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España España · Santa Cruz de Tenerife
Críticas de Ozymandias_Iskander
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Críticas 136
Críticas ordenadas por utilidad
7
12 de enero de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muchas películas que nos pueden gustar más o menos y hay películas que son directamente malas. E incluso así, nos lo pasamos bien con ellas. Una vez alguien me dijo que hay películas tan malas que dan la vuelta al círculo y se convierten en "buenas" y eso ocurre con esa comedia no pretendida que es The Room, un auténtico clásico del cine malo, un dramón que se transfigura en involuntaria creadora de risas bajo el ego de un personaje que se merece una saga para el solo, el actor, productor, guionista, director y de todo de The Room: Tommy Wiseau. Una saga no será, pero una película dedicada a él sí se ha llevado; se la ha dado James Franco. Y sí, es una ironía que hablando de una de las peores cintas cinematográficas de la historia, su falso making of que es The disaster artist haya conseguido numerosos premios.

Basándose en el libro coescrito por uno de los actores de The Room (Greg Sestero), Franco y compañía nos embarcan en la historia de cómo una de las peores películas de la historia llegó a hacerse realidad gracias a un tipo como el excéntrico Tommy Wiseau.

The disaster artist es una comedia, pero ofrece poco más, con algunos momentos en los que se hace una defensa de los sueños y la amistad. Porque sí, Wiseau será malo, mediocre o todo lo que queramos, pero ha conseguido triunfar, aunque sea a costa de hacer una mala película. Poca gente logra eso, tiene su mérito. Brillante. Y ahí tenemos la pelea en medio de la escena de sexo "ombliguil" o el discurso final con el que Wiseau acepta quién es y cambia las tornas. Puede que todo te salga mal en la vida, pero siempre queda esperanza. Wiseau la devuelve con su éxito.

Brilla James Franco con su interpretación, donde consigue incluso imitar ese "acento" o lo que sea de Wiseau, y con una dirección correcta, aunque algunas caracterizaciones como las de su hermano, Dave, no estén tanto a la altura (esa barba...). Atentos, eso sí, a todos los cameos y apariciones de actores o personajes conocidos: Melanie Griffith, Jude Apatow, Kristen Bell, Sharon Stone, Alison Brie... Todo su reparto está al servicio de un Franco que quizás lograría algún premio más si no fuese por la polémica en la que se ha visto involucrado en cuanto a acoso sexual recientemente.

The disaster artist es una película sobre Hollywood y sobre el cine, los sueños y la interpretación, temas que le encantan a la propia industria. En algunos puntos nos lleva a recordar una de las películas más logradas de Tim Burton: Ed Wood, donde se hablaba del peor director de la historia según muchos. La película nos hace cómplices de este delirio, aunque siempre que partamos de que conozcamos un poco la real. Eso sí, aquí nos quedan dudas (aparte del acento de Tommy, de dónde es, de dónde sacó el dinero o su edad): ¿no sería todo parte de un plan? ¿No sabría que nunca llegaría a destacar, ni en un millón de años (ni después de eso), intentando hacer las cosas bien y se entregó a hacerlas mal para destacar de ese modo?

En definitiva, cuando alguien ve The Room lo hace para reírse y, en el caso de The disaster artist, es un buen complemento para el espectador que quiera perderse en las paranoias de un personajazo como es Tommy Wiseau y ese gran héroe americano (y casi vampiro) que es Johnny.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ozymandias_Iskander
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7
11 de enero de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del éxito de Hellboy en los cómics de Mike Mignola y el estreno de su primera película, dirigida por Guillermo del Toro, en 2006 se estrenaría Hellboy: Sword of storms, su primera película de animación, que contaría con una segunda parte: Hellboy: Iron and blood, dos aventuras de nuestro demonio favorito y sus compañeros de AIDP. Como en las adaptaciones a imagen real, se barajó la posibilidad de una tercera película que nunca llegó a realizarse. Y, visto a distancia, es una pena.

Sword of storms y Iron and blood sirven casi de puente entre Hellboy y Hellboy: El ejército dorado (o como una especie de flashback, ya que tenemos al profesor vivo). Más o menos. Sea como sea, y más allá de la continuidad, se tiene el asesoramiento de Guillermo del Toro y a los actores de las películas, como Ron Perlman, Selma Blair o Doug Jones, que dan sus voces a sus personajes o se utiliza la música de Marco Beltrami de las cintas de carne y hueso. El puente también funcionaría, porque las películas retoman muchos aspectos de los cómics que todavía no se habían tocado en las películas (personajes de AIDP, poderes, Hécate, la mano de Hellboy, etc.).

En Iron and blood tenemos mansiones encantadas, fantasmas, una vampiresa, brujas arpías, a la diosa Hécate y a un sinfín de monstruos que pueblan el imaginativo mundo de Hellboy y, una vez más, como en los cómics, es la mar de entretenido. La mitología de Hellboy es muy rica y el tono pulp no le sienta nada mal a esta aventura, que se divide también en una serie de flashbacks del profesor, que van del final al principio y crean una serie de misterios e ironías argumentales muy interesantes.

Como en toda historia de Hellboy, hay pequeñas referencias de otras historias. Hay muchas sobre mansiones encantadas, pero, sin duda, la vampiresa bien nos recuerda a Bathòry, la condesa sangrienta, y su tentación sobre el sacerdote nos hace pensar en La muerta enamorada.

Los diseños no olvidan del todo el arte de Mignola y añaden un par de aspectos interesantes a toda la propuesta, siendo superior, por ejemplo, a la animación de algunas películas recientes que adaptan cómics de DC (por hablar de animación y cómics).

Y, por suerte, es endiablada, divertida y magistral en muchos de sus aspectos, lo que la convierte en una película de animación más que digna, no solo sobre Hellboy, sino sobre los elementos mágicos que hacen del arte de contar historias algo mejor. Recomendable al cien por cien.
Ozymandias_Iskander
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8
13 de septiembre de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El perfume. Historia de un asesino tomó en 2006 la responsabilidad de adaptar una obra de suma importancia como lo es la escrita por Patrick Süskind, donde narraba lo inenarrable ya fuese por el sentido que prima en la obra (el olfato) o por los actos terribles cometidos por un genio terrorífico como Jean Baptiste Grenouille.

El perfume nos traslada al pestilente siglo XVIII, al París de los pobres, donde nace un pobre desgraciado llamado Jean Baptiste, cuyo don es el olfato, la búsqueda de cada uno de los aromas y su deseo de ser capaz de inmortalizarlos. Pronto, este incomprendido ser encontrará un modo de almacenar el olor de la gente y, si para ello debe asesinar, lo hará con tal de crear el perfume perfecto.

¿A qué huele el mal? ¿Qué es el olfato? ¿Los crímenes son aceptables con tal de conseguir una obra artística? ¿Es Baptiste un genio? ¿Es la obra un homenaje surrealista al mundo decadente y una fábula sobre los talentos? ¿Es Baptiste un incomprendido que jamás aceptará ni siquiera su triunfo?

Estamos ante un film excesivo desde el primer momento. Quien acepte los primeros minutos sabrá lo que verá a lo largo de la película e intentará comprender a un personaje tan fascinante como su protagonista (interpretado por un joven Ben Whishaw), entender a su mentor encarnado por Dustin Hoffman o llorar como lo hace el personaje de Alan Rickman cuando se ve incapaz de que su hermosa hija no sea perseguida por el criminal. Si uno no entra en el juego, lo más seguro es que solo encuentre un film incomprensible, ridículo y extraño, mientras que el que se adentre en esta pieza disfrutará de su encanto abismal.

El director Tom Tykwer cumple y logra algunos planos interesantes (ese crimen en las sombras, esas manzanas cayendo por la escalinata). Busca en cada momento que se pueda respirar el film, una emoción imposible de lograr en el cine, al igual que lo es en la novela. Se apoya sobre todo en algunos recursos visuales redundantes, pero su mayor pilar está en el guion y en la narración que sigue, aunque de forma breve, lo descrito en la novela (y es que quizás, hoy, El perfume sería una gran adaptación si tuviese el formato de miniserie).

Uno de los puntos fuertes de la cinta es que, pese a que dura más de dos horas, en ningún momento nos sentimos obligados a mirar el reloj y esperar a que cese el espectáculo. Sí puede que el ritmo sea más irregular y se acelere en la segunda mitad en busca de ese final que a muchos dejó desencajados, pero nunca aburre. Y ya mencionando el desenlace, a mí me complace por cómo refleja con ese aire de cuento de hadas oscuro el logro de un criminal como Jean Baptiste: la orgía de la alta sociedad frente al patíbulo y el desmembramiento en el París de los pobres. Entre las pegas más tiquismiquis cabe pensar por qué no hay relaciones del mismo sexo (o no llegan a verse de modo más evidente en esos planos centrados en el movimiento y la decadencia). Para muchos, este punto final no encaja y para mí es perfecta para un film excesivo como este: Baptiste acepta acabar como empezó tras su gran victoria.

Gran parte del material que vemos podría haber sido perfecto para una película de Stanley Kubrick y me vienen a la cabeza dos de sus cintas: Barry Lyndon y La naranja mecánica, ambas por reflejar una sociedad decadente y, en el segundo caso, por centrarse en la mente de un asesino. Sin embargo, la versión de El perfume de Kubrick debe estar durmiendo en el reino de los sueños y no, por supuesto, de nuestra realidad, aunque siempre cabe que uno se pregunte: ¿qué habría pasado si la hubiese dirigido Kubrick?

Lejos de preguntas hipotéticas, dos apartados muy destacables de esta adaptación son la recreación del París de finales del XVIII y la utilización de la fotografía para hacernos creíble todo el mundo que transitan sus personajes, desde el pobre y fétido mercado hasta los lugares de reunión de la clase más alta, como si fuesen fragmentos robados del tiempo. La influencia de la pintura es clara. En parte, esta atmósfera se obtiene también por la música realizada por Reinhold Heil, Johnny Klimek y el propio Tom Tykwer, que agregan un gran aire clásico a la propuesta.

El Perfume es una de esas adaptaciones cinematográficas que parece que caen en el olvido, pero que, para el espectador que desee ver algo arriesgado, clásico, oscuro y excesivo, puede ser una gran elección.

Y ahora, lectora o lector, respire. Y huela.

Crítica publicada originalmente en: http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com.es/2017/09/el-perfume-historia-de-un-asesino.html
Ozymandias_Iskander
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5
9 de agosto de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
mediados de la primera década de los 2000 hubo un boom de las adaptaciones de novelas juveniles, quizás, por el auge de obras como Harry Potter. Cada productora quería apuntarse a la moda y sacar su propio Harry Potter, pero allá donde el mago triunfó, muchas otras versiones fracasaron: La brújula dorada, Eragon, Los seis signos de la luz... y El circo de los extraños, con su aire propio y alejado del resto, también, porque fracasó donde las otras: en prometer secuelas que nunca llegaron por culpa de un alma que jamás estuvo presente en la primera parte.

Cirque du freak: The Vampire's Assistant se siente lastrada durante todo su metraje por la falta de ambición de las personas que estuvieron detrás de su realización (ahí está Paul Weitz, como director y coguionista). Se nota que la obra de partida, de Darren Shan, es original y distinta a otras, pero, por desgracia, a la hora de verlo en la pantalla, no sentimos que esa magia esté en el celuloide. Solo lo vemos como una especie de enorme booktráiler que no capta lo que realmente es la obra.

A todo esto, la mitología que presenta la película no aporta nada nuevo al mito del vampiro, aunque lo intenta al sumarle el mundo de fantasía de la novela juvenil, como es el caso de ese circo lleno de seres extravagantes que hubieran hecho las delicias del Tim Burton de sus mejores tiempos y que aquí solo sirven como leve trasfondo.

Por mucho que se busque crear un mundo propio, El circo de los extraños suprime o delimita una historia lo suficientemente llamativa en su adaptación. Los personajes son lo que son y no se siente que conecte con el público. La amistad entre Darren y Steve, su fervor por las arañas y los vampiros, se queda en todo momento en un segundo plano. Chris Massoglia y Josh Hutcherson (antes de Los juegos del hambre) no interpretan sus papeles de un modo con el que nos convenzan de que se han transformado en enemigos, como, por ejemplo, Kaneda y Tetsuo en Akira (separando las colosales diferencias); logran ser más interesantes los secundarios como Rebecca, Mr. Tiny o Evra (el pobre Ray Stevenson, haciendo de vampiro siniestro, no mucho, la verdad). Llega un punto en que en esta historia lo que más pesa es el tedio que el auténtico carisma que no posee el film.

Todo ello poco aporta a la leyenda del vampiro, como decía, si es que, en algún punto, los creadores quisieron sumar algo a unos seres tan fascinantes. Por mucho que El aprendiz de vampiro pudiera ser la traducción del subtítulo, poco hay de vampirismo auténtico en la gran pantalla.

Tan fascinante como el mito vampírico suele serlo el mundo del circo, como hemos visto en los últimos años en diferentes obras, desde el homenaje de American Horror Story en su cuarta temporada al film que lo inauguró todo Freaks (La parada de los monstruos) de Tod Browning. Aquí tampoco nos enloquece su representación.

Sorprende, eso sí, que entre el reparto veamos caras tan conocidas como las de John C. Reilly, Salma Hayek o, en un papel de un par de minutos, Willem Dafoe.

El circo de los extraños, aunque sea una película para pasar el rato, podría haber dado mucho más de sí, pero se quedó en el terreno baldío de todas esas adaptaciones que nunca llegaron a nada más y, quizás, esperan la oportunidad de un relanzamiento.

Crítica publicada originalmente en: http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com.es/2017/08/critica-de-la-pelicula-el-circo-de-los.html
Ozymandias_Iskander
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7
2 de agosto de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy un gran seguidor de la serie Star Trek ni de sus películas, aunque más de una haya caído a lo largo de esas largas tardes viendo la tele. Para mí, Star Trek siempre será un enigma, aunque eso no impidió que me acercase al Star Trek de J. J. Abrams y ahora a su secuela, En la oscuridad, aunque lleve un par de años de retraso.

Sea como sea, salía Benedict Cumberbatch de villano y suelta algunos monólogos interesantes con esa voz con la que hablaría un jinete del apocalipsis o el dragón Smaug y eso ya hace que todo valga un poco más la pena, aunque quede claro que voy más con el villano (hasta que revela su plan idiota) que con los héroes, unos héroes que a excepción de Kirk y Spock están en un segundo plano o muy desdibujados (pese a que intenten darles momentos de gloria a todos ellos, pero queda la sensación de que desaprovechan a personajes como Uhura, Sulu, Chekov, Scotty o McCoy).

En la oscuridad no es una mala película, es entretenida si decidimos no centrarnos demasiado en el guion (engordado a base de acción y más acción... miren quién lo ha escrito y lo entenderán, por favor) o en la dirección de un J. J. Abrams que, al menos, renuncia a los destellos en demasía. No hay nada perdurable, nada que me diga que seguiré recordando esta película dentro de un par de meses y es una pena, pero vaya, no todo el cine está hecho para que sobreviva en mi memoria, al igual que ese grupo de klingon que parece que están por estar (yo soy ellos y me hubiera liado a petardazos contra la flota estelar y sus mequetrefes).

Los efectos especiales, la música de Michael Giacchino, la acción, algunos chascarrillos... todo es grande, porque la película sabe que es un blockbuster, pero precisamente por esta condición, uno siente que fracasa en la parte final de la cinta, cuando alcanza un clímax muy largo y donde no sentimos que el villano haga lo que tiene que hacer y más si se supone que es tan terriblemente inteligente como se supone que es, porque si bien busca un imperio de seres superiores, pierde contra una flota estelar que no deja de sabotearse a sí misma, entre un Kirk impulsivo y un Spock que se pasa de cansino sin contar las confabulaciones malignas de Marcus y compañía.

La película es entretenida (casi toda). Por desgracia, siento que todo lo que se construye de un modo interesante al principio de la película naufraga en la segunda mitad, desde que Marcus aparece y decide darle la razón al villano de turno y la película comienza a hacerle guiños todo el rato a La ira de Khan (véase la aparición de Leonard Nimoy como el Spock original), pero sin saber darle un final espectacular, solo hilando escena de acción tras otra que concluye con un desenlace que deja la sensación de "todo esto... ¿para tan poco?". Imagino que mucho trekkie se sentirá feliz con esto (al igual que los nostálgicos con el arranque al estilo Indiana Jones), igual que mucho espectador, pero yo pienso que podría haber sido un poco más de lo que es. La película dura dos horas veinte y siento que no me están contando nada sumamente importante o trascendental para la franquicia. No noto que haya un auténtico miedo, una pérdida, una evolución que no resulte sumamente convencional (Spock y los sentimientos con Kirk... Vale, bien). El problema puede que esté en que toda la cinta juega con la idea de que dos de los personajes principales va a morir, pero al final, esto no pasada y es inteligente, pero deja con la sensación de que la historia no termina y Khan siempre estará ahí, esperando en la nevera, como el resto de los helados del verano.

Siempre me han dicho que Star Trek es diferente de otras sagas, porque te hace pensar, reflexionar, imaginar sobre ese universo infinito del que formamos parte... En el caso de En la oscuridad, solo siento o pienso que vemos una oportunidad perdida para la franquicia.

Imagino que en unos años podré ver Star Trek: Beyond y demás series para comparar, pero, por ahora, me queda cierta amargura con esta secuela, En la oscuridad, que, sin ser una mala película, siento que tenía potencial para atravesar la curvatura y mucho más. En fin... ¡¡¡KHAAAAAN!!!

Crítica publicada originalmente en: http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com.es/2017/08/star-trek-en-la-oscuridad-en-medio-de.html
Ozymandias_Iskander
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