Esta nueva versión (disfrazada de secuela) de la cinta original de 1999 es logicamente mejor desde el punto de vista técnico pero adolece de un problema claro: El director Adam Wingard y el guionista Simon Barret no saben decidirse entre si hacer algo más o menos nuevo o la reverencia al original del que por lo visto son muy fans. Esto lleva a que encontremos elementos nuevos (no solo en lo tecnológico) sino una herida de una de las protagonistas dentro de la cual parece haber algo vivo o que los personajes no estén ya solo perdidos en un bosque físico sino incluso en el tiempo (nunca se hace de día y parecen llevar allí varios días en lugar de unas horas), además en esta película hay más personajes que en la original. Pero por desgracia, al darle el mismo clímax del original (solo que más largo) todo esto queda en agua de borrajas, con lo que esas posiblidades apuntadas tan interesantes quedan en el camino, por no decir ya un momento de la película totalmente inconexo.

Absoluta porquería que pretende ser un homenaje al exploit de los años 70-80 en Italia, y toma todo lo peor de aquella época en una historieta sin el menor sentido que parece un cruce entre La última casa a la izquierda, con las chicas siendo violadas y un filme de zombies a lo Fulci aunque prescindiendo del surrealismo. Lo de los zombis del imperio romano no deja de ser una idea curiosa y esta parte no acaba de estar mal, el problema es que hasta llegar ahí, y es un buen rato, la película es deleznable a la par que aburrida. Está claro que el director ha querido hacer una mezcolanza como hizo Rodriguez en Abierto hasta el amanecer, que parecía película de acción con dos ladrones y luego se convertía en peli de vampiros pero trasladándolo a la idiosincrasia italiana y sin ningún éxito. En definitiva, si se quiere algo trash que mezcle géneros recomiendo la española Más allá del terror, que empieza como cine quinqui y acaba como historia de espíritus vengativos, y que es cien veces mejor que esta italianada de nuevo cuño que de hecho casi nadie ha visto.

Agradable sorpresa la de esta cinta de terror argentina que ha llegado a interesarme y mantenerme en vilo a pesar de que el guión a veces no es que se explique demasiado. La prota va encontrando pistas que luego algunas (como la del anillo) resultan ser falsas pero en cualquier caso el director construye una buena atmósfera y la actriz protagonista, Luz Chipriota, aparte de convincente en su papel de periodista ambiciosa y demasiado curiosa, es una considerable belleza (yo le veo un parecido con Natalie Portman). Al final cuando se descubre quien es el asesino no deja de sorprender aunque como digo algunas cosas en el guión no son demasiado congruentes. Destacar la carnicería en la parte final, con escensas que se ven en el televisor de animales torturados y todo, aquí la peli resulta algo más fuerte aunque tampoco nada del otro mundo, y el uso de cámara subjetiva a lo REC en escenas nocturnas. Y ojo al epílogo, todo un puntazo.