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España España · barcelona
Críticas de luguca
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Críticas 132
Críticas ordenadas por utilidad
9
21 de mayo de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el camino de Quito a Cuenca se reúnen diferentes personajes.

¿Y qué pasa? que descubren que los caminos están llenos de gente dispuesta a vivir y a dejar vivir, que un país no es lo que te venden en las guías de turismo, que la realidad es belleza de paisaje mezclada con miseria de niños alegres que cuidan el ganado o venden chicles en las estaciones de autobuses, que los medios de comunicación no buscan verdades sino noticias, que la vida, lamentablemente, demasiadas veces se parece a una telenovela y que por mucha conciencia social que tengas, siempre acaba importando más tu historia que la estabilidad mundial.

Los diálogos son muy naturales, muy inteligentes –pero no por ello menos creíbles- e incluso chispeantes, como cuando Andy, por su celular dice que si se tiene que encomendar a una virgen será a la tía X que es la única virgen que conoce.

Viendo esta película sientes que el mundo es diverso pero las gentes son muy parecidas. Aquí no hay paternalismo. La cámara está para mostrar una realidad y explicar una historia. No vamos a arreglar el mundo con eso, pero no vamos a negarlo tampoco. Los niños no juegan: trabajan y viven solos, porque sus padres están trabajando en otros lugares, pero no por ello se nos afloja la lágrima, porque es una situación normal: hay quien tiene haciendas y hay quien tiene cuatro ovejas y cuatro chiquillos que las sacan a pastar.

El lenguaje falso y superficial a base de “guay”, “flipe”, “mola”, “alucino”, “en medio de la nada”, de la turista deseosa de filmar y fotografiar el paisaje de su viaje maravilloso contrasta con esos diálogos de los niños que tienen como horizonte pasar un día más.



Una película inteligente, sensible, que sabe combinar las historias de los personajes con los problemas sociales y todo con la belleza del paisaje y el paisanaje.
luguca
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10
21 de mayo de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buenos Aires. Verano. Amor y muerte. No es un tango pero se le parece mucho. En primer lugar, la ciudad que aparece a vista de pájaro a modo de página en blanco en medio de los diferentes episodios, es una ciudad toda rascacielos, ruido lejano de cláxones, encrucijadas de carreteras y una persistente neblina contaminadora;en segundo lugar, la ciudad es un barrio con mucho sol, comercios que se anuncian en carteles de madera pintados a mano, colorido en los bares, los paseos, juventud a punto de acabar y grandes dramas de gente en busca de amor.

Vemos un ir y venir de mujeres pero, de ellas, sobresalen tres: la cantante de tangos, que siempre lleva algo rojo; la empleada en algún tipo de archivo, que siempre va de lila; la nocturna, con tendencias a los maltratos, que siempre va muy de fiesta.

Los hombres se encuentran en un café decorado con retratos de Carlos Gardel y de Duke Ellington, creo que se llama Carlington o algo así. El café está regido por el Duque –cuyo apodo viene de su afición al jazz- que es amigo y consejero de Sergio y de Marcos, dos de tres amigos que rondan la cuarentena a golpes de desamores.

Sergio acaba de coger “in fraganti” a su hermano y su esposa y no logra zafarse de ese pesimismo existencialista que le impide aprovechar las ocasiones o, mejor, provocarlas. Marcos es un buen amigo de infancia y juventud que acompaña a Sergio y le cuenta historias para ver si eso le ayuda a escribir el guión que tiene entre manos. Pero, para no pelearse, no pueden hablar de fútbol y, ahora, tampoco pueden hablar de mujeres, ¿qué queda?

Marcos entra un día en el café con una historia de lo más tentadora: ha ido a llevar flores a la tumba de su padre pero, cuando iba a depositarlas en el jarrón del nicho, ha visto a una preciosidad allí mismo: Se acerca a ella y le regala las flores del difunto. Ella considera que es un regalo macabro y le contesta cortante. Entonces él le dice: “yo te conozco”, “bueno, no te conozco pero te he visto”.

