Otra joya ignorada de los años 80. "Lo oculto" podría ser una típica "buddy movie" de ciencia-ficción, con persecuciones, con un villano malvado, con una pareja de policias muy diferentes y con todos los tópicos propios de este tipo de filmes (bromas con los compañeros de comisaria, las rarezas del compañero de pesquisas, la familia del otro, etc), pero un inspirado Jack Sholder consigue insuflarle al film una dirección muy personal y un acercamiento original al personaje de Kyle MacLachlan.

Con ello, la película trasciende a su objetivo inicial, una de polis y alienígenas y nos ofrece, en cada escena de MacLachlan, una extraña sensación, de ver a alguien distinto, implacable pero heroico y tremendamente sensible, como se ve en la conexión espiritual que establece con la hija del compañero.

Con evidentes conexiones con Terminator, como el tiroteo en la comisaria, o a cualquier buddy movie con persecuciones motorizadas, también fuente de inspiración a "Men in Black", este filme, "Lo oculto" es una muestra del buen cine que se hacia en los ochenta, y como, en ocasiones, un director poco conocido, pude tener un destello de grandeza y buen hacer, y plasmarlo en un filme que podía haber sido del montón y que, sin embargo, brilla.

Quizás esta palabra sea la que mejor defina este film: la gran profesionalidad que muestran el director-guionista (Jamnes Mangold) y el excelente elenco de actores entre los que sobresale el mejor de la función, un gran Sylvester Stallone.

No es cuestión de hacer una apología de Stallone, un actor cuyos derroteros profesionales le llevaron por un cine de acción cómodo, fácil y resultón para él, que le granjeo una gran popularidad y muchos dólares. Sin embargo no se puede, por menos, reconocer la excelente composición, kilos aparte, que hace de un jefe de policia de un pueblo muy especial - la ciudad de los polis- que admira y teme por igual a esos policias de ciudad que tiene enfrente, que muestra miedos, inseguridad, frustación, remordimientos, dudas y por fin convencimiento. Domina todos esos registros de una manera espléndida, como ya hizo en "Acorralado" "Rocky Balboa" o en "FIST símbolo de fuerza". Un actorazo, cuando quiere.

La historia tiene reminiscencias del western clásico, como "Río Bravo" o "Solo ante el peligro", con una población que ve prero prefiere mirar a otro lado. La soledad del héroe. Porque en este caso, western y policíaco van de la mano.

Mangold crea una escena final, el climax de la película, quitándole, aparentemente toda espectacularidad y sin embargo, creando una secuencia que debería figurar en las antologías. La rueda desde el punto de vista de alguien que se acaba de quedar sordo y no domina el entorno en el que se encuentra. Es una escena sencillamente espectacular por la sobriedad con la que se dirige.

Estamos ante una magnífica película policíaca, con un director y actores en estado de gracia.

Película que homenajea a los grandes clásicos ingleses de amores prohibidos como el clásico "Breve Encuentro", con sus encuentros furtivos, o "El Puente de Waterloo" al situarse en la II Guerra Mundial.

Peter Hyams, excelente, aunque olvidado director, dió en esta película su segundo protagonista a Harrison Ford tras la Guerra de las Galaxias y una oportunidad para que demostrase sus registros interpretativos, aparte de sus aventuras espaciales. Y lo hace bien, encarnando a un galán tipo años 40-50; junto a él deslumbra la belleza de Lesley-Anne Down, conocida de "Arriba y abajo" y el gran Christopher Plummer, el marido que ve como su mujer se aleja y acepta una peligrosa misión para reivindicar su masculinidad.

La calle del adiós es una bonita película romántica, sin muchas pretensiones, y que cumple con creces su objetivo: narrar una historia de amor, desde su inicio hasta su final, en una época difícil para el mundo.

