Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sunset Boulevard
Críticas de Cineaste
<< 1 10 20 22 23 24 25
Críticas 125
Críticas ordenadas por utilidad
9
1 de noviembre de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Federico Fellini, que venía de realizar “La Strada” (1954) y alcanzar la fama con “La dolce vita” (1960), logra la máxima expresión técnica del surrealismo italiano con un paralelismo autobiográfico en “Fellini, ocho y medio”, onírica expresión que navega sobre las aguas del realismo en una metáfora laboral que narra la travesía creativa en plena crisis que atraviesa un director de cine encarnado majestuosamente por Marcello Mastroianni.

El éxito se puede resumir en la capacidad de adaptar esta ausencia inspiradora en una obra maestra, con un toque artístico sin igual hasta el punto de tocar la cima cinematográfica en la carrera técnica del director. Barroca y grandilocuente, la película se convierte en bisagra fundamental para su trayectoria –era la novena película del director, de ahí su título -, y como puente de unión entre el neorrealismo italiano con la postmodernidad. Quizás, pueda parecer que al largometraje le falte profundidad argumental, pero cada fotografía alargada en nítidos planos en blanco y negro, muestran las ambiciones, temores, la melancolía y el pensamiento humano en la vida de un hombre y las relaciones para con su entorno. Los traumas, las pasiones, los sueños del ser humano se exponen como lentes de cámara bajo escenarios, reales o imaginarios, que ponen de manifiesto el reflejo de mirarnos al espejo, antes de asomarnos por la ventana, pues como nos indica Guido: “la felicidad consiste en saber decir la verdad sin herir a nadie”.
Cineaste
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
11 de octubre de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quién les iba a decir a Stanley Donen y Gene Kelly que iban a pasar a los libros sagrados al rodar el mayor musical jamás creado para la historia del cine, a principios de los años 50. Y es que el éxito de “Cantando bajo la lluvia” reside precisamente ahí, en las bajas pretensiones de una cinta realizada con pasión y soltura, armonizando el conjunto de la misma bajo el lema: “si disfrutas grabando, el espectador disfruta observando”.

Paradójico argumento que mezcla las notas musicales del ritmo cinematográfico con un guión centrado en la llegada del sonido a la gran pantalla. Con los entresijos propios del cine dentro del cine, aparecen a tiempo los celos, los engaños, el amor y las ambiciones hollywoodienses que transfieren los sentimientos de alegría y tristeza a canciones y coreografías perfectamente ejecutadas para el desarrollo de la narrativa, donde destacan el “Make ´Em Laugh” de Donald O ´Connor y la mítica escena de Gene Kelly que otorga el título a la película.

Puede que no sea el largometraje de mayor calidad jamás rodado, pero sí puede presumir de ser el estandarte de un género grabado con el dinamismo de quien pone amor a su profesión, contagiando al espectador en una cinta que no sólo aguanta en pie el paso del tiempo, si no que termina siendo un referente para los espectadores que saben apreciar las notas de optimismo de un arcoíris que surge tras las cámaras. Al fin y al cabo, después de la lluvia siempre sale el sol.
Cineaste
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
11 de septiembre de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cabeza Borradora es una película a la que muchos nos acercamos tras visualizar gran parte de la trayectoria de Lynch, acto que incluso se convierte en recomendable para afrontar advertidos el producto que nos vamos a encontrar, pudiendo admirar mejor la obra que afrontamos en sus inicios.

Es curioso como en esta cinta se plasma con mayor evidencia el paso del surrealismo marcado en una historia más cotidiana sin perder la identidad de los sueños. De este modo, la película se torna en pesadilla, una inquietud mental proyectada a través del personaje interpretado por Jack Nance, que vive angustiado en su propia realidad por alcanzar sus metas, parodia macabra de nuestras vidas. La simbiosis entre temores y deseos, el intento por matar la existencia que debe afrontar, la necesidad de liberar sus deseos, se refleja de forma magistral a través del trato estético y artístico: el juego de luces y sombras, la densa fotografía, el manejo del sonido y del decorado, logran invadirte de ese sueño perturbador, ese ahogo de ilusiones marcadas por una sociedad también enferma.

Al fin y al cabo, eso es David Lynch, difícilmente evaluable e incapaz de pasar desapercibido. La calificación siempre será subjetiva, y su verdadero logro, abrir tu estado mental para que la valoración de cada uno esté condicionada por el mensaje que ha logrado, o no, transmitirte.
Cineaste
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
12 de octubre de 2017
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe duda de que Ken Loach siempre ha sido un referente para el cine de izquierdas como lo es Costa-Gavras. Esta vez, con "Yo, Daniel Blake", el director británico no nos trae un enfrentamiento isleño entre irlandeses e ingleses, ni conflictos bélicos en parajes rurales con personajes armados y llenos de ira. La rabia, la impotencia, la frustración y los deseos de venganza en una sociedad injusta se siguen apreciando en este film, solo que tal y como el director griego hizo con "El Capital" (2012), realiza una representación más moderna de las inquietudes populares del nuevo siglo, distintas aunque no por ello exentas del mismo gen original.

Con esta cinta Loach no aporta ninguna novedad fílmica y su técnica continua siendo de empuje directo al espectador hasta hacerlo partícipe de las inquietudes que pretende mostrar. Muchas veces, este hecho provoca que nos encontremos con personajes desarrollados desde una pureza espiritual un tanto ingenua, siendo quizás el mayor fallo de una película que logra una vez más remover las conciencias de aquellos que aún guardan algún espíritu de rebeldía en un mundo que permanece sumiso bajo los efectos de las nuevas corrientes económicas e institucionales. Realmente, al final quedan dos opciones: adaptarte como Ken a los nuevos tiempos que corren, o convertirte en un revolucionario del siglo XXI como el bueno de Daniel. El siguiente, puedes ser tú.
Cineaste
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
12 de noviembre de 2017
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sam Mendes nos trae una nueva entrega de las aventuras del agente secreto más conocido del mundo del cine, el mítico 007. Con la maestría de un oscarizado director al frente de un proyecto que no escatima en gastos, “Skyfall” se presenta como una delicia comercial para los más fanáticos de la saga, que ya había sido rescatada recientemente de la mano de Martin Campbell con “Casino Royale”, en el año 2006.

Daniel Craig, que tomó el relevo de Pierce Brosnan al frente de James Bond, logra dotar a ese cambio generacional de la más pura esencia del género sin llegar a ser pretencioso. Es el mismo caso del villano que se nos presenta en esta obra, Javier Bardem interpretando a Silva, en uno de los personajes más carismáticos e hipnóticos que hayamos presenciado a lo largo de la trayectoria del agente inglés. Si bien es cierto que Mendes mantiene la genuina pólvora del personaje, del mismo modo es acertado comentar que le trata de dar un enfoque de debate interno que flota a demasiada distancia de las emociones del espectador, hasta terminar convirtiéndose en un fallido fuego de artificio del montón. Parece que la saga puede tener un futuro asegurado, pero no es menos cierto que tal y como le ocurre a nuestro protagonista, el tiempo pasa para todos.
Cineaste
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 20 22 23 24 25
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow