"Los tres mosqueteros" es una novela decimonónica de aventuras suficientemente conocida y mil veces versionada. Puede gustar o no, pero la obra de Alejandro Dumas es suficientemente redonda y no necesita versiones que la destrocen como la presente. Cuando una versión se aparta tanto del original lo único que demuestra es que a falta de calidad y de ideas propias el autor ha "fuilado" ideas ajenas para obtener igualmente un producto endeble e infumable. Nada nuevo aporta esta versión de "Los tres mosqueteros" como no sea un sordo sentimiento de rabia para los que somos admiradores del original.

Demasiado metraje para una historia tan desmañada y triste como la España, dividida y desangrada por la guerra, que le sirve de fon. Casa, con cara de mula; Valverde, repitiendo por milésima vez su papel de niña buena, sosa y tonta; los demás, inexistentes. Película floja tirando a mala. Absolutamente prescindible.

Aunque la película me ha gustado bastante hay que reconocer que arrastra demasiadas deudas, tanto literarias como cinematográficas. Me refiero a que esta película no puede decirse que sea una idea original de Guillermo del Toro, aunque aparezca como co-guionista en los créditos.

Ni el argumento, ni el final ni el ser anfibio son una creación del realizador mejicano. A saber, el argumento está fuertemente influido por un relato corto de H. P. Lovecraft, uno de los autores favoritos de Guillermo del Toro. El relato se llama "Dagon" y fue escrito por Lovecraft en 1917

En cuanto al final, está claramente inspirado en el final de "Dagón: la secta del mar", película de 2001, cuyo guión se reconoce explícitamente que se inspiró en el relato de H. P. Lovecraft citado anteriormente.

Y, finalmente, el ser anfibio recuerda demasiado al protagonista acuático de "El monstruo de la Laguna Negra" (título original: "Creature from the Black Lagoon"), película de 1954 dirigida por Jack Arnold y protagonizada por Julia Adams, que se estrenó en España con el título de "La mujer y el monstruo". Curiosamente esta película tuvo una secuela, estrenada en 1955, dirigida asimismo por Jack Arnold, que constituye la primera experiencia cinematográfica conocida de Clint Eastwood, aunque no aparezca en los créditos.

No obstante y a pesar de la evidente falta de originalidad, la película está bien realizada, bien ambientada y muy bien fotografiada. La actriz protagonista (Sally Hawkins) hace un excelente trabajo. La mayoría de los secundarios también realizan una buena labor actoral. Excepción hecha, eso sí, del "malo malísimo" interpretado por Michael Shannon, que no ha sabido o no ha podido estar a la altura. Y, curiosamente, a pesar de sus casi dos horas de duración, no parece larga ni se hace pesada, antes al contrario.

Desde luego, a pesar de los numerosos premios conseguidos, esta película no pasará a la historia del cine como la mejor de Guillermo del Toro, ni de lejos. Pero sí quedará en la memoria colectiva como la más tierna y romántica de las cintas dirigidas por el realizador mejicano.

En definitva, tiene valores que la hacen digna de ser vista, pero al mismo tiempo me ha decepcionado bastante que el director no haya reconocido claramente sus influencias.

Estoy de acuerdo en que no se trata de una gran película. Sin embargo, creo que para aquellos que hemos perseguido durante toda nuestra vida la excelencia profesional y llegados a un cierto momento de nuestra vida nos encontramos solos porque hemos sacrificado todo lo meramente personal en el altar de nuestras ambiciones, una película como esta puede recordarnos que hay otra manera de enfocar la vida y que el AMOR nunca está de más.

Es por los sentimientos que ha despertado en mí el ver esta cinta por lo que la valoro como "interesante". Por los recuerdos de otros tiempos y otros momentos, de otras Navidades y de otras esperanzas, por lo que pudo ser y no ha sido. Pura subjetividad, sin lugar a dudas.

De lo que sí estoy seguro es de que es una película razonablemente bien hecha, con actuaciones verosímiles y que puede alegrar el ánimo a los espectadores. Al fin y al cabo, considero que el cine ha de ser fundamentalmente un entretenimiento. ¡Una película, por buena que sea, no es un ensayo ni una obra literaria de profunda significación. Cuando quiero tener pensamientos profundos leo un buen libro, no me siento delante de una pantalla para ver una película. Me parece un tanto exagerado y bastante pedante pedirle al cine, especialmente al que es propio del subgénero "navideño", que vaya más allá de despertar nuestros recuerdos y hacernos pasar un buen rato frente a la pantalla. ¡Y esta película cumple en este aspecto con suficiente eficacia! ¡Feliz Navidad 2016 a todos!

Por una vez y sin que sirva de precedente una miniserie resulta ser más interesante que el libro en el que se basa. Lo que no deja de ser curioso teniendo en cuenta que el guionista de la serie en cuestión es precisamente el autor del libro. Por ende, el director de la serie resulta ser Daniel Calparsoro, realizador más que discutible y cuya carrera más parece una montaña rusa por su irregularidad manifiesta. En su haber televisivo se incluyen productos tan infumables como La ira (2009), Inocentes (2010) o Tormenta (2013), todos ellos producidos bajo el sello de New Atlantis y emitidos por Telecinco (las dos primeras) y Antena 3 TV respectivamente. Junto a películas de mejor factura y calidad como Asfalto (2000) y Guerreros (2002).

He intentado leer la novela de principio a fin pero me ha resultado tan pesada y aburrida por momentos que, de un total de 32 capítulos, solamente he conseguido leer seguidos los 3 primeros, el último y el Epílogo. Del resto he leído lo que me ha parecido necesario para entender el argumento una vez conocido el final. Los larguísimos párrafos descriptivos, pesados y con poco o ningún sentido, junto con la mayoría de diálogos, casi igual de pesados, los he ido saltando para abreviar la lectura. La verdad es que de las 484 páginas útiles que conforman la novela me ha bastado leer menos de un 10% para entender lo fundamental y darla por terminada.

Por lo que he podido averiguar es el primer y único libro publicado por su autor, Miguel Sáez Carral. ¡Y por el bien de sus potenciales lectores espero que sea el último! No sé qué tal será como guionista (no he visto ninguna de las series en las que ha participado) pero como escritor resulta bastante pedante, con sus descripciones interminables y casi siempre banales, y carente de capacidad para enganchar al lector.

A pesar de tener mejor ritmo que el libro y de ser capaz de despertar y mantener el interés del espectador, la serie resulta excesivamente larga por cuanto para explicar la historia hubieran bastado 4 episodios en lugar de los 12 que la forman. De hecho, podemos distinguir entre los 2 primeros y los 2 últimos episodios, con una narrativa y un ritmo trepidantes; y los 8 episodios restantes, que más parecen de relleno y resultan bastante sosos. No obstante, la miniserie en su conjunto resulta interesante y merece la pena verla. Los que conozcan la realidad de algunos barrios de Madrid como Hortaleza, Vicálvaro, Moratalaz, Carabanchel, Vallecas o el propio Tetuán, se sentirán fácil y rápidamente identificados con los distintos protagonistas de la serie: Miguel, Sastre, El Chatarrero, los viejos de las casas blancas, etc. Y los que desconozcan esos barrios, se sentirán atraídos y atrapados por las vidas y las historias de dichos protagonistas. Los que hayan visto “Asfalto” (2000) verán en esta serie una especie de prolongación de los hechos, algunos cómicos y la mayoría amargos, vividos por los protagonistas de aquella película, también dirigida por Calparsoro.

En definitiva, sin ser una serie de visionado imprescindible, considero que sí es recomendable y de calidad superior a la media.