Total que le cuenta que su padre era fotógrafo y en el estudio tenía una foto suya en el escaparate. Ella recuerda eso y dibuja una amplia sonrisa. Marcos la lleva a su tienda –tiene un taller de marcos- para que compruebe que es verdad. Duque y Sergio le felicitan por una historia tan coherente y que le ha servido para tener sexo con una conocida desconocida.

Hace tiempo que no ven a su amigo, el tercero del trío. Le llaman el Yuppy. Quedan con él y con la cantante de tangos pero el Yuppy no se presenta.

Marta, la cantante había salido con los tres en la época del instituto. El último fue el Yuppy.
La vida sigue dando vueltas alrededor de sentimientos e historias inverosímiles pero no por ello menos reales, como la de la loca y el floristero, que murió atropellado, por amor, sólo por amor.

Y en el aire del barrio, en las esquinas soleadas, en los letreros coloreados y en las persianas verdes de los colmados, late el deseo inmortal de seguir viviendo para seguir amando.
luguca
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Asesinato en Febrero
Documental
España2001
6,7
470
Documental
8
12 de agosto de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un documental que narra de forma clara y humana la realidad de los familiares de las víctimas del terrorismo.

Viéndolo ni entiendes por qué hay asesinatos, ni te enfadas con nadie: sólo sientes una pena muy grande por todas las injusticias y todas esas muertes sin sentido. Tanto la mujer del diputado como los familiares del policía hablan siempre de la persona desaparecida, no del cargo político, ni de odio contra los terroristas. Se limitan a lamentar la pérdida de su ser querido.

Nunca he entendido el terrorismo, pero, a veces, según quién sea la víctima, puedo no lamentarlo.

Este documental es elegante y sobrio. Muy bien hecho.
luguca
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9
21 de mayo de 2011
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una zona industrial del norte de Chequia, tres jóvenes –Dasia, Monik y Tonik-, son vecinos desde pequeños. Siempre han vivido en aquel edificio enorme y desangelado.

Tonik está enamorado de Monik. Monik tiene un novio que ha emigrado a USA huyendo de aquel paisaje destruido por la industrialización más especuladora y aniquilante. La central térmica es como un gran monstruo que va comiendo hombres y tierras sin piedad.

Dasia está postrada en su destartalado apartamento, con dos niños preciosos que caminan y viven en medio de la suciedad, el desorden y la penuria. Ella ha buscado otra vía de escape: las drogas y el sexo.

Monik tiene la oportunidad de reunirse con su novio y mejorar su vida, pero Dasia ingresa en un hospital psiquiátrico. Entonces Monik considera que tiene el deber de hacerse cargo de aquellos niños.

La madre de Monik, que vive con un marido bueno pero débil, parado y alcohólico, no quiere para su hija una vida como la de ella. La echa de casa. Entonces, Tonik, que vive con su tía en la antigua granja de la familia –una casa que se cae a pedazos frente al lago y a la mole de la central térmica que da empleo a toda la población-, le ofrece su hogar para que vivan allí ella y los niños.

Pasan unos seis meses todos juntos, cuidando de los niños, trabajando en el súper, haciendo chapuzas, cuidando de las cabras, arreglando la granja, ... pero la tía cae enferma de un cáncer terminal y Dasia se presenta con otro bebé para llevarse a sus hijos.
Pase lo que pase, la fábrica sigue ampliando sus tentáculos, alimentándose de toda vida que encuentra a su paso.
luguca
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2
17 de julio de 2010
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tenía intención de verla, ni siquiera con el reclamo de Clooney. Pero la he visto. Se pueden hacer cosas peores, pero son delito.

Relata una historia estúpida de un modo estúpido. lo único que me hizo gracia fue el momento en que Clooney dice que le ha tocado la maldición y que va a morir, pero no sabe cuándo, como le pasó a aquel compañero que le tocó la maldición y murió ... dieciocho años después.

No sé si el guionista quería hacer una comedia antibélica, o simplemente se chotea de nosotros para que nosotros, nos cabreemos. Y de aquí el maravilloso título.

A todos los que todavía no han tenido la debilidad de visionarla, les conmino: sed fuertes, no la veáis.
luguca
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