Haz click aquí para copiar la URL
España España · Cinecittà
Críticas de Xavier Vidal
Críticas 640
Críticas ordenadas por utilidad
5
30 de octubre de 2011
26 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que se licenciaron en Literatura Inglesa, Emma y Dexter coinciden el 15 de julio de cada año desde 1988 para verse, hablar y saber de la vida del otro. En la universidad ella se sentía atraida por él, pero no dijo nada. Ahora se quieren como amigos íntimos, se encuentran y se desencuentran, se llaman por teléfono e incluso viajan por Europa en busca del otro. Lo que en otras comedias románticas sucede en apenas un par de semanas, One Day lo alarga abarcando dos décadas.

Primer aviso: contra lo que parece, One Day no es una comedia, o al menos no es el género que predomina en una 'película romántica', a secas. Segundo aviso: la curiosa estructura de la cinta no aporta absolutamente nada. Y tercer apunte: Jim Sturgess, en su faceta de joven libre de cascos, presentador de televisión decadente y mayorcete sin oficio ni beneficio salva la película.

Lone Scherfig sigue dedicada al cine ñoño, impersonal, de usar y tirar. Su problema es que sobre el papel aspira a más. Se resiste a ser una realizadora de encargo, pero realmente sus criaturas son de lo más anodinas. One Day me parece tan curiosa pero tan mediocre como Italiano para principiantes, Wilbur se quiere suicidar y An Education, títulos que han gustado bastante entre los círculos cinéfilos y no tan cinéfilos.

Nadie le quita mérito a One Day: es una película elegante, sustentada por sus actores, más elaborada de lo habitual. Viene a suceder como con las otras: de haber durado una hora, sólo una hora, estaríamos hablando del hallazgo romántico más agradable desde Antes del amanecer. Scherfig no acaba de dominar los mimbres de la ficción rosa, siempre sucumbiendo al cliché; por un extraño motivo sus películas resultan farragosas sin ser ni extremadamente largas ni complicadas de seguir o entender. Scherfig se sitúa varios peldaños por debajo de, por ejemplo, Jane Champion, pero supera con creces la mediocridad de la comedia norteamerica.

One Day es un sí pero no, un 'bueno' y un 'tal vez otro día', un 'está bien' pero 'podría estar mejor'. Como sucede con la relación entre Emma y Dexter, una tensión sexual latente, nunca resuelta, en suspenso a lo largo de los años. Más de lo mismo, ligeramente diferente.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
24 de diciembre de 2015
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quentin Tarantino firma su octava película y el espectador ya sabe qué se va a encontrar antes incluso de que se apaguen las luces del cine: diálogos ingeniosos, violencia exacerbada, citas cinéfilas y sobre todo un recital de las filias y fobias del director más publicitado de la contemporaneidad. Los odiosos ocho es todo eso, pero también mucho más. El creador de Pulp Fiction sabe que con sus anteriores trabajos ha dejado nuestro umbral del dolor y de la sorpresa muy alto, y tal vez por ello su intrincada mente ha decidido contraatacar con una película más retorcida, claustrofóbica y desaforada.

Los odiosos ocho es una ópera plagada de boutards, soliloquios con pompa y pistolas humeantes que sabe a novela negra, a teatro clásico y a western masculino. Tarantino ha llegado a una cima tan alta en el arte de escribir y de hacer cine que es capaz de rellenar casi tres horas de metraje con sinsentidos mayúsculos que, paradójicamente, interesan más con el paso de los escenas, cual maraña putrefacta a la par que irresistible de tensión, frío y sangre. Por todo ello, Los odiosos ocho resulta más genuina y menos comercial que Django desencadenado. Y a la vez, estos malditos bastardos en tiempos de guerra, por su verborrea y testosterona, enlazan directamente con la peripecia inicial de Reservoir Dogs.

Sí, amigos: Tarantino ha vuelto a hacer de las suyas. Le volverán a caer chuzos de punta, sobre todo por lo que respecta a su sufrido y excelente personaje femenino. Pero no hay que olvidar que Tarantino rueda por diversión propia y para entretenimiento de una gran nómina de acólicos: eso explica que el propio director, en calidad de noveno odioso y a modo de narrador omnisciente, se cuele a mitad de película para cargar todavía más un ambiente que ya se antojaba la mar de irrespirable. Nada nuevo bajo el sol, o tal vez por ello todo lo contrario. El tiempo dictará sentencia, pero todo parece indicar que Los odiosos ocho será denostada y querida a partes iguales. Lo nuestro es absoluta rendición. Obra maestra.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
30 de abril de 2012
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siguiendo la tradición de films de terror nipones como La maldición o The Ring, Babycall es una historia en la que cuesta entender algo, o en la que directamente no se entiende nada más que lo necesario para seguir pegados a la pantalla durante su hora y media de duración. Lo que para unos será un misterio para quien escribe es un agujero argumental de mucho cuidado. Así que Babycall cae en saco roto. La historia, a priori, es muy previsible: una madre huye con su hijo a un nuevo piso en una nueva ciudad lejos de su marido. Obviamente la cosa no se acaba aquí, ni tan siquiera empieza aquí. Pero más vale no desvelar lo que sigue porque se perderían lo mejor de Babycall: ver a Noomi Rapace enloqueciendo, yendo de arriba para abajo en su bloque de pisos con su escuchador de bebés. Es innegable que Babycall tiene cuerpo y atmósfera, pero a la hora de pedir la resolución de los interrogantes todo se desploma con la facilidad de un castillo de arena. Los que ya tengan la mano curtida en el thriller del 'nada es lo que parece' se reirán al ver que todo discurre según lo indicado en el manual de instrucciones... salvo por un final que puede entenderse como un volver a empezar, un 'what a fuck!', un '¿tanto rollo para esto?', un 'el guionista se ha quedado con nosotros', un 'pero si no había guión' o un 'no la entiende ni su madre'. Resumen: lo de Rapace no es ser madre en el cine (vean Daisy Diamond o Beyond para más datos), pero sus cualidades actorales merecen mejores películas. Y posdata: ¿al final quién era el amigo del hijo de Noomi? Lío total. Quedan avisados...