En cuanto a filmes post-apocalípticos y distópicos, no todos tienen porque ser de manufactura estadounidense. De los europeos, los de factura italiana son los más denostados. Siempre se consideran una imitación barata y aprovechada de los estadounidenses, y se les niega el reconocimiento a su propia personalidad. Si bien toman como punto de referencia a estas películas norteamericanas, algunas de estas producciones tienen su interés, como es "2019 Tras la caída de Nueva York".

Es evidente que se inspira en "1994 Rescate en Nueva York" y que su personaje es un calco de Snake Plissken, sin embargo la historia y su puesta en escena es más ambiciosa. Su arranque empieza con un plano aéreo de una maqueta de Nueva York como ciudad destruida y si bien no es una gran maqueta, nos da a entender que el filme aspira a algo más. Por cierto, una escena que recuerda al Sidney destruido de "Mad Max, mas allá de la cúpula del trueno", rodada dos años después. Y esto nos muestra que hay trasvases de conceptos entre los diversos filmes de temática post-apocalíptica. Bebe de "Mad Max" pero también influye en su tercera parte así como en otras del género, como es la británica "Doomsday". Y su argumento -buscar a la última mujer capaz de procrear- lo veremos en filmes posteriores de mayor fama como "Hijos de los hombres" o "Babylon A.D.". Obviamente, como filme ochentero, tiene una puesta en escena y ambientación muy de cómic, de hecho los personajes parecen salidos de los comics setenteros de Marvel de "Killraven" o los de DC de "Kamandi": mutados, devoradores de ratas, enanos, alcantarillas, edificios derruidos, androides, cyborgs, organizaciones militares y hombres simiescos. Una película sobre perdedores en busca de una esperanza, de un significado para la vida de la última generación de seres humanos.

Aventuras. Los protagonistas se enfrentarán a retos y desafíos que pondrán en peligro su vida y en riesgo su misión. Un líder que no quiere serlo. Parsifal. Su nombre evoca recuerdos artúrico ya que era Parsifal quién buscaba el Santo Grial y ahora busca a la última mujer capaz de procrear. Un anti-héroe cínico y descreído, y sin embargo, que aún cree en la humanidad de algunas personas.

Magnífico filme. Merece un huequecito en los filmes de este género, por derecho propio.

Ya tuvimos a Drácula en el espacio (Drácula 3000), así que trasladar una adaptación de la novela "Moby Dick" no ha de resultar extraño, máxime cuando en Marvel comics, en los años 70, el increíble Hulk fue atrapado por una tripulación espacial que hacían exactamente lo mismo que en este filme.

Algún guiño a la historia, aparte del argumento - el camarote del Capitán tiene una imagen de un cachalote blanco, los nombres de algunos personajes, alterados, como el Capitán Boomer, Stub - a la historia real en que se basa- el nombre de la nave, "Essex" es el del barco real que sufrió a ira del cachalote- incluso homenaje al propio Melville, que surcó los mares en el "Acushnet", cuyos restos aparecen en el filme. Efectivamente, el director y guionista se ha debido leer la obra del Melvillle ... pero se le ha pegado muy poco de su talento. La historia, fuera de la idea de la persecución del cachalote espacial, está realmente mal resuelta, con situaciones absurdas, como la que protagoniza el mecánico que pone cara de Jack Nicholson en "El Resplandor" o la que encabeza el arponero negro. Tramas absurdas que no vienen a cuento y que solo sirven para quitarse de encima secundarios inútiles.

No se entra en el mundo de los balleneros espaciales, en su cultura y leyendas. Si todos los personajes hubiesen estado a una, el film hubiese ganado mucho. Y eso que en el apartado de ambientación y producción, está bien trabajado, lejos de los bodrios de "The Asylum", inventándose unos exotrajes acorazados que se emplean para cazar ballenas espaciales y apoyados en unos aceptables efectos visuales espaciales. El problema de este filme es el guión, mal resuelto, con personajes que no aportan nada y otros, como la protagonista, que se difuminan dentro de una historia mal concebida y peor escrita.