmósfera futurista donde la máquina parece cobrar vida, sin necesidad de que nadie la controle. Pequeños atisbos de luz intentan hacerse un hueco entre la oscuridad, pequeños reflejos de humanidad entre una tripulación fría que ejecuta movimientos mecánicos como robots. El monstruo que termina absorbiendo a su creador, el dominio del objeto sobre vida, personas que se convierten en piezas de engranaje de un mecanismo que les chupa la sangre. Una muerte lenta que avanza sin necesidad de llegar al final. Un movimiento infinito, donde no existe el fin.

Una film sensorial que sin necesidad de utilizar las avanzadas técnicas de la industria del cine consigue sumergirte en una realidad —sin apenas esfuerzo— con solo sonidos e imágenes. El silbido del viento, los pitidos del carguero y el rugir de las olas consiguen arrastrarte hacia la profundidad del océano. Mauro Herce consigue hacer pasar al espectador por su propia vivencia en el carguero, hacerle sentir lo mismo que el sintió cuando observaba la tierra disolverse en el horizonte. Un documental que no te cuenta, sino que te dice «¡Siéntelo!, vive en primera persona la soledad, el aislamiento de la sociedad, la deshumanización, la pérdida de contacto con la naturaleza, la continua presencia de las máquinas…». Una prisión fría donde la monotonía se apodera del ser. La opresión de la naturaleza y la vida por el resonar y la fuerza de un vampiro de acero que absorbe todo a su paso, para devolverlo sin vida.

Una mirada diferente de la navegación donde no hay bonitas historias de amor ni actos heroicos, más bien al contrario, la pérdida de contacto con el exterior y la degradación del hombre. Un reflejo de las sociedades industrializadas y su continua perdida de contacto con la naturaleza. La alienación del hombre a la maquina, convirtiéndose en una mera extensión de esta. Personas que reproducen continuamente los mismos movimientos, el hombre invento la máquina y ahora intenta parecerse a ella. Un terror que no te habla con palabras sino con sensaciones, obligándote a reflexionar e involucrarte en el.

Las miradas perdidas de la tripulación reflejan el deseo de escapar de esa coraza de acero que les aprisiona. Buscan retomar el contacto con el mundo, volver a tierra e integrarse de nuevo en la sociedad. Dentro de la frialdad con la que el director nos muestra al carguero y su tripulación, nos deja ver por momentos rastros de vida. A través de sus miradas, podemos contemplar la humanidad que lucha contra la máquina intentando retomar ese contacto, recuperar su vida y deshacerse del vampiro de acero que se ha adueñado de sus cuerpos, convirtiéndolos en parte del mecanismo que le permite continuar su viaje hacia ninguna parte.

Alejandro García - http://www.cinemaldito.com/dead-slow-ahead-mauro-herce/ - @NoTodoEsUSA
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Oleg y las raras artes
Documental
España2016
6,6
368
Documental, Intervenciones de: Oleg Karavaychuk
7
6 de octubre de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oleg Nikoláyevich Karavaichuk es la única persona autorizada a tocar piano del Zar Nicolás II, un piano de oro, que se encuentra en el museo Hermitage de San Peterseburgo. A lo largo de su vida Oleg ha compuesto la banda sonora de más de 300 películas, entre ellas se encuentra A Long Goodbye de Kira Muratova por la cual Andrés Duque descubre a este genio ruso y despierta en él, la necesidad de descubrir más sobre su obra y su persona. Cuando observa unos videos de Oleg, tocando el piano con la cabeza metida en un saco, toma la decisión de viajar a Rusia a intentar conocerlo en persona, a pesar de las dificultades idiomáticas.

Con un plano fijo aparece Oleg por primera vez en pantalla, desenvolviéndose con naturalidad mientras expresa distintas ideas inconexas y difíciles de comprender, pero manifestadas con sentimiento. El personaje consigue dejar perplejo al espectador, con una estética y personalidad única, como llegado de otro espacio/tiempo, pero es imposible no sentirse atrapado entre sus redes. Con extrañeza lo observamos y escuchamos, sin comprender ni una palabra, hasta que se sienta y desliza sus manos por las teclas del piano, en ese momento, todo comienza a cobrar sentido. Nos encontramos ante un genio, que consigue hipnotizar con cada nota. Sin necesidad de partitura, sus manos se desplazan por el piano sin titubear, no necesitan saber, sino sentir las notas. Oleg dice dejarse llevar por la energía que transmite el entorno, convirtiendo la fría roca en pura emoción. No estamos acostumbrados a observar y a sentir, estamos demasiado preocupados en “hacer”, tanto que nos hemos olvidado de “mirar”. Podemos decir que Oleg acierta al preguntar «¿por qué la gente no puede dejar las cosas a un lado, sentarse en una silla y contemplar el horizonte en la Historia?”».

A sus 88 años transmite la experiencia de la vejez y la energía de la juventud, surfeando entre el delirio y la genialidad consigue deslumbrar con su personalidad y es que Andrés Duque nos muestra a un personaje único. Aislado de una sociedad que no comprende y que no le comprende, vive intentando captar las notas que transmite el mundo. Viviendo entre dos lugares sagrados para él, el salón del museo donde toca el piano del Zar y su pueblo. Oleg reta a Duque, negándole el derecho a entrar a estos dos sitios, pero la impertinencia del director al romper la regla, provoca una identificación mutua. Dos personas que se compenetran a la perfección, un español y un ruso, uno delante de la cámara y el otro detrás, pero que en todo momento a lo largo del documental se muestran unidos por una extraña conexión.

La habilidad única de Andrés Duque de plasmar con total naturalidad a los personajes más carismáticos. La capacidad de perfilar con gran sensibilidad y sencillez el retrato de un personaje complejo como si estuviera pintando un cuadro a base de suaves pinceladas a lo largo de 70 minutos. Duque demuestra una gran empatía, con la que consigue transmitir al espectador, su misma mirada de comprensión y asombro. Oleg es un incomprendido, pero en esta incomprensión esta su genialidad. En su capacidad de romper con las reglas y la normalidad, aunque esto incomode. Eso es el arte, como decía Oleg, sus canciones son incomodas y eso las hace brillantes.

Alejandro García
http://www.cinemaldito.com/oleg-y-las-raras-artes-andres-duque/
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Sonita
Documental
Alemania2015
7,3
305
Documental
6
15 de mayo de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Afganistán actualmente es un país confinado en una sociedad medieval, donde no hay leyes, ni justicias más allá de la que dicta el Corán. Según diferentes ONGs en Afganistán entre el 60% y 80% de las mujeres son obligadas a contraer matrimonio. Pero esto no es todo; ocho de cada diez mujeres son violadas por algún miembro de su familia, están obligadas a usar el burka o el hiyab y el 95% de ellas no pueden estudiar existiendo un 85% de analfabetismo. Aunque no siempre fue así, ya que entre los años setenta y ochenta en Afganistán se dictaron leyes que mejoraron en cierta medida, las condiciones de la mujer. Pero el surgimiento de grupos islamistas —financiados y armados por EEUU, a la vez que respaldados por la prensa occidental,que retrataba en los años 90 a personajes como Bin Laden como un héroe de la libertad o las películas de Hollywood como Rambo que reflejaban a los islamistas como luchadores por la libertad— llevo de vuelta a Afganistán al medievo en una guerra eterna, donde las mujeres son las principales víctimas.

En esta edición de DocumentaMadrid se otorgó el premio especial del jurado a The Land of the Enlightened que ya reseñamos anteriormente, centrada en la guerra de Afganistán. Pero también obtuvo el premio del público el largometraje Sonita de Rokhsareh Ghaem Maghami que conseguía una puntuación de 9,01 sobre 10. En esta obra la directora centra su mirada en la situación de la mujer (aunque hay una continua presencia de la guerra), en especial, sobre Sonita Alizadeh, es una joven afgana de 18 años que emigra hacía Irán buscando una vida mejor, alejarse de la guerra y poder estudiar. La directora iraní conoce a Sonita en un centro de refugiados de Teherán, donde se busca la vida. El documental comienza desde un punto de vista observacional, donde poco a poco se introduce al espectador en los deseo y miedos de la protagonista, sentimos: su ambición por llegar a ser una gran artista de rap, sus deseos de libertad y su miedo a la tradición de su país.

Aunque la vida en Irán es algo mejor para Sonita que en Afganistán, las condiciones de vida para las mujeres siguen siendo muy duras, más si eres una inmigrante sin papeles, como es el caso de la protagonista. Su sueño es cantar, incluso forma un grupo con un amigo, pero les es casi imposible encontrar algún estudio que acepte producirles, ya que no tienen un permiso del gobierno para que una mujer pueda cante. La familia de Sonita quiere venderla en matrimonio para obtener 9.000 dolares que es lo que necesitan para que su hermano pueda casarse. En Afganistán existe la tradición de vender a las hijas a un hombre para que se casen y con el dinero que obtiene la familia, pagan una mujer para su hijo. El colegio en Irán donde estudia Sonita y el equipo del documental intentan convencer a la madre para que entre en razón y dejen a su hija seguir su vida en Irán. Pero no lo permiten, necesitan el dinero y la única opción que queda para que Sonita pueda seguir 6 meses más en Irán es que paguen 2.000 dólares.

El equipo del documental ayuda a Sonita a realizar un videoclip, para intentar ayudarla a cumplir su sueño de dedicarse a la música. «Novias en venta» será su primera canción grabada (que podéis escuchar aquí) la rabia que desprende en cada verso cobra más fuerza tras conocer la historia de esta joven. En la tensión narrativa generada por el futuro inminente de un matrimonio, Rokhsareh Ghaem Maghami tiene un conflicto consigo misma sobre el papel del cineasta ¿tomar distancia o volverse un sujeto activo de la historia? En alguna ocasión, esta disyuntiva de la cineasta resulta forzada y anti-natural, lo que podría llevarnos a pensar que no fue una decisión espontanea la intervención en la vida de Sonita. Pero premeditado o no, la intervención por parte de la directora consigue modificar la historia del personaje y provoca un debate muy interesante sobre el papel del cineasta. Dejar de observar la realidad para tomar partido de esta y contribuir a cambiarla. Una posición que comulga con la célebre cita del dramaturgo Bertolt Brecht «El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma».

Alejandro García - http://www.cinemaldito.com/sonita-rokhsareh-ghaem-maghami/ - @NoTodoEsUSA
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7
29 de febrero de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
«¿Otra historia de amor idílico?» ésta sería la pregunta mas lógica, acostumbrados a los fantasiosos romances, alejados de la realidad, que ofrece habitualmente el cine más palomitero. La pareja perfecta y feliz que solo se necesitan el uno al otro para alcanzar la plenitud. Andrzej Zulawski rompe con todos estos estereotipos para mostrarnos una realidad mucho más complicada llena de contradicciones, dudas, riesgos, errores y penurias. La antítesis de un romance feliz, una obra que intenta alejarse de los cuentos de hadas para adentrarse en las alcantarillas del mundo real. Quizás su film más prestigioso L’important c’est d’aimer fue rodada en Francia, en ella nos muestra la relación entre Servais Mont (Fabio Testi) un joven fotógrafo y Nadine Chevalier (Romy Schneider) una actriz que realiza películas de bajo presupuesto.

Los personajes tienen profesiones que generalmente son relacionadas con un estatus alto y con una vida feliz sin muchos problemas. Pero Zulawski rompe con los estereotipos del cine y construye unos personajes destruidos y sin esperanza. Nos muestra la otra cara del fotógrafo obligado a trabajar para un grupo de gansters realizando fotos comprometedoras que entran en contradicción con su ética, de la actriz que realiza películas porno, de las que se avergüenza, y por las que es sometida a una terrible presión durante rodaje y por último, el marido de la actriz, un payaso que no encuentra sentido a la vida y no es capaz de hacer feliz a su mujer. Un mundo vivo lleno de contradicciones donde los personajes viven resignados a sus desdichadas vidas. Unas personalidades complejas y extravagantes que dejan huella.

Rodeados de perversión los protagonistas buscan dar sentido a sus vidas más allá del placer físico. En el momento que Servais Mont conoce a Nadine Chevalier surge una especie de conexión entre ambos, unidos en el sufrimiento de una vida miserable, encuentran una relación por encima de lo carnal. Los movimientos de cámara nos introducen en las emociones de los personajes haciéndonos participes de su conexión, Zulawski transmite una gran profundidad dramática de los diálogos, consiguiendo captar la atención del espectador al hacernos partícipes del amor entre los personajes, pero también de sus dudas y contradicciones. Una obra muy personal, realizada con delicadeza para mostrarnos la esencia del amor, un camino lleno de obstáculos y dificultades, por el que eres arrastrado hasta el final.

Una historia sobre el amor ciego que no piensa en las consecuencias de los actos, solo en la felicidad del ser amado, por mucho dolor que puedan provocarse ellos mismos. Los personajes sufren de una necesidad irrefrenable de amar a esa persona, como forma de dar sentido a sus vidas. Un film complejo que con gran profundidad, donde el amor es dibujado por las notas de la banda sonora, una rosa llena de espinas, donde pugna un sentimiento egoísta que hace olvidar todo lo demás, para centrar el objetivo únicamente en la persona amada. El amor de un fotógrafo que mira la realidad a través de su cámara, centrando los margenes del plano en captar las lágrimas de Romy Schneider.

Alejandro García - http://www.cinemaldito.com/sesion-doble-confesiones-de-una-modelo-1970-lo-importante-es-amar-1975/
@NoTodoEsUSA
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Leo es pardo (C)
Cortometraje
España1976
6,1
622
7
21 de enero de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Iván Zulueta es uno los genios malditos como lo fuera el poeta Leopoldo María Panero, ambos son el reflejo de una generación marcada por las drogas, artistas que experimentaron con el lenguaje buscando nuevas formas de comunicar sus sentimientos, enfrentándose a las barreras de una sociedad que impone la monotonía. Tres años antes de ‘Arrebato’ (1979)- su largometraje más ambicioso donde su experiencia más surrealista y abstracta se integran con naturalidad en la narración – realiza ‘Leo es pardo’, cortometraje de 10 minutos de duración rodado en 16mm donde realizamos un viaje onírico por el interior del cineasta donostiarra.

Una obra con una atmósfera única donde el espectador es trasladado al interior del personaje interpretado por Maribel Ferrero. Los sentimientos de terror y desconcierto sufridos por la protagonista al despertar del sueño inundan la habitación. No hay lugar para las palabras, son las imágenes las que comunican sus emociones ante la rutina que secuestra al mundo bajo un estricto orden. Zulueta rompe con la armonía y juega con el formato para generar texturas que refuercen la experiencia onírica, distorsionando la imagen y reforzando su poder comunicativo.

Con influencias del expresionismo alemán consigue mostrar aquello que no es visible -los sentimientos- escondido bajo la capa de carne y hueso, pero sobre todo nos encontramos ante una obra surrealista que nos recuerda a ‘Un perro andaluz’ (Luis Buñuel, 1929) o ‘Meshes of the Afternoon‘ (Maya Deren, 1943), un ritmo frenético que juega con la velocidad, la luz, el sonido y el formato para sumergir al espectador en un universo psicodelico, es decir, un “chute visual” que no dejara indiferente a nadie…

Un atrevido ejercicio de experimentación que muestra la obsesión del autor por la dualidad -la personalidad oculta- del protagonista y sus esfuerzos por dominar su cuerpo. Una lucha interna entre el “yo” de la que hace cómplice al espectador; parte de su ser busca ordenar el desorden que la domina, mientras que la otra se enfrenta a la rutina y la monotonía que oprime su esencia . Una lucha continua en el interior de Leo por tomar el control de su cuerpo y mente.

Dejando a un lado todas las posibles interpretaciones ‘Leo es pardo’ es una obra para sentir más que pensar, no habla a nuestra razón sino a nuestras emociones. Un viaje sensorial de diez minutos de duración con una gran carga emocional porque eso es lo importante en el cine, generar sentimientos en el espectador, sumergirle en en una atmósfera que puede ser divertida o angustiosa pero consigue despertar algo que lo convierta en un momento único.

Alejandro García - http://lacintablanca.com/leo-es-pardo-1976/ - @NoTodoEsUSA
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