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
5 de agosto de 2017
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con sólo tres películas, Pablo Berger ha construido un universo propio. El baibaíno recurre a lo cañí, lo choni, lo castizo y distintos elementos de la cultura popular, en su mayoría musicales y estéticos, para realizar películas libérrimas, cuyo substrato no se olvida del oscurantismo no tan pretérito de nuestro país. El de Berger es un cine de perdedores, de supervivientes, de gente anónima cuya vida discurre entre sombras y extrarradios. Tan nuestro y, en el fondo, tan ajeno.

Abracadabra no sólo supone un paso más en su trayectoria, sino que puede entenderse como la cuadratura de un círculo, el capítulo final de una trilogía, tal vez involuntaria, pero sí coherente en cuanto a riesgos y discursos. Como sucedía con Torremolinos 73 y Blancanieves, ante Abracadabra el espectador debe acatar los mil y un giros de guión, incluso de género, con la docilidad propia de quien deja y quiere ser hipnotizado: Berger es el único que controla el caos que preside su historia, y sólo a él le corresponde saltar de lo sublime a lo ridículo, del blanco al negro y del Carabanchel proletario a la Gran Vía ociosa en cuestión de segundos.

En todas sus transformaciones, Berger cae por defecto en cierta artificiosidad y bordea la caricatura, no tanto por falta de pericia, sino porque la España de los 80 y del presente es, en esencia, una comedia triste que, por surrealista, se diría ficticia. En ese contexto, Abracadabra suma distintos hallazgos (la conversión de la inofensiva El canto de los pajaritos en una melodía satánica, el uso de un homínido como metáfora de la psicosis primitiva del macho ibérico) para empoderar a Carmen, una protagonista que la historia la había descrito como "la mujer de", "la prima de" o "la madre de", y que en el último segundo decide tomar las riendas de su destino.

Abracadabra, en resumen, es la confirmación de que la creatividad de Berger no tiene límites y de que sus personajes, tras recibir tantos golpes, han decidido reivindicarse, aunque ello implique lanzarse al vacío. Porque Abracadabra acaba con un interrogante, abierta a nuevas mutaciones y secundarios cazurros. Como esa España peripatética que vive en bucle, en un escenario in albis, queriendo domar sin éxito su brutalidad con una camisa de fuerza.

@CinoscaRarities, https://cachecine.blogspot.com.es/
Xavier Vidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
2 de octubre de 2011
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Urbizu es un director especial. No se parece a ninguno. No habrá paz para los malvados pudo haber sido el thriller taquillero que el cine español necesita cada otoño para salvar sus cuentas. Es mucho más. En el film se esconde una reflexión que no todos los espectadores entenderán: la crítica a una sociedad corrupta, podrida desde los estamentos policiales. Santos Trinidad ha matado a varios tipos en un puticlub y pronto descubre que esas personas escondían algo oscuro. Empieza a investigar aprovechándose de su cargo en la policía madrileña, y lo que parece una operación para salvar su propio culo puede que acabe destapando una trama de terrorismo a gran escala con consecuencias devastadoras para la población. Mientras, los jueces e investigadores sólo dan tumbos sin llegar al corazón del misterio. Urbizu tampoco se entretiene en él, porque su cine es cinéfilo y le fascinan las pesquisas detectivescas, pero su estilo también se preocupa por trascender, y eso le lleva a firmar uno de los finales más sólidos, inesperados e incómodos del año.

La audiencia se entretiene, pero se lleva trabajo a casa para poder digerir la carga dramática, el profundo pesimismo que desprende No habrá paz para los malvados. El título es perfecto porque viene a resumir el contenido de la película y porque confirma que antes que un thriller lo que Urbizu ha creado es un western urbano. Y Coronado es su vaquero, un maldito bastardo. Como la película tiene dos pieles, necesitamos volver a verla para apreciar todos los detalles que fácilmente pueden pasar desapercibidos a simple vista. Tan solo la interpretación de Helena Miquel, juez Chacón, me parece disonante con lo que plantea Urbizu: el director quiere que la única mujer del film parezca un hombre frío y calculador, pero la actriz es tan mala que todo queda en un mero intento. Un film con 'Rock'n'roll' y un personaje suicida que, como él mismo advierte a sus compañeros de oficina, va y quiere irse 'a tomar por culo'. No da tregua, tampoco paz: tenemos nuevo peliculón de Urbizu.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow